El fútbol femenino en El Salvador ha estado marcado por la invisibilización, la violencia y el machismo. Hay equipos de los que poco se conoce o se habla como los de Oriente. Para las jugadoras de estos territorios, el apoyo, la afición y los medios que dan cobertura son menos. Incluso, el sueño de llegar a Selección se mantiene dormido porque no llegan a verlas. ¿Será que les queda lejos?, se preguntan las futbolistas.
En la actualidad, son cinco los equipos femeninos del Oriente del país: Jocoro, Dragón, Águila, Firpo y Fuerte San Francisco. Algunos de ellos con un recorrido más largo, otros tienen grandes luchas por sus derechos pero todas las jugadoras siguen resistiendo por amor al fútbol.
Este reportaje narra la historia de las jugadoras de Oriente, sus luchas, amor, entrega y los precedentes que han marcado en el fútbol salvadoreño.
Por Reiny Ponce
En el marco de la Copa Mundial Femenina 2023, ONU Mujeres expuso que las jugadoras siguen teniendo condiciones desiguales, hay una enorme brecha salarial, tienen menos oportunidades profesionales, patrocinios y menos tiempo de transmisión. Esta realidad que se planteó no es nada diferente a lo que viven las futbolistas salvadoreñas. Sin embargo, las desigualdades y discriminaciones se acentúan más en equipos femeninos como los de Oriente, al estar alejados de la capital tienen menos reconocimiento, según las mismas jugadoras.
El requisito que marcó de sueños de las salvadoreñas
La Liga Nacional Femenina de El Salvador surgió como algo histórico en 2016. Con ella nacieron los sueños de muchas mujeres. La alegría y la emoción rebosaban en los corazones de aquellas futbolistas que desde muy jóvenes venían abriéndose camino en las canchas.
“Fue un sueño hecho realidad porque solo existían los torneos de las comunidades. Significó que le estaban dando importancia y ya podíamos salir de los equipos municipales”, expresa Damaris Quelez, una de las pioneras del fútbol salvadoreño.
De acuerdo a la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) en 2018 surgió la categoría Mayor y los clubes femeninos se establecieron como requisitos para la participación de los equipos masculinos en Primera División. Lo que muchos vieron como obligación, las jugadoras lo apreciaron como una cancha más grande donde marcar sueños.
En esta línea de tiempo se muestran los pasos de las futbolistas de la Liga Femenina de El Salvador y los precedentes que han marcado en la Primera División. Las jugadoras de Oriente han destacado por sus victorias. En 2016 las jugadoras de Firpo ganaron el primer campeonato; en 2021 Águila se convirtió en el primer equipo en liderar la lucha por los derechos de las jugadoras a mejores condiciones, precedente que empoderó a otras futbolistas quienes se han pronunciado por la misma causa.
Pero los inicios del fútbol tuvieron un sabor agridulce para las mujeres futbolistas, quienes ya estaban rompiendo los estereotipos y mandatos patriarcales al tomar las canchas.
“No fue bien visto por la sociedad. Según se nos ha inculcado el fútbol es para hombres […] las mujeres deportistas tuvimos que lidiar con esos mensajes ofensivos, decían ´váyanse a hacer limpieza, vayan a lavar trastes, atiendan a sus hijos, a sus esposos´, relata Lesly Ventura, pionera del fútbol.
Ejerciendo su pleno derecho al juego, las mujeres continuaron buscando espacios donde brillar. Los equipos de Oriente abrieron puertas pero al ser un requisito de los masculinos, descienden al igual que ellos, y a las mujeres futbolistas les cortan las alas, como dicen ellas mismas.
En esta tabla se presentan los equipos de Oriente que han participado desde la creación de la Liga Femenina de El Salvador. En total suman cinco hasta el Clausura 2024 pero variando sus participaciones desde 2016.
En Argentina la lucha de las jugadoras acompañada del movimiento feminista logró la profesionalización del fútbol estableciendo independencia de los equipos masculinos y contratos laborales. La independencia de los clubes femeninos lograría que los sueños de las futbolistas continuaran, pero El Salvador parece estar lejos de esta realidad.
Amor por los colores de un club
Firpo fue el primer equipo que se dio cita en la liga femenina, luego se fueron sumando otros como Municipal Limeño y Águila. El último en llegar a la Primera División ha sido Fuerte San Francisco. Tanto jugadoras como pioneras narran que los inicios de Oriente estuvieron marcados por la falta de apoyo, la invisibilización y reconocimiento hacia las jugadoras. “Son equipos muy luchadores, que les ha costado mucho llegar”, comenta Lesly.
