El parole humanitario un mecanismo que alivia la dureza de la migración de activistas nicaragüenses

Por  Periodistas feministas nicas

“Más de 100,000 nicaragüenses habían huido del país, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Para 2022, ese número se duplicó aproximadamente, ya que Ortega tomó medidas enérgicas contra los políticos de la oposición y los disidentes políticos en el período previo y posterior a las elecciones de noviembre de 2021”, destaca la organización Migration Policy Institute.

El exilio, la migración forzada y la migración voluntaria ha sido una opción para salvaguardar las vidas de activistas, feministas y defensoras que denuncian las violaciones a los Derechos Humanos, ante las diversas expresiones de criminalización y represión de la dictadura sandinista.

Muchas activistas feministas nicaragüenses actualmente están en el extranjero: han tenido que salir por puntos ciegos a Costa Rica, otras han quedado varadas en diferentes países porque el gobierno a través del Ministerio de Migración y Extranjería les prohíbe la entrada a Nicaragua y otras, han utilizado el programa del Parole Humanitario para migrar de manera segura a Estados Unidos.

En este artículo hablamos con Charli, quien es una  activista feminista nicaraguense, beneficiaria del Parole y radicada actualmente en Georgia, Estados Unidos. Ella comparte bajo este seudónimo su experiencia sobre cómo fue considerando la decisión de migrar, cómo accedió a este programa humanitario y sus reflexiones ahora como una mujer migrante.

El parole humanitario, una opción a la crisis sociopolítica nicaragüense

Según el sitio web del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), el parole humanitario puesto en vigencia desde enero de 2023, es un permiso de permanencia temporal que se brinda por razones humanitarias urgentes o de beneficio público significativo para cubanos, venezolano, haitianos y nicaragüenses: “se trata de una vía legal para permanecer en el país por al menos un año aunque no tengas visa a Estados Unidos”.

Charli migró en junio de 2023 con el parole, pero llevaba años pensando y construyendo diferentes estrategias para salir del país a buscar otras oportunidades, pero un día, de forma inesperada, recibió la propuesta de patrocinio y decidió aceptar. Explica que tras el levantamiento cívico de 2018, se sintió desmotivada y pensó en salir del país; había considerado viajar en 2020, pero la pandemia le impidió concretar ese plan.

“Fue bien extraño porque todo parecía que me iba a quedar en Nicaragua pero volví a pensar en salir de país, pensé en Canadá y fui trabajando en preparar todo eso, también estaba considerando en cruzarme mojada con una amiga y sus dos niños, porque las fronteras estaban abiertas y justamente sale la noticia lo del parole”, señala Charli.

Mediante este programa migratorio se logró reducir las cifras de nicaragüenses que emigraban a los Estados Unidos de forma irregular. Entre los meses de enero y abril se contabilizaron 19,000 nicaragüenses que habían entrado legalmente a Estados Unidos y para junio de 2023 el gobierno tenía en revisión 20,000 solicitudes de parole humanitario de nicaragüenses.

“No tenía a nadie en Estados Unidos, pero un día me llamó una conocida de la familia y me lo dijo y le respondí que realmente nunca he tenido el sueño americano, pero que estaba pensando en viajar a Canadá; y ella me impulsó a moverme, viajar de forma segura con el parole, mirarlo como un trampolín y decidí de una, ahora ya llevo tres meses aquí” explica Charli.

Charli reconoce que para ella fue muy ágil el proceso de aplicación, como también solicitar el permiso de trabajo y la seguridad social al instalarse en Estados Unidos, porque en esencia este programa garantiza la “legalidad” durante un período de dos años para las personas migrantes, facilitando que ingresen de manera segura al país y pueda gozar garantías de seguridad ciudadana.

“De los principales beneficios que te puedo nombrar es haber viajado de forma segura de Centroamérica a Estados Unidos por todo lo que implica moverse por tierra de manera irregular, sobre todo para nosotras las mujeres que tenemos riesgos permanentes y evidentes”, enfatiza Charli.

“La migración golpea”

Charli habla de la complejidad de la migración: sus contradicciones y avances como mujer migrante, pues ella se siente “afortunada” por tener sus documentos en regla, poseer una identificación que le facilita más su vida como migrante; sin embargo, no deja de ser hostil estar en otro lugar sin su familia, sus redes de apoyo, sus mascotas, y realizando labores que le han demandado fuerza física y horarios a los cuales no estaba acostumbrada, totalmente distintos a su profesión en  Nicaragua.

