Desmantelar, dice la Real Academia, se refiere a la clausura o destrucción de una construcción y a la acción de desarticular, desamparar o abandonar. Este es el término con el que activistas, académicas y organizaciones feministas definen la situación actual del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU).
La falta de presupuestos adecuados, la utilización partidaria y los enfoques alejados de la procuración de derechos de las mujeres han sido el talón de aquíles desde siempre, pero aún más en los últimos cinco años.
Para este reportaje, trabajadoras y ex trabajadoras del ISDEMU nos brindaron detalles de la evolución en el manejo de la institución y por qué ellas consideran que, desde el 2019, ha habido un desmantelamiento evidente de esta instancia y de todo el sistema de protección de los derechos de las mujeres.
Por: Krissia Girón
Edición: Clanci Rosa / Ilustraciones y diseño: Gabriela Turcios
En noviembre de 2021, “Irene”*, trabajadora en ese entonces del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), recibió un memorándum desde Casa Presidencial en sus manos, exigiendo ser leído, firmado y retirado inmediatamente. Según cuenta, el memo indicaba que para el 25 de noviembre, Día Internacional para la Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres, no habrían actividades, pronunciamientos, acciones ni campañas en conmemoración. Además, prohibió el uso de la palabra “violencia” en cualquier institución pública, ya que el término se manejaría únicamente desde Casa Presidencial.
“Marina”*, una actual trabajadora de la institución y que ha sido testigo de las gestiones de los gobiernos de ARENA, FMLN y Nuevas Ideas, confirmó este tipo de “órdenes” que han llegado a las y los trabajadores del ISDEMU de forma verbal. “Sara”*, otra ex trabajadora, agregó que hubo lo que ella denomina un “rompimiento brusco” con las políticas y leyes garantes de los derechos de las mujeres, a través de la contratación de personas sin formación en género, una reducción importante en el presupuesto, las reformas que asignan a la institución como responsable de Ciudad Mujer en un momento donde cuentan con pocos recursos, así como el temor hacia todas las trabajadoras y trabajadores que les impide cuestionar estas decisiones.
El ISDEMU, diseñado como el principal mecanismo de políticas públicas para garantizar los derechos de las mujeres, enfrenta una profunda crisis según los testimonios de trabajadoras y extrabajadoras que hablaron con Revista La Brújula sobre el debilitamiento institucional, recortes presupuestarios, y un enfoque político que ha minado la esencia de la institución como rector de políticas de género.
La llegada de Nuevas Ideas y Nayib Bukele a la administración pública en 2019 significó para ellas un momento de confusión y falta de claridad en la estrategia del nuevo gobierno en materia de género. No obstante, ese mismo año, Bukele dejó las primeras señales de que buscaba separarse de la visión de las gestiones anteriores, al cerrar completamente la Secretaría de Inclusión Social.
A Marina le llamó la atención la insistencia del nuevo gobierno en cambiar las narrativas e incluso los nombres de algunas unidades. Una de las razones principales para no utilizar la palabra violencia, explica, son las políticas de seguridad como el Plan Control Territorial y el Régimen de Excepción que, a juicio del gobierno, han reducido la violencia en el país, incluyendo la violencia contra las mujeres. Sin embargo, los subregistros de organizaciones de mujeres muestran que la violencia contra las mujeres y las niñas continúa.
“Cambiaron nombres de lo que ya existía, por ejemplo, a la Escuela de Formación para la Igualdad sustantiva ahora se llama Unidad de Formación Especializada. Pidieron que se utilice un lenguaje diferente porque, según ellos, ya no había violencia a partir del régimen de excepción. Entonces se quiere dar la idea de que el régimen ha eliminado también la violencia contra las mujeres, cosa que no es así. Al final, insistimos con otras compañeras en que la palabra víctima se debe mantener y así es hasta hoy”, expresó
Irene fue testigo no sólo de ese memorándum que desconocía, al menos en el discurso público, la violencia contra la mujer, sino de otras decisiones que dieron las últimas estocadas a la institución rectora de leyes reconocidas a nivel internacional, como la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV).