Estas situaciones aún prevalecen, pero las futbolistas siguen luchando por sus sueños y sentando precedentes en el fútbol nacional.
La primera fiesta de goles
Las jugadoras de Firpo tuvieron la primera fiesta en el fútbol al coronarse campeonas del primer torneo en el 2016 y marcaron la primera página de las victorias de Oriente. Firpo se formó con dos categorías que sumaban 45 jugadoras, ahora tiene una base de 25 solo en Primera División.
Pero los inicios de este equipo son parecidos a los otros clubes donde las desigualdades para las futbolistas predominan. Durante los primeros años lo único que tenían las jugadoras era el transporte que les proporcionaba el equipo para llevarlas a sus casas. Describe el técnico de Firpo, José Montano.
Actualmente, solo cuentan con un patrocinador externo al equipo y tiene un incentivo económico que ronda los $20 por partido y $120 mensuales, pero todavía no reciben un salario. Situación similar a otras jugadoras del Oriente del país.
Las históricas del Águila
Águila es un equipo aguerrido, destacan por las luchas en la defensa de los derechos de las futbolistas. La historia de las emplumadas está llena de victorias que con paso firme han atravesado las canchas salvadoreñas.
El surgimiento del equipo generó una gran emoción. “Águila era como un puente para poder llegar a Selección, que es el sueño de muchas”, expresa Michelle, capitana de Águila Femenino, quien desde niña soñó representar a su departamento y llegar a la Selección.
En los primeros años las futbolistas salieron a jugar con las condiciones básicas pero éstas fueron disminuyendo por parte de la Junta Directiva.
“Los primeros años por lo menos teníamos agua, por el hecho de cumplir un sueño lo mirábamos bien […] pero llegamos a un punto en que no teníamos hidratación, no teníamos nada y no jugamos un juego oficial. Después de eso, la Directiva mejoró nuestra situación. A nosotras nos agradecieron por tener el valor de ser el primer equipo que pudo enfrentar a las autoridades para poder estar en mejores condiciones”, expone la capitana.
El abrazo de sus compañeras al levantar la copa, es el que guarda Michelle en el corazón. En el Apertura de 2023 llegaron a su primera final, duelo que disputaron contra Alianza Women.
“Ese día recordé todas esas cosas que he pasado… El primer pensamiento que me vino a la cabeza fue de cuando no teníamos el apoyo y no nos presentamos a jugar. Me acordé de cuando no teníamos agua, no teníamos todas esas cosas necesarias”.
Las jugadoras desbordaron felicidad, vivieron un ambiente de hermandad y risas durante el almuerzo, corearon canciones mientras llegaban al estadio. La final tuvo sabor a victoria con el gane del subcampeonato.
Jocoro con poco apoyo, resurge en las últimas temporadas
Otro de los equipos que llegó a Primera División fue Jocoro pero sus inicios también estuvieron marcados por la carencia de implementos. “En ese momento las condiciones para el equipo femenino de Jocoro no eran tan buenas. Las jugadoras decían que no recibían mucho apoyo y obviamente no tenía un buen rendimiento el equipo”, recuerda Leyla González, actual capitana del equipo.
Las fogoneras han resurgido desde hace tres temporadas, llegando a disputar en dos ocasiones las semifinales, en el Apertura 2023 y el Clausura 2024. Convirtiéndose en otro de los equipos de Oriente que ha sorprendido también al obtener los premios individuales del torneo.
Las jugadoras de Dragón llegaron a los estadios
“Dragón Femenino significa la lucha por los sueños. […]. Es emocionante jugar en los estadios que desde niñas mirábamos en la televisión”, expresa Angy Martínez, quien está en el club desde su creación y ahora se ha convertido en una de sus capitanas.
Michelle y Angy comparten los mismos sueños con la creación de los equipos femeninos en San Miguel. Desde niñas eran aficionadas y también querían representar a un equipo, jugar en los estadios, sentir el orgullo de portar la camiseta y ganar.
La primera temporada de Dragón, Angy, la describe como buena porque tenían patrocinio externo. Contaban con uniforme de presentación, tacos, técnico, utilero, masajista y agua en los entrenos. El incentivo económico siempre han sido viáticos, pero todo esto fue disminuyendo.
