“Nos queremos vivas, pero también nos queremos sanas” importancia del autocuido feminista

Foto/Asociación Ixchel

Por Reina Ponce

El autocuidado es una herramienta de lucha ante los sistemas de opresión de los cuerpos de las mujeres, una apuesta política y sanadora, esencial para establecer límites entre las demás personas y las necesidades propias, además de permitir un espacio para la meditación, descanso, regalarse amor y placer lo cual es fundamental para feministas y colectivos señalan feministas.

“Es el cuido desde la ternura, comprensión, apertura y curiosidad para acompañar las emociones y el sentir del cuerpo. Se trata de ir construyendo una relación de auto empatía, es aprender a ponerte en el centro de tu vida como prioridad sin sentir culpa” explica Heazel Martínez.

Asimismo lo expresa Edith Elizondo quien plantea que es una herramienta que permite atender las necesidades tanto físicas como mentales y replantearse las diferentes necesidades que tienen las mujeres “es muy importante para que las mujeres reconozcan también que es necesario poner límite, escuchar sus sentimientos, decir hoy estoy enojada hoy quiero hacer esto y nombrar todas esas cosas que nos pasan a las mujeres en el cuerpo porque muchas veces también se nos ha negado el hecho de sentir y el hecho hasta de darnos placer”.

Elizondo menciona que el autocuido es importante para reconocer y sanar los daños que no permiten relacionarse con otras personas.

«El autocuido permite recocer las heridas del machismo, del sistema capitalista y patriarcal, por ello es necesario sanar todas las heridas ancestrales de las mujeres, sanando yo sanamos todas y construimos otro tipo de relaciones con los seres que cohabitamos este planeta”.

Las feministas coinciden que la cuarentena lleva a estar en función de otras personas y no atender y escuchar las necesidades del cuerpo.

En un sistema donde las mujeres orientan los cuidados a las demás personas “el autocuido feminista implica escuchar las necesidades propias, sentimientos, deconstruir lo aprendido por el patriarcado, además acompañar a otras mujeres para establecer vínculos fuertes y poderosos desde la bondad y la complicidad” expresa Heazel.

En este periodo de confinamiento el tiempo para las mujeres se vuelve más complejo entre las tareas del hogar el trabajo y otras responsabilidades, ante ello Heazel plantea “hacer una pausa para respirar y conectar con la sabiduría interna para realizar mi próximo paso desde la calma y la comprensión, primero conmigo y luego con las demás”.

Una de las deudas del sistema de salud es reconocer la salud física y mental pero sobre todo reconocer la salud emocional de las mujeres.

Elizondo manifiesta “La apuesta del autocuido  nos permita a las activistas parar, tomarnos un tiempo para nosotras porque nos queremos vivas pero también nos queremos sanas”.

El Focusing, biodanza, constelaciones familiares y otras técnicas ayudan a las personas a estar más presentes y conectadas con ellas mismas para ir sanando y nutriendo el cuerpo de presencia y fluir con la vida «partamos de darnos placer y hacer lo que nos gustan y nos conectan con la alegría» expresan las jóvenes.