A un año de la desaparición de Raquel familiares y amigas abrazan su recuerdo con esperanza de encontrarla

Hoy se cumple un año de la desaparición de Raquel, familiares, amigas, amigos, compañeras y personas que la conocen abrazan su recuerdo con la esperanza de que aparezca con vida y regrese a casa. Raquel es una de las mujeres reportadas como desaparecidas en el 2019, su caso todavía no está resuelto por el sistema de justicia. 

Eran las siete de la mañana del miércoles 27 de noviembre del año 2019 cuando vieron por última vez a Evelyn Raquel, relata un familiar. La joven de 24 años salió a dejar un currículum porque desde meses atrás estaba en la búsqueda de un trabajo formal, pues anteriormente había trabajado cuidando niños pero se había quedado sin trabajo.

Raquel solía transitar los caminos de la comunidad Cristo Redentor, caminaba alrededor de media hora para tomar el autobús. El 27 de noviembre Raquel salió a dejar un currículum a una zapatería del centro comercial Metrocentro de San Salvador. 

Eran las dos de la tarde y Raquel no llegaba a su casa. A las cuatro de la tarde los familiares preocupados comenzaron a llamar por teléfono a la joven pero ella no respondió sus llamadas en el resto del día. El siguiente día interpusieron la denuncia en una delegación de la Policía Nacional Civil (PNC) de la Zacamil para alertar que Raquel estaba desaparecida. 

El último día que fue vista Raquel vestía una camisa color fucsia, pantalón rosado y zapatos tenis color blanco. Diferentes personas se sumaron a la búsqueda de Raquel tanto en los lugares que frecuentaba como en las redes sociales pero no la pudieron encontrar. 

 

¿Quién es Raquel?

Evelyn Raquel Salazar Aquino creció con su familia y desde pequeña mostró alegría por la vida, cuidado por su familia y también desde que era niña comenzó a trabajar. Nació el 3 de junio de 1996, originaria de la comunidad de Cristo Redentor, municipio de Ayutuxtepeque en el departamento de San Salvador. 

Raquel físicamente es de estatura pequeña, de piel morena con cabello corto y rizado, tiene lunares en la cara y ojos cafés. Personas que la conocen la describen como sociable, lo que más destacan es su alegría y la consideran “muy bromista”, además de ser una mujer solidaria, que siempre está dispuesta a ayudar a otras personas y es cariñosa con sus seres queridos.

La joven comenzó a formarse en procesos organizativos feministas en el Movimiento de Mujeres Mélida Anaya Montes (Las Mélidas) y como parte de estos espacios para las mujeres jóvenes Raquel participó en el cortometraje ¿Y por qué tengo que estar llena de gracia? que narra las historias de maternidad de adolescentes y jóvenes en El Salvador.

El cortometraje fue presentado en el Teatro Luis Poma la tarde del 26 de noviembre, evento al que asistieron alrededor de 200 personas. Durante la actividad también hubo representaciones teatrales “ese día fue muy lindo ver la alegría de ellas al pararse en el teatro. Todas estaban nerviosas” cuenta, Edith Elizondo, productora y facilitadora del proceso de formación de Las Mélidas.

Jóvenes de Ayutuxtepeque realizaron una representación teatral durante la presentación del cortometraje ¿Y por qué tengo que esta llena de gracia? en noviembre de 2019.  Foto tomada de las redes sociales de Las Mélidas.

“Estos espacios contribuyen a ver otras realidades, a ver que no solo se puede estar en la comunidad, casarte y tener hijos. Los espacios organizativos te salvan, independientemente de lo que sea, cambia la forma de ver el mundo. Son espacios para encontrarnos con otras mujeres” explica Elizono.