“Se comunicaron conmigo de las unidades de género y me decían ‘mire, aquí ya no podemos hacer nada, ya no tenemos presupuesto. Si antes no teníamos, ahora es peor’, ‘nos han dicho que las políticas institucionales de género ya no van’. De repente empiezan a poner gente en las unidades que no había pasado ni un tallercito de género, que no sabían nada”. Entre esas personas sin experticia, explica Irene, también estaban las y los representantes de los ministerios en la Junta Directiva.
Organigramas de 2015, 2017 y 2024 que reflejan cambios en la institución / Fuente: Portal de Transparencia del ISDEMU
Estas decisiones, sumado a la falta de datos sobre violencias específicas hacia las mujeres, la falta o minimización de las unidades de género en algunas instituciones y los recortes en el presupuesto es lo que Irene, Marina, Sara y algunas organizaciones feministas denominan el desmantelamiento de la estructura institucional del ISDEMU**, y también “de todo el sistema de protección de los derechos humanos de las mujeres que, sin decir nada, fue eliminado de alguna forma”, expresa Irene.
El decreto legislativo 664 en 1996 que da vida al ISDEMU, dice que es un organismo autónomo encargado de promover los derechos de las mujeres en El Salvador y garantizar su desarrollo integral. Su creación estuvo vinculada al cumplimiento de compromisos internacionales, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), un tratado internacional adoptado por Naciones Unidas que busca eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer en los ámbitos político, económico, social, cultural y civil.
Aunque el ISDEMU fue concebido como un mecanismo autónomo. Sin embargo, desde su creación enfrentó una marcada dependencia política, ya que está adscrita a Casa Presidencial, por lo que el nombramiento de la presidenta de la Junta Directiva lo hace el presidente de la República. Por ello, es una instancia sujeta a la influencia política del gobierno de turno. Irene explica cómo el instituto, pese a su autonomía legal, ha sido utilizado como herramienta política. «Eso ha facilitado el manoseo político», señala.
“El ISDEMU ejerce una rectoría hacia las otras instituciones y, como está bajo la Presidencia, estas tendrán que responder y acatar en materia de género y derechos humanos de las mujeres. Sin embargo, esa figura no ha funcionado y esto ha implicado que cualquier persona o partido que llegue a la presidencia, imponga su propia perspectiva a la institución, sobre todo porque ha estado vinculado al papel que han jugado las primeras damas”, dijo.
Durante los gobiernos de ARENA, el enfoque del instituto se centró más en la familia que en los derechos de las mujeres, incluyendo la atención a hombres y mujeres, con poca atención a la promoción de los derechos humanos de las mujeres como sujetos autónomos. Además, el ISDEMU se mantuvo bajo la dirección de la Primera Dama, lo que reforzó su subordinación a la Presidencia.
Línea de tiempo sobre el surgimiento del ISDEMU y de todo el marco legal garante de los derechos de las mujeres en El Salvador / Fuente: Elaboración propia
“Cuando llegué ya estaba instalada la institución. A mí me fascinó la misión. En ese entonces andaba buscando una institución que apoyara formación en las comunidades y cuando yo conocí el ISDEMU para mí fue lo más maravilloso que había encontrado. Ese acercamiento me facilitó entender la dinámica interna. La institución se había formado con gente que venía desde la Secretaría Nacional de la Familia y poco a poco fueron llevando personas, según fue evolucionando la institución”, comentó.
Aunque en la ley diga que el ISDEMU es autónoma en lo financiero, en lo técnico y demás, no es así, nunca ha funcionado de esa forma. Pero ahora es peor. Y como no hay nada escrito, solo nos atenemos a la instrucción verbal. Los que no acaten, están expuestos a cualquier cosa”.
Marina, trabajadora del ISDEMU
Con la llegada de los gobiernos del FMLN hubo un cambio de perspectiva, centrada en los derechos de las mujeres, impulsado por la integración de mujeres con experiencia en organizaciones feministas a la institución. Sin embargo, las mujeres que dieron su testimonio para este reportaje coinciden en que estos avances fueron resultado del compromiso de las trabajadoras más que de una estrategia gubernamental sólida.
