Entrenador municipal condenado por acoso sexual continúa trabajando en alcaldía de Quezaltepeque

En 2021, año en que Najarro fue detenido por agresión sexual, la Fiscalía General de la República contabilizó 3,567 denuncias de violencia sexual. De éstas, 3,284 (92%) fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes menores de 17 años. Según el observatorio de ORMUSA.

Por Clanci Rosa

Edición Krissia Girón

Cuando Karla tenía 12 años jugaba en el equipo de básquetbol en Quezaltepeque. José Najarro era su entrenador. Han pasado 12 años. Ahora, Karla tiene 29 años y es madre de un niño de siete. La noticia de que Najarro había sido capturado en agosto de 2021 acusado de agredir sexualmente a una adolescente, no le sorprendió.  Según comenta, era un secreto a voces que el entrenador era un presunto acosador sexual. Actualmente, Karla y otras mujeres del municipio están preocupadas porque Najarro ha vuelto a entrenar y a tener contacto con mujeres y niñas, según denuncian. 

José Everardo Najarro fue capturado en agosto de 2021, acusado de agresiones sexuales en prejuicio de una menor. Él era entrenador de la víctima, de acuerdo con información de la Fiscalía General de la República. Pero en abril de este año, el Tribunal Segundo de Sentencia de Santa Tecla le impuso tres años de cárcel por acoso sexual, reemplazados por trabajo de utilidad pública y el pago de 2,000.00 dólares a la víctima como responsabilidad civil, así lo detalla el boletín de Noticias de los Tribunales con fecha de viernes, 08 de abril 2022.

Para Mariana Moisa, antropóloga feminista, la condena no es proporcional al delito. “Las condenas no se corresponden con la gravedad del delito, a las mujeres y niñas víctimas de estos abusos les toca demostrar ante la justicia formal e informal que dicen la verdad, lo que le quita peso al cometimiento del delito”, explicó. 

De acuerdo con los testimonios de mujeres consultadas para esta nota, Najarro ha sido reinstalado como entrenador en los últimos días de agosto. Pero varias de ellas lo evidenciaron el lunes 15 de agosto cuando se presentó al entreno. Al verlo, muchas decidieron no entrenar, pues consideraron que es un riesgo latente estar con una persona que ha sido condenada por acoso sexual, además de ser una burla para la víctima que denunció, ya que Najarro estaría en el mismo espacio donde acosó a su víctima.

“Es alarmante que a él lo hayan reincorporado en la misma área donde se cometió el delito, porque a pesar de que es un espacio donde van personas de todas las edades, los y las participantes de las academias de deporte van dirigidos para la niñez y la adolescencia en su mayoría”, comentó Susana, otra de las jóvenes consultadas para esta nota.

El año pasado, cuando José Everardo fue capturado, salió en todas las redes. Karla comenta que muchas mujeres en el municipio sintieron un alivio y dijeron «por fín». Y muchas de las que se habían alejado de los entrenos por el acoso sexual volvieron a llegar. “Había más mujeres entrenando desde que él fue detenido”, enfatiza Karla. 

Sin embargo, debido a la normalización de la violencia contra las mujeres en el municipio, Karla menciona que las agresiones sexuales se habían minimizado. “Algunas personas no le creyeron a la víctima cuando denunció e incluso se organizaron y recolectaron firmas para decir que él no era agresor”, comentó.

El no creerle a las víctimas es uno de los laberintos de la cultura de la violación, detalla el sitio Mujeres de Guatemala, que cuenta con estudios especializados sobre la violencia sexual.

“Cuando las mujeres y los agresores comparten el mismo entorno a menudo es la propia familia, en el círculo de amistades y personas conocidas donde se gestan las primeras sospechas y acusaciones sobre la verdad de la víctima. Para muchas mujeres, afrontar esta revictimización es tan o más difícil y doloroso que el recuerdo de la agresión misma”, Mujeres de Guatemala.

Para Karla es sumamente grave que la alcaldía siga contratando a un hombre condenado por acoso sexual, pues considera que se envía un mensaje de impunidad a los agresores sexuales y se desmoraliza a las sobrevivientes de violencia sexual que se atreven a denunciar. Pero eso no es todo, con esta acción la alcaldía estaría incumpliendo con la Ley de la Carrera Administrativa Municipal, que establece en el artículo 68 , numeral 5, la condena por delito doloso como causal de despido. De hecho,  esta ley considera la suspensión sin goce de sueldo cuando aún no hay sentencia, pero en este caso, sí la hay, según consta en el boletín institucional «Noticias de Tribunales» de la Corte Suprema de Justicia.

Susana responsabiliza totalmente a la alcaldía de esta decisión. Considera que se deben tener protocolos, metodologías y filtros para la contratación de personal que va a trabajar con niñez y adolescentes y de esta forma prevenir la violencia sexual. 

Por ejemplo, en países como México, se creó el Registro Público de Agresores Sexuales, un sistema de información de carácter público que contiene los registros de personas sentenciadas por la comisión de un delito de naturaleza sexual en la Ciudad de México. Estos datos buscan atender el riesgo de reincidencia y repetición de conductas de violencia sexual, a favor de víctimas o potenciales víctimas de esta violencia. En otros países, para que una persona pueda trabajar con menores de edad debe presentar su certificación negativa del Registro Central de delincuentes sexuales. 

En El Salvador no contamos con ninguna de estas medidas como obligatorias para todos los sectores laborales.

