Lucha, lucha como Cristina -Por Edith Elizondo-

Por Edith Elizondo, feminista

El caso Jacqueline Cristina Palomo es escalofriante y doloroso para una sociedad que se indigna más por manchas y pintas a unos monumentos que por el hallazgo de un cementerio clandestino con aproximadamente 50 personas sepultadas, muchas de ellas reportadas como desaparecidas.

Los gestos de rebeldía de cada mujer que se nos va en manos de la violencia me confrontan fuertemente. No quiero recordar a Cristina como una de las víctimas de Hugo Ernesto Osorio Chávez, el expolicía.

Quiero nombrarla mil veces. Yo la nombro como una guerrera que peleó con uñas y dientes que corrió a la calle pidiendo auxilio minutos o segundos antes de ser asesinada, que luchó utilizando la única arma que tenemos las mujeres: nuestra vos.

Cristina desenmascaró nuevamente la ineficiencia e incompetencia de un Estado feminicida, es ahí donde para mí cobra más sentido el grito: «A mí no me cuida la policía, me cuidan mis amigas». Este es uno de los mensajes feministas más conocidos de las últimas marchas con el que se han manchado monumentos, patrullas policiales entre otras cosas, con el que se expresa el sentimiento de desamparo y temor ante la institucionalidad, pero también lo valioso de otras formas de cuido.

¿Cuántas vidas de mujeres se hubieran podido salvar de haber sido violadas y asesinadas por este sujeto? Si la justicia hubiera actuado contra él antes, puesto que tenía un amplio récord delictivo según la ficha Policial Nacional Civil. El ex agente fue dado de baja en 2010 por señalamientos de los delitos de estupro y violación, pero estaba libre, en las calles como si nada.

Así es la situación de las mujeres y niñas en El Salvador, ante este panorama resulta indignante la negación por parte de las autoridades al dar un posicionamiento oficial acerca de este caso donde sobre sale toda una red de sicariato, como la del «Samurái» el exagente del extinto Grupo de Reacción Policial (GRP), asesino de Carla Ayala, feminicidio donde 14 policías resultaron implicados en el caso.

¿Son ellos los encargados de nuestra seguridad?, muchos de los casos de feminicidio en el país cuentan con víctimas que ya habían acudido a buscar protección estatal (es decir, a la policía) y no la obtuvieron adecuadamente.

En respuesta: “Me cuidan mis amigas” no es solo una consigna feminista es reorganización de la autodefensa, es preciso también pensar cómo viviremos aquí, es ahí donde otras formas de cuidado toman fuerza “Por pura rebeldía, vamos a estar unidas. Vamos a querernos. Vamos a protegernos. Y vamos a cuidar a nuestras hijas y a nuestros hijos porque a este gobierno no le interesamos”. 

Como dice Yesenia de México, la madre Marichuy, el cuidado entre amigas, el cuidado organizado, redes, comunidad, amorosidad, sanación, apoyo, compañía, espiritualidad, conciencia pueden ser alternativas para defendernos.