Irene destaca cómo la inclusión de feministas en puestos clave permitió avances significativos, como la aprobación de la LEIV, la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres (LIE) y la creación de unidades institucionales de género en diversas entidades públicas. Sin embargo, estos logros no estuvieron exentos de dificultades. «Fue una doble lucha: primero, contra el machismo institucional y en el partido, y segundo, a nivel externo», explica.
“Las feministas que fueron parte de ese proceso, y las que nos incorporamos después, teníamos un compromiso con el tema de los derechos humanos de las mujeres y fuimos las que pusimos el interés. La aprobación de las dos leyes especiales se aceleró porque las feministas que estaban internamente lo movieron y por el papel de las organizaciones de mujeres, que ha sido el motor de todo esto”.
Por su parte, Marina destaca tres avances importantes que se dieron durante los gobiernos del FMLN: Las ventanillas de atención, que se refiere a los stand de información que llegan a hospitales, centros educativos, unidades de salud o eventos específicos y que se mantienen hasta hoy; el trabajo territorial en las comunidades; y los Consejos Consultivos para la contraloría social.
“En los primeros años del Frente hubo un gran esfuerzo por tomar mujeres con experiencia organizativa de distinta naturaleza para que formaran grupos e hicieran contraloría del cumplimiento de las leyes en sus territorios. Lamentablemente, con los años condicionaron que tenían que ser mujeres del partido para que no se metiera a hacer contraloría a tal alcalde o que no se meta con tal institución”, expresó.
Para las entrevistadas, el debilitamiento del ISDEMU inició varios años antes. Para Marina, el debilitamiento inició con los choques entre las trabajadoras y la dirección del ISDEMU en tiempos del FMLN. Ella fue testigo de diferentes hechos de violencia laboral y de cómo esto provocó la creación de un sindicato de trabajadoras y trabajadores.
Las feministas que fueron parte de ese proceso, y las que nos incorporamos después, teníamos un compromiso con el tema de los derechos humanos de las mujeres y fuimos las que pusimos el interés. La aprobación de las dos leyes especiales se aceleró porque las feministas que estaban internamente lo movieron y por el papel de las organizaciones de mujeres, que ha sido el motor de todo esto”.
Irene, ex trabajadora ISDEMU
“Fue tan difícil que algunas compañeras se organizaron para hacer el sindicato por una serie de atropellos inesperados. En tiempos de ARENA siempre habían vulneraciones laborales, pero con el FMLN hubo como un choque ideológico, es decir, pensábamos que por ser el partido de la clase trabajadora no pasarían estas cosas, pero fue cuando más violencia sufrimos”, dijo.
Por otro lado, Marina y Sara coinciden en que uno de esos momentos fue con la llegada de Ciudad Mujer. Si bien ambas aseguran que ha sido un programa clave para llevar atención a las mujeres en distintos puntos, consideran que le restó capacidades a la institución.
Sara explica que si bien ha sido importante el papel de Ciudad Mujer volcado hacia la atención a mujeres, esto redujo algunas funciones del ISDEMU que, con el tiempo, provocó tensión entre ambas instancias.
“En el momento en que se creó habían protagonismos, y el de la primera dama, para el gobierno, fue más importante, ella tenía que destacar y creo que no está mal, lo malo para mí es que le quitó funciones porque el ISDEMU es encargada de dirigir a todas las instituciones que estaban dando atención dentro de Ciudad Mujer. Estas tensiones hicieron que la institución se debilitara desde esos años”, explicó.
Con la llegada de Nuevas Ideas al Ejecutivo, el debilitamiento de ambas instancias y de las estrategias creadas en favor de las mujeres se dieron de forma progresiva y un tanto acelerada, afirman. Marina lamenta que la esencia de estrategias como los consejos consultivos, se haya perdido.