 

Revista La Brújula buscó una entrevista con el alcalde de Quezaltepeque, Fermín Henríquez, edil perteneciente al partidos Nuevas Ideas.  Llamamos por teléfono a la comuna sin tener respuesta, así que fuimos a la alcaldía. Después de esperar una hora, nos dijeron que el alcalde no nos atendería. Insistimos en la importancia de la entrevista para contrastar información, pero la respuesta de la encargada, en ese momento, fue que el alcalde iba de salida. De igual forma dejamos nuestros contactos pero, hasta la fecha, no tenemos respuesta. 

Otras fuentes consultadas manifestaron que Najarro no está asumiendo como entrenador, sino que realiza trabajos de “conserje”. Revista La Brújula  fue a las canchas Ajax, donde entrenan los equipos de basket, lugar donde también concurría la víctima de Najarro para sus actividades deportivas. Al entrar a los graderíos, al fondo vimos a un hombre de aproximadamente 65 años, alto, vestido con ropa deportiva, estaba recogiendo cables en la cancha. Minutos después se nos acercó otro hombre para preguntarnos qué andamos haciendo. Le contamos que buscábamos a Najarro y señaló al hombre que acabamos de describir. Nos acercamos a él y le solicitamos la entrevista. Se negó. Estaba más interesado en saber quiénes son las mujeres  que lo han denunciado y que no quieren que él continúe como empleado de la alcaldía. Lo único que respondió es que no está como entrenador, sino en trabajos logísticos

 

Fotos/ Reini Ponce

Ante la falta de información por parte del alcalde, se hizo una revisión de las actas del Concejo Municipal. Cabe destacar que solamente están colgadas las de 2021 y hasta noviembre. De 2022 no hay ninguna. Como Najarro fue capturado en agosto de 2021, se revisaron 18 actas de agosto a noviembre de 2021, en ninguna se encontró un acuerdo de la municipalidad sobre la situación laboral de Najarro. Pero la alcaldía de Quezaltepeque ya tiene precedentes de destituir a personas condenadas en un tribunal. 

Según consta en acta número 29, de noviembre de 2021, se inició proceso de despido contra Enrique Mancía, Agente Municipal, capturado y a quien“al momento del arresto, se le atribuyó provisionalmente el delito de extorsión con la modalidad agravada (…)”. En esta acta se acuerda iniciar el proceso de despido. 

¿Por qué no sucedió lo mismo con Najarro? 

Karla cree que hay intereses dentro de la misma alcaldía por mantenerlo en el puesto de trabajo. Sin embargo, no se pudo corroborar esta información, debido a la negativa de brindar la entrevista. 

Tomado de las actas públicas de las secciones del Concejo Municipal de Quezaltepeque

En 2021, año en que Najarro fue detenido por agresión sexual, la Fiscalía General de la República contabilizó 3,567 denuncias de violencia sexual. De éstas, 3,284 (92%) fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes menores de 17 años. Según el observatorio de ORMUSA.

Quezaltepeque pertenece al tercer departamento con más casos de violencia sexual en 2021

Quezaltepeque pertenece al tercer departamento con más casos sobre violencia sexual, según datos de ORMUSA. En 2021, se contabilizaron 364 denuncias en La Libertad. Las agresiones sexuales involucran a familiares de las víctimas, militares, feligreses, entrenadores, entre otros. En julio de 2021, Héctor Edilberto de la Cruz Villacorta fue condenado a 8 años de prisión por el delito de agresión sexual a una niña en Quezaltepeque. Villacorta era un militar y estaba destacado dando seguridad en el Centro Penitenciario de Quezaltepeque.  Aprovechando que la niña estaba a cargo de una tienda, abusó sexualmente de ella cuando se encontraba sola.

También el 24 de junio de 2021, en una redada de la Fiscalía, fue detenido Bryan Evelio Pérez Rodríguez, de 18 años, acusado de violar en reiteradas ocasiones a una menor de 13, siempre en Quezaltepeque. El 23 de febrero de este año, la PNC capturó a José Daniel Soriano, encargado del coro de una iglesia, acusado de agredir sexualmente a una menor “aprovechándose de su cargo en el coro de una iglesia evangélica a la que también pertenecía la víctima”. La captura fue en el cantón El Cerrito, Quezaltepeque. 

Organizaciones de mujeres y feministas llevan años insitiendo que desde el Estado se encaminen políticas públicas para erradicar la violencia sexual, pero las denuncias siguen llegando. Y en este punto, es importante entender que estas solo reflejan a las víctimas que se atreven a denunciar, pero estas las mujeres que no lo hacen  por diferentes razones.

El Estudio Cultura de la Violación, factores estructurales y culturales, principales hallazgos, realizado por ORMUSA, detalla que en El Salvador el 63 % de las mujeres mayores de 15 años han sufrido la violencia sexual a lo largo de sus vidas, pese a ello un 94.7 % no buscó ayuda o denunció por considerar que no era un asunto de importancia o porque no confía en las instituciones.

¿Qué podemos hacer como sociedad frente a la violencia sexual? 

Mujeres de Guatemala proponen como un paso esencial defender la verdad de las víctimas en círculos de sororidad. Haciendo comunidad para protegerse, romper el silencio y estigma patriarcal que sostiene a la cultura de la violación. Creyendo en la capacidad de resiliencia y de agencia de las mujeres sin reducirlas a la condición de víctimas eternas, creyendo en ellas como sobrevivientes y negando la categoría única impuesta de lo que ha de asumirse por justicia”. 

*Karla y Susana son pseudónimos para proteger la identidad de la fuentes.