La Red Salvadoreña de Defensoras, La Colectiva Feminista y la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto llevaron a cabo un tribunal simbólico para visibilizar y condenar los casos de violencia reproductiva y las violaciones de derechos humanos cometidas contra mujeres y personas sexo-género disidentes en El Salvador. Entre los casos emblemáticos presentados destacan, Lili una de las mujeres criminalizadas por emergencias obstétricas y el de Beatriz, una joven a quien se le negó la interrupción del embarazo, a pesar de que el feto era inviable y su vida corría peligro, su caso fue presentado ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Por. Eugenia Olán
El Tribunal Simbólico fue presentado como un espacio para reconocer el daño causado a las sobrevivientes y sus familias, debido a las acciones y omisiones del Estado que han impedido la garantía de derechos humanos fundamentales. Este tribunal denunció la falta de acceso a una justicia pronta y completa, así como la ausencia de aplicación efectiva de normas y estándares internacionales en derechos humanos, a pesar de los precedentes existentes.
En este contexto, el tribunal se desarrolló con un enfoque de reparación, buscando justicia para cada una de las historias presentadas y evitando que otras personas enfrenten situaciones similares. A través de los testimonios de las víctimas, la presentación de peritajes médicos y la inclusión de peritajes psicosociales, el tribunal busca dar cuenta del impacto profundo que estas violaciones de derechos generan en la ciudadanía. Esta perspectiva integral permite entender y visibilizar tanto el daño físico como el psicológico que han dejado en las personas afectadas y en la sociedad en general.
La presentación del caso de Beatriz en el tribunal simbólico busca evidenciar la lucha por la justicia que inició en vida Beatriz y que ahora continua su familia
Para Alejandra Burgos, de la Red Salvadoreña de Defensoras, este espacio y la presentación de los casos dan cuenta de las violaciones sistemáticas de derechos humanos, “Este tribunal está enmarcado, en buscar también reparar la violencia machista, los estereotipos de género y la mirada fundamentalistas que el sistema de justicia sigue perpetuando. Por eso el espacio está basado en perspectivas más personales, presentando también peritajes multidisciplinares y quienes están conociendo de manera simbólica son dos personas que tienen una larga trayectoria en materia de derechos humanos en perspectiva de género. La idea también es tener un acercamiento más educativo desde esa perspectiva derecho humanista”. comentó.
Uno de los casos presentados en este espacio simbólico fue el de Beatriz, una joven que solicitó al Estado salvadoreño la autorización para interrumpir su embarazo debido a que su salud estaba en riesgo y el producto en gestación era inviable. Este caso fue presentado para visibilizar las graves violaciones a los derechos humanos que enfrentan las mujeres en El Salvador, particularmente en lo que respecta a sus derechos reproductivos.
La exposición del caso estuvo a cargo de Jeannette Canales, abogada y defensora de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto. Canales destacó que el Estado salvadoreño, a través de sus instituciones, vulneró derechos fundamentales de Beatriz, como el derecho a la vida, a la integridad personal y a la salud. La falta de acceso a un proceso seguro y oportuno de interrupción del embarazo obligó a Beatriz a continuar con la gestación, exponiéndola a riesgos severos.
Además, esta situación generó un profundo dolor emocional en Beatriz, quien, debido a una hospitalización obligatoria, sufrió la separación de su primer hijo. La imposibilidad de decidir sobre su propia vida y la estigmatización social que enfrentó. La presentación de su caso en el tribunal simbólico busca evidenciar la lucha por la justicia que inició en vida Beatriz y que ahora continua su familia.
Para Ana Marcia Aguiluz, abogada feminista y experta en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el tribunal simbólico es una forma de contribuir a la generación de pensamiento crítico pero sobre todo generar un espacio donde los familiares de la víctimas y las víctimas mismas y sobrevivientes de estos hechos de violencia puedan sentirse acuerpadas.
Es importante seguir abordando estos temas. Es necesario siempre analizar por qué el Estado es responsable de los hechos, y en estos casos, cuando el Estado es responsable por omisión, es decir, que tiene que hacer cosas y resulta que no las hace. Identificar cada uno de los hechos, si se probaron o no, determina su responsabilidad, sobre todo cuando el país es firmante de tratados internacionales como la Convención Americana de los Derechos Humanos y el Tratado de Belém do Pará, que obligan al cumplimiento de sus compromisos”, explicó la abogada.
Ana Marcia Aguiluz
El tribunal simbólico es una herramienta para transformar y visibilizar las experiencias de las víctimas, colocando sus voces en el centro del debate público y en los espacios de incidencia. A través de este mecanismo, se fomenta la memoria y se establece la verdad sobre las injusticias sufridas, permitiendo que la sociedad reconozca la magnitud del daño causado y la responsabilidad del Estado en su omisión. Este tipo de iniciativas no solo buscan honrar el sufrimiento de las víctimas, sino también impulsar un cambio en las políticas públicas que garanticen el respeto a los derechos humanos y prevengan futuras violaciones.