“Hay un trabajo territorial, pero no se potencian los consejos consultivos. Hay una que otra mujer lideresa que agrupa a las mujeres para actividades específicas como el 8 de marzo, el 25 de noviembre o alguna necesidad muy local, pero la esencia del Consejo Consultivo se perdió y fue desde la misma administración que la creó. Me parece lamentable porque eso le daba protagonismo a las mujeres y les daba la capacidad de incidencia en aquello que todos los funcionarios debían de cumplir”.
Todas las fuentes cuestionan también los cambios que la Junta Directiva hace de forma casi periódica a la forma de organización y funcionamiento del ISDEMU. Marina comenta que en cinco años se les han presentado cinco organigramas diferentes, debido a los cambios de nombre de las unidades, cambios en el funcionamiento, entre otros.
Ya no se puede hablar de ningún término que tenga relación con el feminismo, como sistema sexo - género, derechos sexuales y reproductivos, masculinidades y demás. El programa Ciudad Mujer ahora se llama centros de atención especializada. Además, en cinco años hemos tenido cinco organigramas”.
Marina, ex trabajadora
Organigramas de funcionamiento del ISDEMU que reflejan cambios en los últimos cinco años. Fuente: Portal de Transparencia del ISDEMU
Los cambios repentinos y periódicos no solo se han reflejado en el organigrama de funcionamiento, también en el nombramiento de directoras y, recientemente, en las reformas a la Ley del ISDEMU de junio de este año que, entre otras, sustituye la figura de Dirección Ejecutiva por la de Presidenta Ejecutiva, quien ahora tendrá un cargo permanente en el instituto, con las funciones de representación legal, judicial y extrajudicial, conducción de la dirección ejecutiva en los aspectos técnicos, operativos y financieros, la dirección estratégica de las políticas, programas y proyectos de la institución y otros aspectos.
Sin presupuesto y, ahora, sin relevancia
Uno de los problemas más críticos que enfrenta el ISDEMU es la reducción significativa de su presupuesto, afirman todas las fuentes consultadas para este reportaje. Según Irene, esta situación ha limitado gravemente la capacidad de la institución para implementar programas y garantizar servicios esenciales y otras áreas clave como la de políticas públicas, dejando apenas un puñado de personas en equipos que anteriormente lideraban estrategias nacionales en género.
«El presupuesto no solo se ha reducido, sino que también se ha fusionado con el de Ciudad Mujer, lo que ha diluido la capacidad operativa del ISDEMU», lamenta.
Una reforma a la Ley del ISDEMU en 2022, en la gestión constitucional de Bukele, adjudicó a la institución la administración del programa Ciudad Mujer. La absorción del programa que nació en 2011 con los gobiernos del FMLN y que fue un programa insignia de la Secretaria de Inclusión Social y primera Dama de ese entonces, Vanda Pignato, no ha fortalecido al ISDEMU como se esperaba, por el contrario, ha generado duplicidad de funciones y conflicto entre equipos. «El ISDEMU se convirtió en un centro de atención más, perdiendo su rol estratégico de rectoría», explica Marina.
El programa Ciudad Mujer, considerado un modelo innovador en América Latina, también enfrentó amenazas de desaparición. Sin embargo, su prestigio internacional y financiamiento externo lo salvaron, comenta Marina. «No pudieron eliminarlo, pero le han cambiado el nombre para desvincularlo del gobierno anterior. Ahora se llaman Centros de Atención Especializada», explica.
Al revisar los presupuestos anuales del ISDEMU, es notable el aumento año con año desde los fondos del Presupuesto General de la Nación. Sin embargo, un análisis de Panorama Económico de 2021 indicó que, para ese entonces, se recortaron $22.1 millones en la ejecución de programas específicos o con sesgos implícitos hacia las mujeres. Solo el programa Ciudad Mujer ha tenido recortes de más de 5 millones en cuatro años, de 2019 a 2022.