Para Angy el apoyo hacia los equipos es fundamental para su crecimiento pero las diferencias son notorias. “Hay más apoyo para los equipos de la capital, hay más afición, patrocinios”.
Las niñas que soñaron con llegar a los estadios lo lograron, pero las canchas siguen perteneciendo a los equipos masculinos. Las futbolistas iniciaron entrenando en canchas de sus colonias aunque en ocasiones tengan acceso a los estadios oficiales, los juegos y los entrenos “difícilmente se hacen en el mismo lugar por el maltrato de la grama, más que todo al femenino casi no se los prestan”, dice una de las capitanas.
Tanto las pioneras como las capitanas manifiestan que las diferencias entre los equipos radican en las juntas directivas y el apoyo que les den a los equipos.
Las jugadoras del Dragón han acompañado luchas importantes en el fútbol femenino como la carta firmada por las capitanas de las 12 capitanas de los equipos femeninos solicitando la finalización del Clausura 2023, luego que la FESFUT suspendió el torneo para los equipos masculinos a raíz de la tragedia ocurrida en el Estadio Cuscatlán. Sin embargo, la reunión establecida no se llegó a concretar por compromisos de trabajo, cuido o estudio de las jugadoras.
Una soñada Selección
“Siento que no se toman el tiempo de venir a estos lados. No se valora el trabajo que estamos haciendo en Oriente. Solo nos ven cuando vamos a otras etapas, a jugar con equipos como Santa Tecla. En Oriente hay equipos muy fuertes, nos estamos consolidando. Sería buena oportunidad que se tomen el tiempo de observar acá”, expresa Michelle.
El tan anhelado sueño de las jugadoras de Oriente, que las vean y puedan llegar a formar parte de la Selección de El Salvador nunca llegó a cumplirse. Desde que se creó la Primera División los terrenos de juego de Oriente y sus jugadoras están olvidadas.
“En equipos como Jocoro, Águila hay talento […] la única manera que puede crecer el fútbol es que los están al frente de las selecciones pongan más atención al fútbol de aquí y que los directivos, los presidentes de los equipos ya formalicen las cosas como deben ser”, acota Ramiro Quesada, técnico de los primeros equipos de Oriente cuando se formó la liga.
La Ley General de los Deportes establece la promoción del deporte para las mujeres y a crear hábitos sociales en la población. Pero el fútbol femenino tiene matices diferentes en comparación con el masculino, el cual siempre es la prioridad remarcan las futbolistas.
“No hay antecedentes del fútbol femenino porque no hay interés, porque solo somos un requisito para el equipo Mayor”, dice Leyla. Se desconoce a las futbolistas de Oriente. Aunque en la memoria de las capitanas siguen estando los nombres de quienes han hecho historia.
Las camisas de los equipos son un homenaje a las jugadoras que han participado y construido los equipos femeninos de Oriente desde que se fundaron y de quienes posiblemente no se recuerden sus nombres.
Los goles de Oriente no llegan a todo El Salvador. Las mujeres tienen poca visibilidad y reconocimiento a nivel profesional, según se plantea en la monografía “Estudio descriptivo sobre la participación de las mujeres salvadoreñas en el fútbol”. La ilusión de las futbolistas de Oriente de ver sus goles por televisión se desvaneció al corto tiempo de ser anunciada la transmisión de los encuentros de la Primera División a partir del Apertura 2022.
“Sentimos que nos hacen a un lado. Canal 10 podría ser otro medio que cubra la Liga Femenina así como lo hace con la selecta de playa. Hay suficientes medios pero algunos no se interesan por apoyarnos. Canal 4 nunca ha llegado a transmitir un partido. En la temporada anterior, no transmitieron ninguno de los partidos de Oriente”, expresa Leyla.
Para Roberto Arias, dirigente de la Primera División, el factor económico incide en el fútbol “se ve como un gasto, o sea, para un equipo de Liga Mayor tener otras categorías, y en ellas la femenina, implica un gasto el pago de arbitraje, de la logística, uniformes, salida, comida, alquiler de cancha, pero ahora ya con esto que pueda venir (incentivo) de FIFA ya puede cambiar toda la situación […] igual los patrocinadores, si vos tenés un patrocinador, o sea, estás vendiendo tu equipo, pero tu plantilla más cara siempre va a ser la masculina”.