“Las jóvenes de Ayutextepeque mantienen la complicidad de amigas, se cuidan entre ellas, son solidarias, son guerreras y se quieren comer el mundo. Sin embargo, son jóvenes que también viven otras realidades como el hecho de habitar en zonas rurales donde tienen que caminar varios minutos para tomar el autobús, además de cuidar a sus familias y contribuir económicamente en hogares, todas andan en la rebúsqueda de un empleo”.

Esa también es la realidad en la que vivía Raquel, quien tenía alrededor de cuatro meses de estar buscando un empleo formal, pero en esa búsqueda desapareció en noviembre de 2019. “Pesa mucho vivir en una comunidad como la que vive Raquel porque es otra realidad a pesar que está en la zona de San Salvador” comenta la facilitadora.

Raquel tenía planeado asistir al campemento feminista de diciembre que estaba organizando Las Mélidas como parte de los procesos organizativos “Ella estaba feliz porque se iba a ir tres días de campamento, por eso es raro que haya desaparecido”. En esa semana había salido dos días a sus talleres” dice el familiar.

Raquel estudió hasta noveno grado de educación básica, pues desde los 12 años comenzó a trabajar. Por las mañanas estudiaba y por las tardes trabajaba cuidando niños y niñas pero ya no continuó sus estudios.

La población salvadoreña es mayoritariamente joven, el 51.4% de la población es menor de 30 años de acuerdo a la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples del 2019. Misma que refleja que las mujeres representan la mayor población (52.9%) y además revela que la tasa de desempleo en jóvenes de 16 a 24 años es del 13.4% y en las personas de 25 a 59 años es de 4.6%.

“Pesa su ausencia porque se recuerda mucho, porque la nombran, para muchas todavía sigue ahí y eso duele. Yo también quiero hacerme la idea que está en algún lugar”, la facilitadora de Las Mélidas recuerda con cariño a Raquel y lamenta su ausencia.

 

Las mujeres causas de desaparición de las mujeres son diferentes a las de los hombres

En el 2019 se reportaron 400 mujeres como desaparecidas y de enero al 8 de noviembre del 2020 se registran 209, mientras que en el caso de las niñas y adolescentes se reportaron 407 en 2019 y 232 en el mismo periodo de 2020, según las estadísticas de la Policía Nacional Civil (PNC). De acuerdo al estado de los casos 210 víctimas continuaron como desaparecidas en 2019 y 161 en el 2020, otras fueron encontradas con vida y otras sin vida. 

El rango de edad que ocurren el mayor número de desapariciones es entre los 18 y 30 años en el caso de las mujeres y entre los 12 a 17 años en adolescentes, según los registros de dichos años.

Las estadísticas de la PNC muestran que se reportan más hombres desaparecidos que mujeres, sin embargo las causas de desaparición de las mujeres son diferentes.

La procuradora Adjunta de los Migrantes y Seguridad de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), Beatriz Campos, comenta que la institución también registra mayor número de casos de desapariciones de hombres, pero las causas de desapariciones de mujeres pueden ser para fines como la explotación sexual, víctimas de tratas o explotadas laboralmente “el destino de la desaparición va enfocado a que puedan ser víctimas de otros delitos que peligre todavía más su integridad física y psicológica y sobre todo a que puedan no ser encontradas o ser encontradas ya muertas entonces estamos también frente a un feminicidio”.

Además añade que las desapariciones de mujeres son diferentes porque demuestra y es un indicador de la condición de vulnerabilidad e inseguridad en la que enfrentan las mujeres porque detrás hay una discriminación implícita, un menosprecio hacia las mujeres en las etapas de su vida y también hay una criminalización de la juventud.

Para la antropóloga feminista, Gabriela Paz, las desapariciones son un problema grave de la seguridad pública que se mantiene en el silencio por el ínteres político de hablar de un El Salvador más seguro.

“Si bien los delitos por homicidios han disminuido, desaparecen alrededor de 5 personas diariamente en el país (según datos reportados por Ormusa) […] Si se evidenciara la realidad de las personas desaparecidas, no se hablaría de éxito en los datos por violencia social y crímenes. No hay cadáver. Me parece que son las familias de las personas desaparecidas las que se toman el mayor trabajo de buscar a sus hijos e hijas”.

