La sororidad no tiene colores partidarios- por Andrea Guzmán

Por Andrea Guzmán 

La sororidad etimológicamente hablando proviene de la palabra “Sor” que significa “Hermana”, es la capacidad de solidarizarse, empatizar y apoyar a otras mujeres independientemente de sus creencias, pensar o pasado, podría decirse incondicionalmente. 

El pasado 27 de enero de este año, muchas personas celebraron lo que se consideró una victoria política y un claro golpe a la imposición misógina y autoritaria que este gobierno ha impulsado a través de mensajes que incitan al odio, sobre quienes considera sus adversarixs políticxs. 

Representó el triunfo de una petición acuerpada de forma expresa e implícita de muchas mujeres que han sufrido la violencia estructural del sistema o de alguna persona cercana; esa violencia que se ha vuelto parte de las vidas de las miles de mujeres salvadoreñas, que sin importar su edad ahora también la experimentan a través de redes sociales y la política. 

La noticia de la inhabilitación de Walter Araujo como candidato a diputado para la Asamblea Legislativa, fue un triunfo que especialmente celebramos las mujeres que creemos en la libertad dada por una postura política feminista, una acción que sin duda trastoca el sistema patriarcal, misógino y vulnerador de derechos de las mujeres. El recurso de nulidad fue interpuesto por la candidata Bertha María de Deleón; quien nos deja un mensaje reivindicativo de que las mujeres, sin importar la afinidad política, no deben dejarse intimidar, amenazar y cohesionar por hombres que tienen a su disposición el poder adjudicado por un gobierno o por un grupo de poder económico. 

Para muchas mujeres militantes de las diferentes ideologías políticas esta acción debe representar un precedente que el sistema y los partidos políticos no se han desprendido del todo de posturas discriminatorias y de candidatxs con historiales de violencia hacia las mujeres, además también debe dejarnos la lección que cuando una se levanta, rompe el silencio y se hace escuchar, las demás deben ir a su encuentro para acuerparla, porque el feminismo y la sororidad van más allá de los colores partidarios. 

Que la consigna “Si tocan a una nos tocan a todas”, traspase las barreras de los lineamientos políticos que gravitan sobre una cultura androcéntrica creada sobre todo por hombres. Debemos estar convencidas que es el momento de las mujeres, es hora de las mujeres feministas en la política.  

El discurso en la recta final de esta campaña, debe llevar como principal lema de vida “Defensoras antes que militantes” porque solo así se podrá poner al centro la vida de las personas, la vida y dignidad de las mujeres. 

Defender lo que significa el bienestar de las otras, defender para una misma y para todas. Por eso debemos interiorizar que la sororidad va más allá de campañas políticas y colores partidarios, la sororidad es estar para las hermanas. Luchar desde la trinchera de la empatía.

Andrea Guzmán es Psicóloga con especialidad en género, defensora de derechos humanos, escritora y feminista.

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