Layla nacerá en una cárcel bajo el régimen de excepción

Layla podría nacer en una cárcel si su madre no es liberada. Dina, una madre de 28 años, fue capturada bajo el régimen de excepción con un embarazo de ocho meses y de alto riesgo.  Acusada de agrupaciones ilícitas, cargos con los que también han sido procesadas cientos de personas inocentes, casos a los que el gobierno salvadoreño llama margen de error. De acuerdo con declaraciones de la familia, este es uno de esos casos. 

Layla desconoce que su casa llena de amor, de flores, un clóset con ropa color rosado y una cuna con peluches ya no serán su hogar. A Layla la espera una celda gris, con barrotes, condiciones insalubres y un espacio reducido para habitar. La cárcel será su hogar. Dina, la madre de Layla, no le podrá dar el hogar soñado a su hija porque fue capturada. Ahora se encuentra en una celda, en un estado grave de embarazo y con la tristeza de recibir a su tan anhelada hija en una cárcel de El Salvador.

Por Reiny Ponce

El Salvador es un país donde el 53.3% son mujeres, según la Encuesta de hogares y propósitos múltiples de 2022, donde entre enero y marzo de 2023 ocurrieron dos muertes maternas, donde de 2021 a 2023 hubo un incremento promedio de 25% en la tasa de mortalidad neonatal, la tasa de población de mujeres económicamente inactiva representa el 76.8%, pero en esta cifra no se están las mujeres que realizan las labores de cuidado porque estos trabajos están invisibilizados. 

El Salvador también es un país que vive en un régimen de excepción desde el 27 de marzo de 2022, desde esa fecha hasta septiembre de 2023, Cristosal contabiliza 5. 775 víctimas de graves violaciones a derechos humanos. De las cifras de personas capturadas forma parte Dina Hernández, una joven de 28 años, que se encuentra a punto de dar a luz a su hija, Layla.

La espera agridulce de Layla

La noticia de la llegada de Layla regocijó el corazón de sus tres tías, de su abuela y de toda su familia. Los ojos de las mujeres de esta familia se llenaron de luz al saber que Layla sería la primera niña que nacería en este núcleo, puesto que las hermanas de Dina tienen hijos varones. 

Dina espera con alegría la llegada de su primera hija, de igual forma que lo hizo cuando supo que estaba embarazada de su primer hijo, Toñito, que ahora tiene cinco años y a quien recibió con amor. La emoción de tener una niña inundó su corazón de ternura, poco a poco comenzó a preparar el espacio que ocuparía su bebé y comenzó comprar la ropa que le pondría al nacer. 

Toñito, su hermanito, también la espera con felicidad, ansía de jugar con su hermana. Solía acariciar el vientre de su madre y decirle unas palabras a su hermanita que está por nacer.

Tanta fue la alegría de la llegada de Laylaque le prepararon un baby shower, una fiesta que las personas realizan para celebrar la llegada de la futura bebé. Su familia asistió, así como personas de su comunidad. El tono rosa predominó el 24 de febrero en una comunidad de Ayutuxtepeque. Dina usó un vestido blanco con flores rosadas que marcaba la silueta de su estómago que lleva a Layla. Un pastel y recuerdos de los mismos tonos fueron repartidos entre las personas invitadas, quienes le llevaron regalos a Layla. 

Durante los meses de embarazo  su familia se ha preparado para recibir a Layla, han cuidado tanto a Dina como a la bebé que está por nacer. Trabajando a diario y con mucho sacrificio le han comprado ropa, jabones de baño, colchas, biberones, pampers y todo lo necesario para que a la niña no le falte nada. Pero Layla no podrá recibir ni el cariño ni los regalos de su familia porque se encuentra capturada junto a su madre.

Es difícil ver el closet lleno de ropa que nunca va a usar y saber que Dina estará sola en el parto sin que nadie la ayude", dice un familiar de Dina, mientras llora de dolor al saber que no podrá estar en el nacimiento de Layla ni la podrá ver mientras Dina esté capturada.

Desde el inicio, profesionales médicos le dijeron a Dina que el embarazo de Layla era de riesgo, que posiblemente le tendrían que hacer una cesárea para que naciera. “La doctora le dijo que no iba a aguantar más. No quiero que la niña nazca en la cárcel”, dice un familiar de Dina.

La alegría de la espera de Layla se ha convertido en tristeza para Dina, quien ama profundamente a su hijo Toñito y a su futura hija, Layla. A su hijo mayor ya no le puede dar todo el amor de madre que merece, no lo puede cuidar ni proteger. Tampoco puede cuidar de sus sobrinos que siguen esperando que regrese a casa.

“Ella es todo para su hijo”.

Expresó un familiar.
La madre y tía cuidadora está en la cárcel

Dina Hernández es una joven del distrito de Ayutuxtepeque de San Salvador Centro, donde habitan 35.245 personas, de acuerdo al VII Censo de población 2009. Se crió en la pobreza y con muchas carencias, pero su mamá luchó para que tuvieran lo necesario para vivir. Dina estudió bachillerato. La joven se congrega en una iglesia de su comunidad y cree en Dios, “ella dice que los planes de Dios son perfectos”, comenta un familiar.

A pesar de haber sido capturada sigue creyendo en un ser supremo “no tengo miedo porque no debo nada. Dios sabe porque me ha puesto esta prueba”, expresó Dina a un familiar, el día de su captura.