 

El sistema de justicia sin respuestas para el caso de Raquel

Las cifras de la Fiscalía General de la República de El Salvador y del Instituto de Medicina Legal reflejan un alto número de homicidios; aunado a privaciones de la libertad, feminicidios, violencia sexual, trata de personas, tráfico ilegal de personas y otros, cuya ejecución puede iniciar con la desaparición de la persona, se explica en el Protocolo de Acción Urgente (PAU).

A las víctimas principalmente se les violenta el derecho a la libertad, la integridad personal y la vida. Para la procuradora Beatriz Campos a las familias también se les pueden violentar derechos como el acceso a la justicia, la reparación asistencia psicológica y psicosocial, la protección durante el proceso, puesto que «las familias necesitan protección y eso es algo que se les violenta».

“Lo primero que le dicen es que está con su marido. Que tenía algún esposo” dice el familiar de Raquel.

La procuradora comenta que también se les puede violentar los derechos del proceso como la igualdad y la no discriminación sobre todo en el caso de las mujeres cuando se interpone una denuncia de una mujer desaparecida, ese hecho no se debe estar dudando sobre si desapareció o no porque hay un estigma, una discriminación.

Después de un año de la desaparición de Raquel el sistema de justicia todavía no tiene respuestas sobre el caso de Raquel, la investigación no avanza, comenta el familiar.

A las familias también se les violenta el principio a la celeridad del proceso por el tiempo que tarda la Fiscalía en las labores de búsqueda. Además del derecho de acceso a la información “porque en cada etapa la familia tendría que tener derecho a que se le esté informando como va su proceso. Muchas veces no se da de parte de las autoridades esa facilidad de información, los familiares de las víctimas tienen que tener toda la información relacionada con la búsqueda de la persona desaparecida”.

Las familias padecen los impactos de sus familiares desaparecidos tanto en su salud mental como en la responsabilidad del cuidado de sus hijas e hijos que quedan huérfanos que generalmente recae en las mujeres de la familia a lo cual el Estado no procura la atención debida a las familias de las víctimas lo que implica un nivel mayor de vulnerabilidad social para los grupos familiares de personas desaparecidas, comenta la antropóloga feminista Gabriela Paz.

“Las familias de las personas desaparecidas manifiestan una constante zozobra, disiria, temor por la vida propia y del resto de la familia, frustración, y desesperanza, el dolor se convierte en sufrimiento, pues al no saber que ocurrió con las personas desaparecidas, no se puede cerrar el ciclo del duelo, al no haber un cuerpo, no se da el paso aceptación de la muerte del ser querido”.

 

Ixchel lanza alerta para niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas en honor de Raquel

Hoy para no olvidar a Raquel y a todas las mujeres desaparecidas la Asociación de Mujeres Ixchel  por la transformación social y cultural lanza “Proyecto Raquel”, alerta creada para reportar casos de desapariciones de niñas, adolescentes y mujeres en El Salvador a través de su sitio web.

“Proyecto Raquel es la historia de muchas desaparecidas, de quienes no hemos vuelto a saber nada. Las mujeres y niñas nos encontramos enredadas en una realidad hostil donde a la vuelta de la esquina podemos ser víctimas de cualquiera violencia”.

Mujeres feministas marcharon en memoria de Raquel y de las mujeres desaparecidas en el marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Foto/Reina Ponce.

 

Raquel desapareció el 27 de noviembre del 2019, familiares y amigas mantienen viva la esperanza de su regreso. Foto/Reina Ponce.

“Si ella estuviera viva quisiera que nos llame por teléfono, que eso estamos esperando, que regrese a casa. Siempre esperamos la llamada de ella, le marcamos al teléfono pero hasta la vez no responde” dice el familiar.