Jueza desacredita testimonios de víctimas y condena a defensora

Fotografía/Yoshi García

Por Clanci Rosa

El Salvador- La Colectiva Amorales enfrenta desde mayo de este año un proceso judicial, tras ser demandadas por el profesor de la Universidad de El Salvador (UES), Ricardo Mendoza, señalándoles de calumnia, por acompañar desde hace varios años las denuncias de víctimas de acoso y agresiones sexuales por parte del docente.

Este día se emitió el fallo en el tribunal Sexto de Sentencia del Centro Judicial Isidro Menéndez. La decisión de la juez fue absolver a una de las acusadas por considerar que no se probó la participación de ella en el delito mencionado.

Sin embargo, en el caso de Lissania Zelaya, decidió condenarla, porque a su juicio se probó su participación en la “calumnia”, las pruebas en las que se basó fueron videos y testimonios; las procesadas por su parte nunca negaron la acusación, sino aludieron que fue la respuesta a la falta de operancia de las autoridades universitarias ante casos de acoso y agresiones sexuales.

Para ello, se incluyeron como pruebas tres testimonios de víctimas del demandante, Ricardo Mendoza. Pero la jueza decidió desacreditar los testimonios porque consideró que no hubo elementos para corroborarlos. Es decir, no hubo pruebas que constataran que las estudiantes fueron acosadas, y agredidas sexualmente, además por no existir denuncias ante Fiscalía General de la República.

Este criterio no fue usado para valorar los testigos de Mendoza, pues parte de las pruebas para acusar a Lissania fue el testimonio de Alex Argueta, trabajador del Teatro Universitario de la UES, que testificó haber visto a Zelaya en dos de los hechos “calumniosos”.

Otro de los elementos mencionados por la defensa, fue el papel de defensoras de derechos de las demandantes, pero la jueza consideró que Zelaya tuvo acciones que no son propias de una defensora de derechos aludiendo a frases que se escuchan en un video como llamar “adefesio” a Mendoza, no obstante en el video la mujer usa una máscara por lo que no se prueba que sea la acusada.

La defensora Bertha María Deleón consideró el fallo como pésimo “vamos a presentar el recurso de apelación, es un precedente nefasto, consideramos que revela como hay siempre discriminación implícita de género cuando hay que resolver estos casos por parte de juezas y jueces del país. Lamentamos que sea una mujer la jueza y que no haya hecho el análisis con perspectiva de género, se ha visto la desigualdad en como ha valorado los testimonios de las víctimas de violencia sexual por parte del profesor Mendoza, la rigurosidad con la que a analizado los testimonios versus el análisis que ha hecho de los videos”, opinó.

Por su parte Keyla Cáceres, de la Colectiva Amorales, valora que la jueza no tomó en cuenta la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia (LEIV) que en el principio tres prioriza el creerles a las víctimas, «ella decidió darle más valor a la voz de dos hombres que al testimonio de tres mujeres que fueron víctimas de Mendoza, incluso cuando una era menor de edad”, enfatizó.

En redes sociales ya se han visto las muestras de apoyo a la Colectiva Amorales, organización feminista que desde 2010 trabaja el arte como denuncia y protesta ante violencia machista, así lo detallan en comunicado de prensa.

Los testimonios de las “víctimas” emitidos en Audiencia de Sentencia

Como parte de la estrategia de defensa se presentaron tres testimonios de mujeres que pertenecieron a dicho diplomado. Los relatos de las mujeres vienen desde la segunda edición (2005-2006). Una de las testigas manifestó haber sufrido tocamientos indebidos en su cuerpo. “Me citó de forma privada a un ensayo, en el que me pidió que llevara un camisón y un hilo, estando ahí, él intentó besarme”, declaró.

Otras de las testigas, participante también del diplomado en la edición 2014- 2015, expresó al estrado que el profesor Mendoza le regaló un par de aretes y le escribía mensajes de texto.

“Yo me sentía incómoda con esas conductas, tenía una relación más personal conmigo que no tenía con las otras personas del diplomado”, aseguró. La joven tenía 19 años, en el momento de los hechos.

En el estrado también compareció una joven de 32 años, según relató, sufrió abuso sexual de Ricardo Mendoza entre 2005-2006, cuando ella tenía 17 años; también cursaba el Diplomado Superior en Teatro.

“Me citó a un ensayo privado, un sábado y me pidió que fuera con ropa de trabajo, pero que llevara un hilo, yo fui, estando ahí me pidió que me recostara sobre la duela, él se subió sobre mí y empezó a quitarse la ropa”, afirmó.

Dos mujeres manifestaron haber sido estudiantes de la UES, una todavía lo es, y explicaron que no denunciaron a Ricardo Mendoza porque no confiaron en las autoridades del Alma Mater, salvo una de ellas que presentó una carta a la Secretaría de Cultura de la UES, pero nunca obtuvo respuesta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 Comments

  1. Es triste cuando se valora la palabra de los victimarios, cuando se trata de las mujeres, tuve una experiencia, jueza del tercero de paz en Santa Tecla, acuso a la víctima y la catálogo de loca, y quitó medidas para el agresor… cochinada de aplicadores de justicia..

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