La importancia de las palabras: no es homicidio tentado, es feminicidio agravado, en grado de tentativa- por Keyla Cáceres

Foto/ Secretaría de prensa de la presidencia

Por Keyla Cáceres 

No estamos hablando de un homicidio en grado de tentativa, es un feminicidio agravado en grado de tentativa, no es justo que este país donde se está matando a una mujer con lujo de barbarie sigamos considerando desde las instituciones del Estado salvadoreño homicidio en grado de tentativa, nosotras con digna rabia y partiendo de la ética feminista acompañamos el 25 de noviembre el performance a las madres y hermanas de víctimas de feminicidios, así como las desaparecidas.

El 25 y 26 de noviembre se indignaron, se quejaron y casi sale el movimiento pro-monumento en El Salvador para que todas las paredes manchadas por las feministas fueran blanqueadas nuevamente. Pero su problema en realidad es que las feministas a través de esas expresiones artísticas colocamos el dolor de las madres y hermanas, y pese a los altos números de feminicidios, más de 80 a la fecha, quieren seguir invisibilizando nuestras muertes.

Nosotras no podemos seguir resolviendo los problemas que le corresponden al Ministerio Público, sin embargo, seguiremos acompañando para que un día tengamos justicia, ya sea justicia formal (patriarcal) o desde el imaginario colectivo como lo hacemos con la hermana de Priscila García, para que ese caso de feminicidio no pase como otros cientos a la impunidad de este país. 

El 25N le dimos a Priscila un altar, pusimos su nombre y le colocamos flores para comprometernos a no olvidar su nombre y seguir buscando justicia. 

A pocos días de la indignación, las instituciones del Estado no han nombrado el hecho como debió serlo, las cuentas en redes sociales de la Secretaría de Prensa, de la misma PNC hablaban de homicidio tentado. Los medios le llamaron “posible” feminicida, ¡está grabado en un vídeo como golpea con barbarie a una mujer!

 

Es importante revisar el perfil de este feminicida: un hombre militar de corta edad que posteriormente dice que estaba alcoholizado y drogado, que hoy no se acuerda de lo que paso, es necesario recalcar porque eso no es cierto; y si lo fuera no es excusa, lo pongo porque no es un homicida, que pueda quedar en libre en unos 5 años, es un feminicida que debe tener mínimamente 50 años de cárcel.

Afortunadamente la Policía Nacional Civil corrigió más tarde su grave error e informó que el agresor será procesado por feminicidio agravado en grado de tentativa, sin embargo no deja de preocuparnos que los medios de comunicación y las instituciones de gobierno aún teman llamar los hechos por su nombre cuando se trata de violencia contra las mujeres.

Lo que nos vuelve a colocar en la necesidad de reformar la LEIV y agregar en la tipificación del delito el FEMINICIDIO EN GRADO DE TENTATIVA Y EL FEMINICIDIO AGRAVADO EN GRADO DE TENTATIVA, porque pese a que existe jurisprudencia (hay juezas que se han atrevido a condenar bajo el entendido del delito de feminicidio y el contexto de cómo se da el delito) en la LEIV no se reconoce como tal esta tipificación. 

Que la digna rabia no solo se quede en las redes compañeras, que no esperemos a que otras lo hagan para poner la foto en las redes sociales, que la indignación traspase lo virtual y generemos lo que sea necesario para que ni las instituciones, ni los medios y mucho menos la ciudadanía tenga solo 72 horas de indignación. La prevención de la violencia inicia dando un buen abordaje, colocando sobre la mesa que es necesario una perspectiva feminista y las invito que desde la ética feminista nos armemos para botar y manchar lo que sea necesario por la dignidad y la vida.

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