Entrega, corazón y garra
“Solo se ama la camiseta que nos deja ser quienes somos y sentir lo que sentimos”, son las palabras de Cecilia Merchán en el libro “Un abrazo de gol”, haciendo alusión a un sentido de identidad y de pertenencia al club que tienen las futbolistas.
Para las capitanas de Oriente la camiseta representa el orgullo por la defensa de su territorio. Salir al terreno de juego junto a sus compañeras las llena de felicidad, cada encuentro suma a su historia y tiene un valor especial. Han dejado su vida y corazón en el campo, con entrega han venido construyendo sus equipos, pero para estar en las canchas lo han hecho a base de esfuerzos, con dobles o triples jornadas.
“Lo jugamos (el fútbol) porque nos gusta, nos divierte, por pasión. Pero no se puede vivir de eso. Hay que trabajar y tenemos otras responsabilidades”, dicen.
Las jugadoras tienen que realizar otros trabajos para sostenerse económicamente, sobre ellas también recae la carga de los cuidados o tienen que dejar de cumplir sus sueños por sus trabajos o estudios.
“Unas son estudiantes, madre de familia, todas tienen un trabajo y alguna cuida a su familia, a su madre de avanzada edad. Todas comentamos en el grupo cosas como ́este día no puedo asistir a entreno porque mi mamá está mal de salud y yo soy la encargada ́. Todas todas hacen algo más aparte de jugar”, comenta Leyla.
Una investigación publicada por este medio reveló que la diferencia entre el salario de las jugadoras de los equipos femeninos y masculinos es abismal.
El fútbol femenino de Oriente se sostiene a base de amor y pasión por el deporte. Las capitanas coinciden que para mejorar el fútbol es necesario tener un salario establecido “hay compañeras que salen de trabajar y llegan a jugar o van a jugar y luego vuelven a trabajar, y así una jugadora no rinde al 100% en las canchas”.
En la gráfica se presentan otras ocupaciones o trabajos que realizan las jugadoras de los equipos de Jocoro, Águila y Dragón aparte de jugar fútbol.
Águila, Dragón y Jocoro iniciaron con bases de jugadoras locales. El requisito para la Primera División es una planilla de 25 pero a medida que avanza el torneo van disminuyendo. Algunas viajan hasta más de tres horas para asistir a los entrenos, porque pertenecen a otros departamentos.
En la siguiente gráfica se muestra el porcentaje de jugadoras que no pertenecen al distrito del equipo al que representan, las horas que viajan para jugar, donde algunas futbolistas manifestaron que viajan más de 4 horas hasta sus lugares de entreno.
“Nos dicen váyanse a hacer tortillas, dicen cosas sobre el aspecto. Son comentarios machistas”, exponen las capitanas.
Las violencias también han sido motivo de retiro de jugadoras. Desde las gradas escuchan los insultos sin contar con quien erradique esta violencia. Los mismos escenarios han vivido desde que comenzaron a competir.
La Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres establece sanciones ante cualquier forma de expresión de discriminación, pero esto no se cumple en los estadios.
“Nos insultan. Hay que tener algún tipo de personal para salvaguardar a las jugadoras. Hay jugadoras que se han salido, se llega un punto que los insultos son demasiados y una se siente mal”, comenta Michelle.
El fútbol vive una realidad diferente cuando lo practican las mujeres. Sin embargo, un fútbol más inclusivo y menos excluyente es posible, dice Danae Boronat en su libro “No las llames chicas, llámanos futbolistas”.
En palabras de las capitanas de Oriente, las jugadoras merecen: “más apoyo porque en la liga hay talento; las mismas prestaciones que los equipos masculinos; un trato digno; el reconocimiento de nuestro trabajo porque tenemos potencial para llegar a las Selecciones y al extranjero; la visibilidad e igualdad para las mujeres”.
Las revoluciones que han hecho las jugadoras de Oriente marcan la historia del fútbol femenino del país, han empoderado a otras, han reivindicado el derecho al juego, se han tomado los espacios que les pertenecen: las canchas.
En la siguiente tabla se presentan los hitos que las jugadoras han hecho en los equipos femeninos del Oriente del país desde el surgimiento de cada uno.
“Como jugadoras tenemos que seguir unidas y seguir luchando por nuestros derechos como futbolistas y como personas”, expresa Angy.
*Este medio solicitó vía WhatsApp una entrevista con la capitana de Firpo a través del director técnico del equipo pero hasta el cierre de este reportaje no se obtuvo respuesta.