Análisis de la reducción de fondos en la ejecución de programas específicos o con sesgos de género y en la LIE/LEIV. Fuente: Panorama Económico
Por otra parte, la reducción más significativa para el ISDEMU será este 2025. La propuesta del Presupuesto General de la Nación indica una asignación de $7,237,221, representando una reducción de $4,367,461 respecto al 2024. Según la propuesta, el principal recorte se encuentra en las plazas, lo que significaría el despido de aproximadamente 211 personas de la institución. Además, el programa Ciudad Mujer pasaría de un presupuesto de $5,355,070 a $3,745,405 para el próximo año.
Fondos GOES asignados al ISDEMU de 1997 al 2025. Fuente: Elaboración propia con datos del Portal de Transparencia del ISDEMU y del Ministerio de Hacienda
El financiamiento del ISDEMU siempre ha sido un desafío. Irene explica que, incluso en los mejores momentos, los recursos eran insuficientes para cubrir todas las necesidades. «El presupuesto ha sido siempre un talón de Aquiles, y en este gobierno la situación ha empeorado», comenta.
Además, Irene menciona cómo las restricciones presupuestarias han llevado al desmantelamiento paulatino de las unidades de género en diferentes instituciones. «El financiamiento se ha reducido al mínimo, dejando a las unidades de género sin recursos para operar. Esto equivale a un desmantelamiento silencioso», asegura.
Para la economista Julia Evelyn Martínez, la reducción del presupuesto y la negativa de la gestión de Bukele a avanzar en la igualdad de género y en el fortalecimiento de la institucionalidad que tutela los derechos de las mujeres, significan un franco retroceso y convierten a instituciones como el ISDEMU en “irrelevantes” para el Estado.
“Una institución debilitada también a nivel de políticas públicas, es una irrelevancia completa dentro del gabinete de gobierno y, además, vaciada de todo contenido de sociedad civil, que finalmente han quedado excluidas en la práctica y que no se ven visos de que sean incorporadas, con lo cual está institución va camino a convertirse en una institución totalmente irrelevante”.
Martínez se refiere a la reforma a la ley del ISDEMU de 2022 que condicionó la participación de las organizaciones de sociedad civil en la Junta Directiva. Además, recordó que esta institución es el ente rector de la LEIV y la LIE. Un ente rector sin presupuesto, indicó, debilita a todo el sistema de protección de los derechos de las mujeres.
“Hay que decirlo fuerte y claro: durante los cinco años de la primer gestión del presidente Nayib Bukele, la LEIV y la LIE fueron ignoradas y violentadas en sus disposiciones, no solo en las disposiciones de los órganos responsables, también en el ámbito presupuestario, porque ambas establecen que es obligación del Ministerio de Hacienda que todos los años deberá asegurarse que existen o que se han incluido las partidas presupuestarias que son necesarias para ejecutar las acciones de las políticas que derivan de dichas leyes. Eso ha quedado totalmente obviado, es como que no existieran esas leyes”.
La mejor manera de debilitar a las instituciones es darles mayores competencias con menores presupuestos. El proceso de debilitamiento del ISDEMU ha seguido esa lógica. Pero no me sorprende, este es un gobierno de machos que odia profundamente a las mujeres”.
Julia Evelyn Martínez, economista.
“Pedirle un papel más protagónico al ISDEMU hoy, es una ilusión”
Los datos sobre violencia contra las mujeres en El Salvador para 2024, son desoladores, afirman las organizaciones feministas que, año con año, salen a las calles cada 25 de noviembre, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para exigir al Estado mayor compromiso con los derechos humanos de las mujeres, niñas y adolescentes y para denunciar las decisiones gubernamentales que limitan estos derechos.
Datos de la Fiscalía General de la República (FGR) reportan para el periodo 2023-2024, 130 feminicidios, 8,984 acciones de violencia sexual -representando un aumento del 13%-, y 2,664 denuncias de violencia física -aumentando un 17% en comparación al informe anterior-.
Por otro lado, se reportan 10, 144 casos de mujeres desaparecidas en los últimos ocho años, según el Observatorio Universitario de DDHH; 7,742 mujeres capturadas, 17 asesinadas en centros penales y 4 niñas fallecidas por el régimen de excepción, de acuerdo a los datos de Unidad de Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios de El Salvador (UNIDECH).