“Es una mujer que no se daba por vencida. Ella siempre dice ´todo está bajo control de Dios´. Es una mujer cristiana porque sabe mucho de la Biblia”, menciona un familiar.

Las mujeres son quienes asumen el rol de cuidadoras de sus familias, de sus hijos e hijas, hermanas, madre y muchas veces asumen este rol solas.

Dina tiene tres hermanas que también tienen hijos. Ella decidió asumir el rol de cuidadora de sus sobrinos de cinco y ocho años para que sus hermanas pudieran trabajar. Desde tempranas horas de la mañana las hermanas de Dina pasaban a dejar a los niños a su casa. “Los niños son como sus hijos. Ella dice que tiene cuatro hijos. Los cuida y los lleva a donde ella vaya”, manifiesta el familiar.

La familia de Dina la describe como madre y niñera. “Yo trabajo en la casa y cuido a los niños. No hace falta que otra persona los cuide”, decía Dina, quien todos los días cuidaba de sus sobrinos. Es una mujer alegre, con mucha fortaleza, es quien les da ánimos y cariño, además de ser un apoyo incondicional para sus hermanas y madre. 

Dina también es una joven organizada, defensora, parte de Alerta Raquel, se ha formado en diversos procesos sobre derechos humanos de las mujeres. Asiste a talleres, formaciones y actividades junto a otras compañeras de su comunidad y junto a sus hijos. Ella es defensora de las injusticias que se cometen contra las mujeres.

“La última vez que la vi me dijo cuidame a mis niños. Lo único que necesito es verlos y volver a jugar con ellos”.

Cuenta un familiar de Dina.

Los niños recibían su amor y sus cuidados. Pero Dina, también es madre de Toñito, un niño de cinco años y que está acostumbrado al amor y a los brazos de su madre, pero Toñito ha quedado en el abandono desde que la capturaron.

“Lo que más me duele es ver al niño en ese estado. Es un niño que ya no come, pasa triste y no quiere jugar. Llora todos los días y me pregunta por qué los policías se llevaron a su mamá”, expresa el familiar de Dina que se ha hecho cargo de Toñito.

¿Nacer con cariño en una cárcel?

Desde el inicio del embarazo Dina ha asistido a sus controles prenatales en el Seguro Social, también a la Unidad de Salud de su comunidad. Un familiar comenta que Dina desde su embarazo se cansa, comenzó a padecer de la presión, le inyectaban sueros y tomaba vitaminas.

En marzo le correspondía realizar una ultrasonografía para saber la posición del bebé y programar la cesárea pero la capturaron y los policías no la llevaron al hospital, dicen sus familiares, quienes  desconocen el estado de salud de la bebé y de Dina. 

“A Dina le dijeron que la bebé estaba cruzada y que le iban a hacer una cesárea para que la bebé naciera. El día martes le iban a hacer esa ultra para saber cómo seguía pero la capturaron y no la llevaron al hospital”. 

Los principios rectores de la Ley Nacer con Cariño establecen que debe prevalecer el interés del niño o niña que está por nacer y que se deben tomar las medidas y decisiones donde prevalezcan su desarrollo físico, espiritual, psicológico, moral y social. Esta ley mandata al cuidado y la protección del niño o niña que está por nacer. 

Para la familia de Dina, Layla no puede nacer con cariño en una cárcel porque no tendrá a su familia que le brinde amor y cuidados. Temen que pueda perder a Layla, temen que le pese algo estando en la cárcel o que la puedan golpear. 

“Llamamos al Instituto Crecer Juntos pero nos dijeron que solo se iban a involucrar si había algún maltrato en un hospital o de alguna pareja o familiar […] es injusto llevarse a una persona embarazada y en el estado de Dina. No tienen corazón”. 

Los casos de mujeres embarazadas bajo el régimen de excepción no parecen ser nuevos. En junio de 2022 se conoció el caso de Karla, una joven de 17 años que al momento de su detención fue golpeada por militares, lo que provocó la pérdida de su embarazo, según el testimonio público de su madre. 

Este medio reveló en una investigación que hasta 2014, el número de mujeres embarazadas y con hijos e hijas en las cárceles era de 138, y el incremento de niñas y niños en prisión en el 2014 fue del 25.9% con respecto al 2012. 

En la misma investigación los testimonios de mujeres que habían maternando en las cárceles describieron estos lugares con hacinamiento, escasez de agua, sucios y con ratas. Lugares difíciles para maternar y que no tienen las condiciones. 

“Estoy consciente que no he hecho nada”

De acuerdo al testimonio de un familiar de Dina, el domingo 17 de marzo, unos policías llegaron a “traer” a Dina a su casa. Ellos no llevaban una orden de captura, no le mostraron documentos durante su detención ni le dieron explicaciones. Ella se encontraba solo con su hijo de siete años, a quien también se lo llevaron detenido.

Su familia manifiesta que Dina es una joven, madre, cuidadora, que nunca ha estado capturada, que no tiene tatuajes ni antecedentes penales. En la misma semana de su captura fue trasladada a la Granja Penitenciaria de Izalco, hasta el momento no tienen información de ella. 

El hijo de Dina quiere que su madre regrese a casa para que duerma con él y con Layla

*Los nombres de los niños fueron cambiados para proteger su identidad.