“El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”,Simone de Beauvoir

Por Keyla Cáceres

La situación de las mujeres en este país no ha cambiado mucho, por el contrario, hoy se usa la lucha de mujeres que por décadas se han dedicado a la erradicación de la violencia contra las mujeres y niñas para atacar a otras mujeres que ahora son una voz critica al oficialismo, el pacto patriarcal que existe en la sociedad salvadoreña no es solo entre hombres si no también las mujeres que ahora son parte del oficialismo salvadoreño.

Hemos visto como las diputadas de Nuevas Ideas guardan silencio cuando se trata de ataques a mujeres que son de la oposición. No olvidemos los ataques constante que se vivieron durante la campaña política para las elecciones del 2021 a la Asamblea Legislativa y Alcaldías Municipales, los ataques contra los cuerpos de las mujeres fue una constante como en años anteriores, los principales promotores en esta ocasión fueron los candidatos del partido Nuevas Ideas, funcionarios del gobierno y no es un secreto los ataques de Walter Araujo contra Bertha María DeLeón, Cristina Cornejo, entre otras candidatas, ataques sumamente misóginos, a los que sus compañeras de partido guardaron silencio, hasta se convirtieron en cómplices compartiendo ciertos tuits.

Marcela Pineda ha interpuesto una demanda por el delito de difamación contra una investigadora con larga trayectoria en la defensa de los Derechos Humanos, está acción fue acompañada con afirmaciones como: «La época en la que las mujeres guardábamos silencio terminó. La época en la que los hombres y demás mujeres de oposición utilizaban nuestra imagen para dañarnos se terminó” una época en la que el oficialismo controla el órgano judicial con un golpe a la separación de poderes llevado acabo el 1 de mayo, una época en la que la comisión de la mujer de la cual ella es parte lo primero que hizo al momento de instalarse fue mandar archivo iniciativas para mejorar la efectividad de la LEIV, iniciativas como la paridad y participación de las mujeres en los eventos electorales, ley de contra la discriminación, entre otras que se encontraban en el seno de la comisión de la Mujer y la Igualdad de Género.

Una época donde se archivó el proyecto de Ley de Identidad presentada nuevamente y que hasta la fecha no se han tomado el tiempo de estudiarla, al igual que la Ley del Nombre, proyecto de ley que se encuentra en la comisión que ella preside: Legislación y Puntos Constitucionales. Además, de dar un dictamen desfavorable a la Reforma Beatriz, después de enviar a archivo proyectos de ley para despenalizar el aborto por causales, que llevan dos legislaturas esperando respuesta. Previo a ser diputada a Marcela Pineda se le veía subiendo fotos a sus redes sociales con el pañuelo verde, símbolo de la lucha por el derecho a decidir de las mujeres y niñas.

Esta diputada que con un rotundo NO se opuso a que la Asamblea Legislativa se pronunciara por las victimas de Chalchuapa, una fosa con más de 40 cadáveres, donde se encontraban mujeres, niñas y niños. Esta legisladora que guarda silencio cuando su jefe de bancada ataca a otras legisladoras de la oposición dentro de la Asamblea Legislativa, hoy hace uso del termino de violencia contra las mujeres para amenazar y amedrentar a las mujeres que se atreven a criticar la dictadura que se consolida cada día en este país.

Es necesario que nos cuestionemos la ética feminista cuando decimos más mujeres en la toma de decisión, en espacios de poder, porque lo que nos queda demostrado es que estás mujeres son las cómplices del patriarcado para aniquilar y silenciar a las mujeres que nos atrevemos a estar en la palestra pública emitiendo opiniones o haciendo activismo por los derechos de las mujeres y niñas.

Hablar de violencia de género a nuestro antojo no es ético y menos siendo parte del poder que decide perpetuar la impunidad del machismo o de accionar para evitar seguir teniendo 102 feminicidios hasta septiembre y subiendo hasta la fecha. Este año hemos perdido a muchas en medio del silencio cómplice del oficialismo. Este país que pretenden vender como “cool” alberga 5,359 casos de violencia sexual. Y ha sido condenado por la CIDH por criminalizar a Manuela tras enfrentar una emergencia obstétrica. Frente a esto último la diputada Pineda y las otras del oficialismo han guardado silencio.

Parece ser que para ellas es más importante montar un show político barato para callar a una mujer profesional que no comparte la forma en la que están conduciendo este país, en lugar de trabajar en la comisión de la mujer, que se dedica a contar historias y a pasear en lugar de trabajar a favor de las niñas y mujeres salvadoreñas y de decir algo frente a la condena del Estado salvadoreño por violentar a Manuela.

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