Juzgado Especializado de Instrucción para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres de Santa Ana condenó este día a 70 años de prisión a Hugo Osorio, expolicía, por el doble feminicidio de Cristina y su madre.
Después de un año de haberse descubierto el caso de Chalchuapa un tribunal de Santa Ana emitió fallo sobre el doble feminicidio de Hugo Osorio. Sin embargo, Osorio sigue estando vinculado a los otros casos, pues en su casa se encontraban más víctimas.
#ÚltimaHora | La @FGR_SV ha logrado demostrar la culpabilidad de Hugo Osorio en el doble feminicidio de una madre y su hija ocurrido en mayo de 2021 en Chalchuapa, por lo que el tribunal le ha impuesto una condena de 70 años de prisión. pic.twitter.com/KUjmM0UwLm
— Fiscalía General de la República El Salvador (@FGR_SV) June 10, 2022
El 7 de mayo de 2021 fue una fecha que marcó a El Salvador, un “cementerio” fue encontrado en una casa de Chalchuapa, un expolicía es acusado como el principal responsable de cometer los crímenes.
El hallazgo de cuerpos que cobró relevancia tanto a nivel nacional como internacional se descubrió a través de los feminicidios de Cristina y de su madre. Hugo Osorio, expolicía, enfrenta juicio por estos dos feminicidios, pero no por las demás víctimas encontradas en su casa de habitación en Chalchuapa.
Expertas en derechos humanos consideran grave que el Estado no dé respuestas a las familias de las víctimas sobre los casos de desapariciones y las razones de las muertes violentas de otras mujeres.
Chalchuapa significa un símbolo de la precariedad de la vida de las mujeres en El Salvador. Este hallazgo no se ha calificado con el peso de feminicidio lo cual no es nada nuevo ante un sistema de justicia que guarda silencio. Este hallazgo tiene una estrecha relación con la cultura de la violación, menciona Silvia Juárez, coordinadora del Programa para una Vida Libre de Violencia para las mujeres
“El primer mandato sobre la cual la cultura de la violación y del fin de la vida de las mujeres es precisamente, el considerar el minus valor de la vida de las mujeres, es decir, que nuestros cuerpos no alcanzan humanidad para no ser respetados y que además hay una especie de considerarnos desechos”.
Hugo Osorio, un expolicía de 51 años con experiencia militar durante la guerra ingresó a la policía en 1997 y fue destituido después de recibir una condena por el delito de violación en menor incapaz, según información de la institución policial.
La cultura de la violación utiliza los vehículos de los estereotipos y los prejuicios basados en la precariedad en el infravalor que tiene la vida de las mujeres y ese Chalchuapa es el efecto que evienciamos de toda esa cultura, expresa Juárez.
Un informe de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) señala la gravedad que una persona como Osorio, con un elevado grado de peligrosisidad y con un patrón de violencia sexual hacia las mujeres, haya formado parte de una institución como la Policía Nacional Civil (PNC) por varios años. Algunos de sus compañeros comentan que mostraba proclividad a ejercer violencia sexual principlamente a adolescentes, así como indicios de su involucramiento en otros delitos como feminicidios y desapariciones.
Para Zaira Navas, jefa de Estado de derecho y seguridad de Cristosal, es esencial determinar los motivos por los que se cometieron los crímenes que “estén operando fosas clandestinas en el lugar de residencia de esta personas sin que nadie lo detectara y que esta persona haya tenido vínculos previos con la policía genera muchas preguntas y mucho cuestionamiento que debe tener la policía en este tipo de casos”.
Cristina fue una “heroína”
Alrededor de las 11 de la noche del viernes 7 de mayo de 2021 se escucharon los gritos de una mujer, su nombre, Cristina, quien fue perseguida y luego asesinada junto a su madre, Miriam, en una vivienda del callejón Estévez, en la colonia Las Flores del municipio de Chalchuapa. El feminicida, un expolicía, Hugo Ernestro Osorio.
Cristina fue considerada una heroína al intentar escapar de Hugo Osorio y poner al descubierto los crímenes. Sus gritos alertaron a los vecinos quienes llamaron a la policía que llegó hora y media después de los hechos. Ella era cosmetóloga y su madre una secretaria jubilada, que atendía una tienda ubicada a 26 kilómetros del lugar donde ocurrieron los feminicidios, según describe una investigación de FESPAD.
Esa noche no sólo encontraron a Cristina y Miriam sino a todo un cementerio en Chalchuapa. La Fiscalía General de la República (FGR) informó sobre el hallazgo de 11 fosas localizadas en el patio de la vivienda de Osorio.
En un inicio el antropólogo forense, Israel Ticas, calculaba el hallazgo de al menos 45 personas. El 18 de mayo en las redes sociales se filtró que el mismo Osorio había confesado la existencia de más de 40 cuerpos. La voz del forense fue silenciada por el gobierno, la FGR lo removió de su cargo como sanción por brindar información falsa.
El hecho trascendió las fronteras, el caso pasó a reserva, desde ese momento las autoridades han mantenido con hermetismo el tema, no dan informes ni estadísticas de las personas encontradas en el lugar.
A raíz de la noticia en Chalchuapa familiares que tenían parientes desaparecidos se abocaron al lugar con la intención de recibir alguna noticia, por dura que fuera. Encontrarles muertos en el lugar. Pero no hay respuestas para estas familias.
Cristina y su madre fueron entregadas para ser sepultadas el año pasado junto a otras personas, pero hay más que las autoridades no identifican y las familias no pueden enterrar.
La mayoría de las víctimas se presume que son mujeres y adolescentes. El caso de Chalchuapa se relacionó con temas como las desapariciones, trata de personas, violación sexual y feminicidios. Osorio confesó sobre la participación de otras diez personas implicadas de las cuales se desconoce el proceso judicial.
Navas considera que es necesario que exista justicia y garantías de no repetición, además que el Estado tiene las deudas de crear un registro de personas desaparecidas y un banco de ADN.
“Muchas mujeres fueron ejecutadas, muchas familias siguen sin saber sobre la causa o razón por la cual fueron ejecutadas. No es posible que El Salvador siga teniendo feminicidios de esta magnitud sin responder a las víctimas dónde están sus desaparecidos y siga sin hacer justicia contra los principales responsables de este tipo de hechos tan graves”.
Be the first to comment