Roxana Rodríguez, activista feminista, lamenta que otra de las tareas que el ISDEMU dejó de lado es la elaboración del Informe de Hechos de Violencia contra las Mujeres, debido al mismo desmantelamiento y restricciones dirigidas desde CAPRES. Algunos datos, comenta, los han rescatado de memorias de labores y otros documentos publicados por instituciones como la FGR.
Rodríguez indicó que la Fiscalía registra indicadores de cinco tipos de violencia: feminicida, psicológica, patrimonial, sexual y física. Para el periodo 2023-2024, registró 20,950 casos, aumentando 2,772 denuncias respecto al periodo 2022-2023. De estos casos, la FGR reporta solamente 1,982 condenas. Para la activista, estos datos reflejan un panorama de impunidad e inoperancia dentro del sistema judicial.
“Esto se fundamenta en una profunda misoginia del sistema de justicia que pareciera odiar a las mujeres y niñas, que son las principales víctimas, y que toda su forma de operar está encaminada a proteger al victimario, sobre todo si son miembros de los cuerpos de seguridad ya sea Fuerza Armada o Policía, como sucedió el año pasado con la violación que militares perpetraron el Mizata contra una niña. El sistema deja libres a todos los que colaboraron y solo condenan al violador”.
Qué bien que el Gobierno haya logrado bajar los homicidios y violencia feminicida. Qué mal que olvide que las mujeres enfrentamos otros tipos de violencia y no haga esfuerzos claros, articulados y sistemáticos para atender esas otras expresiones de violencia”.
Roxana Rodríguez, activista feminista
Al preguntarle a Roxana cuál debería ser el papel del ISDEMU ante la situación de violencia contra las mujeres, responde que este debe y siempre debió brindar atención a victimas de violencia, lo cual se logró “con altos y bajos”, responde. Sin embargo, ella considera que, en este contexto de debilitamiento de todo el sistema de protección de las mujeres, pedirle un papel protagónico al ISDEMU es “una ilusión”.
“Muchas de las reformas que se han hecho son justamente para restarle autonomía porque estamos con un gobierno autoritario que concentra todo y que la última palabra la tiene el presidente y solamente él puede decidir qué se hace que no se hace. Entonces, pedirle un papel más más protagónico yo creo que es una ilusión. En cualquier momento nos vamos a despertar con la novedad de que lo eliminaron, porque es una institución que estorba, porque responde a una intencionalidad de cumplir compromisos internacionales con los cuales el gobierno actual no está de acuerdo”, dijo.
Pese a todo, Roxana acude a la esperanza. Recuerda con firmeza que ninguno de los avances en materia de derechos de las mujeres en todos los periodos presidenciales fueron dados desde buena voluntad de los gobiernos, sino arrebatados gracias a la lucha e insistencia de las mujeres y de la población organizada en general.
“Con nuestras redes de apoyo logramos arrancarles esas migajas a los diferentes gobiernos y si lo hicimos antes, lo vamos a volver a hacer a pesar de las circunstancias adversas. Nos queda fortalecernos entre nosotras, hablarnos a nosotras, seguir construyendo y problematizando entre nosotras, porque el gobierno no nos escucha y es por gusto estarle hablando. Debemos generar esas redes de apoyo desde los territorios y de cuidados entre nosotras, para poder entonces tener cosas contundentes que mostrar, cuando este gobierno caiga. Porque va a caer, compañera, nada es para siempre”.
*Los nombres fueron cambiados a petición de las fuentes por seguridad.
**Por medio de correos electrónicos y llamadas telefónicas a los números que aparecen en la página web del ISDEMU, intentamos contactar a la gerente de Comunicaciones, Karen Trejo, para gestionar una entrevista con la presidenta de la Institución, Yanci Salmerón, y conocer su perspectiva sobre este tema. Al cierre de este reportaje, no tuvimos respuesta.