Fotografía/Cortesía
Por Paola Lorenzana
Este sistema normaliza la violencia contra las mujeres, criminaliza la lucha por la igualdad y equidad y la vida libre de violencia y nos mata. El feminicida que mata, el violador que comete delito y el agresor-acosador tienen un perfil poco visible en este sistema debido a esa normalización que enfoca todas sus miradas hacia la víctima y no da tiempo para que se agudice la mirada sobre el agresor.
Leer a diario sobre casos de violencia física contra mujeres, violaciones de niñas y adolescentes, mujeres asesinadas por sus exparejas o parejas actuales, los suicidios que tienen un historial de violencia psicológica y física que se constata luego de esta decisión de la víctima como única salida a su situación, las muertes maternas que son una deuda social demasiado grande ante los embarazos de riesgo (todos los de menores de edad producto de violación como mi primer preocupación) realmente nos tiene que llevar a preguntarnos ¿cuántos hechos de violencia tienen potencial de indignación? ¿es posible que algo de estos casos se pueda ignorar? Realmente los ignoramos a diario. Ignoramos de manera selectiva como sociedad, a las víctimas. Yo creo que no se puede sobrevivir con tanta violencia emocional, física y sexual… o quizás sí.
Sí. Realmente se sobrevive a diario con esta violencia. Las niñas, las adolescentes y las mujeres sobrevivimos por nuestra fuerza, resiliencia o nos morimos o nos matan. Esto es lo que hace la normalización de algo que no es normal. La violencia no es normal.
Hombres nos acosan, minimizan, roban, agreden, violan y matan. Y no solo eso, este sistema nos exige que no exageremos, no hablemos, no denunciemos, no hagamos drama y lo resolvamos en silencio. Si somos feministas, nos escriben permanentemente para pasarnos la certificación de la “feminista real” según los criterios de personas que no hacen más que servirle al sistema patriarcal desde su misoginia y machismo al enfocar la mirada, no en las víctimas (eso sería quizás ya un gran paso), ni en el agresor (alguno de los 20,723 registrados por la DIGESTYC en el 2018), sino en mirar y llevar la mirada a las feministas que, parece que no les caemos muy bien y realmente no tendrían que estar tan molestos con nosotras; siempre hablamos de agresores y de sistema patriarcal y de violadores y de pijas violadoras… Si no están en ese grupo, pues no tendríamos porqué molestarles tanto.
Las víctimas de violencia tienen dos terribles miedos: a sus victimarios y al sistema. Tenemos que demostrar la agresión que vivimos y asumir que nos han hecho responsables de aceptar el trauma y superarlo. Esto se manifiesta en lo que llamamos revictimización institucional, mediática, legal, emocional y familiar y termina en un actuar consistente de las víctimas a esa revictimización: aislamiento, retroceso en las denuncias o en no interponer denuncias y; por obvias razones, no conocemos todos los casos y por lo tanto nos quedamos con pocos datos de las 20,723 agresiones anuales acompañamos algunos en silencio y nos organizamos para encausar la rabia para exigir al Estado que haga lo que le corresponde por ley y que no hace y del cual es cómplice.
Esto no es humano, no es normal. Yo rechazo este sistema, por eso le creo a las víctimas, por eso soy feminista.
#LaIncómoda #SiempreIncorrecta #MujeresEnVozAlta
Paola Lorenzana es artista, docente y comunicadora feminista. Cuenta con una maestría en Gestión del currículum, didáctica y evaluación por competencias y 4 certificaciones internacionales en gestión, evaluación, diseño y ejecución de cursos por competencias. Se ha desempeñado como docente universitaria en las licenciaturas en comunicación social, diseño gráfico y diseño industrial y de productos. Entre sus investigaciones académicas se encuentran: «Herramientas pedagógicas para la actualización de la enseñanza del diseño gráfico» y «Evaluación de modelo pedagógico con enfoque de género bajo criterios socioformativos». Ha diseñado y facilitado procesos especializados de formación en Derechos humanos y género, Composición coreográfica, Técnica de improvisación danzaria y Mecanismos de atención y prevención de violencia contra las mujeres. Su trabajo artístico ha sido reconocido en concursos, exposiciones y festivales nacionales e internacionales de danza y artes visuales.
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