En su caso, sigue con la meta de llegar a Canadá y por tanto define a su momento como “en tránsito”, lo cual complejiza su nivel de adaptación con el nuevo entorno.

“Todavía estoy procesando la experiencia de migrar a este país sobre todo porque nunca tuve el sueño americano y migrar de manera segura fue un alivio porque en mi caso siento que no he llegado a mi objetivo mi intención es cruzar a Canadá y a pesar de que tengo mis documentos en regla, siento que estoy en un proceso de tránsito, pero me siento segura y con los documentos se siente que se puede respirar mejor”, explica Charli.

No obstante, logra identificar el impacto emocional de esta experiencia que la tiene “muy fragmentada porque tuve que renunciar a muchas cosas que tenía en mi país, que formaban parte de mí y abandonar todo eso es muy duro porque sigo tratando de adaptarme y a mi edad, no soy joven ya tengo cuarenta y pico de años, es un poco más complicado. No es lo mismo migrar a los veintes que tenés más energía, más fuerza física que ahora, cuesta un poquito más el nivel de adaptación y acomodamiento emocional”, comparte Charli.

A esta complejidad también se le suma la preocupación y desmotivación que siente al enterarse de las noticias sobre el contexto represivo nicaragüense, porque aunque está en Estados Unidos su corazón sigue conectado con Nicaragua, su país.

“Estaba en un punto necesario para oxigenarme de todo lo que está pasando en el país, miro sin esperanza porque siguen pasando cosas y es bien agobiante, porque uno se va con esa ilusión de regresar en algún momento y sé que voy a volver en mejores condiciones, pero ahorita me pregunto a qué regresaría o cuándo voy a regresar si los que están en el poder nunca se van a ir  y una se desmotiva, se deprime y la falta de tu familia es fuerte”.

Otro aspecto en que Charli reflexiona y señala es la romantización de la migración, es decir, la idealización a este desplazamiento como un mecanismo inmediato para transformar las condiciones económicas “la migración golpea, hay un romanticismo, la gente tiene una fantasía de ir a Estados Unidos a recoger dinero y ya cuando llega, se das cuenta que literalmente solo estás ganando para pagar una renta carísima que no te imaginarías gastar en tu país, la comida, el transporte, todo”, finaliza.

El juicio en contra del Parole Humanitario

El jueves 24 de agosto de 2023 comenzó un juicio en contra el programa de parole humanitario que beneficia a personas de Nicaragua, Cuba, Venezuela y Haití. La demanda fue interpuesta por “21 estados republicanos, incluyendo Florida”, quienes alegan “que el programa de parole humanitario incumple ciertas regulaciones que deberían ser aprobadas primero por el Congreso”, reporta el sitio web de Univisión.

Al respecto Charli, comenta su enojo y el de la comunidad latinoamericana con quienes actualmente comparte, porque no hay certeza de cuál será la resolución final del juicio y esto genera preocupación para miles de familias que están trabajando arduamente para lograr ser patrocinadores y traer a sus parientes a Estados Unidos.

Señala que este juicio es una expresión de racismo y xenofobia de la supremacía blanca “es parte del racismo y la hipocresía de la gente blanca en este país, te digo que en  los tres meses que llevo aquí, he hecho dos oficios y los dos que he hecho han sido duros y te puedo decir literalmente que los oficios duros los hacen las personas latinas, no son los blancos siempre los trabajos duros recaen en la comunidad latina y pues no sabemos lo que va pasar, no sabemos si al final ese juicio va ser negativo para la comunidad”.

Según el medio digital 100 % Noticias, el juicio concluyó el pasado 25 de agosto 2023 pero la resolución final estará en un plazo de tres meses “hasta el momento se descarta una orden de suspensión temporal del programa de parole humanitario.

Los expertos en temas de migración han declarado que la resolución del programa no afectará a quienes ya se encuentren en el país, sin embargo es comprensible la incertidumbre que podría tener impacto en miles de familias a la espera de este beneficio” informó el medio de comunicación. 

Es evidente que migrar no es  fácil tal como lo expresa Charli a través de su testimonio y cómo lo muestran las políticas internacionales. Es una realidad que visibiliza diferentes problemas sociopolíticos y cambios radicales que demanda adaptación y resiliencia de las personas migrantes; por su parte, Charli sigue su camino procesando de a poco su duelo migratorio, sosteniéndose en sus fortalezas y redes de apoyo nicaragüenses, como también en las que va tejiendo a su paso.