
Bajo un cielo cambiante, entre sol y lluvia, miles de personas tomaron las calles de San Salvador este 28 de junio para alzar sus voces en la Marcha del Orgullo LGBTIQ+ 2025. Entre ellas, colectivos provenientes del oriente del país. Llegaron desde San Miguel, La Unión y otros puntos para celebrar, denunciar retrocesos, exigir derechos y afirmar que existen, resisten y sueñan con un país más justo.
Redacción
Desde muy temprano, la colectiva Perlas de Oriente, originaria de San Miguel, se movilizó para estar presente, como lo ha hecho durante los últimos ocho años. Su fundadora, Venus Nolasco, mujer trans y referente del activismo en la zona oriental, explica el motivo que las sigue movilizando: “Estamos presentes porque existimos, aunque nos quieran invisibilizar”, afirmó.

Venus recuerda que el colectivo nació por la urgencia de alzar la voz ante la discriminación. “Empezamos siete mujeres trans. Me dijeron: nos están discriminando. Empezamos con talleres de identidad de género, de autocuidados, contra la homofobia, transfobia; sobre autoestigma y no discriminación”.
“Las Perlas de Oriente”, como son conocidas, también han trabajado con instituciones para que sus derechos humanos no sean vulnerados.
Hoy, no solo generan espacios de formación sino que también acompañan a personas trans en procesos de documentación, defensa de derechos y protección frente a desplazamientos forzados. El trabajo no se detiene.

El informe “Las Olvidadas de la Democracia”, elaborado por la Redlactrans en 2024, evidencia cómo desde los gobiernos e instituciones se excluye a las organizaciones trans de la participación en espacios de toma de decisión.
La crisis que afecta a la población trans en América Latina y el Caribe se agrava por la falta de voluntad política de los Estados y el incumplimiento de los derechos humanos
apunta el informe.
De acuerdo con la consulta realizada a organizaciones trans de más de 16 países, incluído El Salvador, más del 65% de los gobiernos de la región no convocan a las organizaciones trans en los espacios de debate y toma de decisiones.
Retrocesos: impactos en la zona de oriente
En la región oriental, activistas denuncian retrocesos preocupantes en ámbitos como salud, educación y acceso a empleos dignos. Las políticas regresivas y los discursos restrictivos afectan especialmente a mujeres trans, muchas de las cuales han abandonado sus estudios.
“Hay compañeras que se graduaron pero ya no se sienten seguras. Tienen miedo de volver por cómo las tratan. Esto no es ideología, es identidad de género y eso debe quedar claro en nuestro país”
subraya Venus.
En el sistema de salud, las clínicas VICITS (Clínicas de Vigilancia Centinela y Control de Infecciones de Transmisión Sexual), que en el pasado ofrecían atención con enfoque inclusivo, han dejado de reconocer los nombres e identidades de las personas trans.
“Eso fue un retroceso. Ahora yo, como mujer trans, he decidido no usar ya las clínicas VICITS por miedo, por el estigma, por discriminación, a que me llamen como ya no me identifico”, denuncia.

La precariedad económica es otro desafío constante. Las mujeres trans enfrentan obstáculos estructurales para acceder a trabajos dignos. “Las empresas no nos contratan por ser parte de la población. Las solvencias policiales y los antecedentes penales son filtros que nos excluyen desde el inicio”, agrega.
Reinas, cachiporras y activistas: muchas formas de marchar
Ante los retrocesos, la marcha fue un espacio de alegría y afirmación colectiva. La resistencia se expresó de múltiples maneras: con banderas diversas, pasos de baile, coronas, carteles de denuncia y con discursos enfocados en la exigencias de garantía de derechos LGBTIQ+.
Entre esas voces se encuentra la primera reina Pride de San Miguel, quien también participó este año con orgullo. “Rompí estereotipos hace cuatro años al ser coronada como la primera reina transgénero en el carnaval de San Miguel. Hoy vengo como reina del Orgullo a esta marcha. Porque así vivimos, existimos y resistimos”.

Desde ahí reivindica que la participación es diversa y que existen formas infinitas de expresarse: “Esto es una fiesta de derechos. No marchamos solo por marchar, venimos a exigir respeto y a visibilizar que estamos aquí, que somos parte de este país”dijo.



Siempre en el oriente del país, pero ahora desde la Unión,, África Andrade, integrante del colectivo Las Estrellas del Golfo, participó con entusiasmo como cachiporra, demostrando que el arte y la alegría también son formas de participar.
“Nos organizamos de una manera muy maravillosa entre amigas. Estar juntas siendo lo que somos y nos da fuerza. Tenemos que apoyarnos entre hermanas, ser positivas para alcanzar nuestro objetivo que es contribuir en este mundo”
compartió.
Entre las líneas de trabajo de Estrellas del Golfo está fomentar el Desarrollo Humanos de personas y Colectivos LGBTIQ En la Región Oriental. Para África, su presencia es parte de la colectividad, el compañerismo y la alegría. “Año con año, luchamos arduamente para estar presentes en esta marcha y nos preparamos con entusiasmo entre amigas. Hoy estamos aquí, representando a nuestra organización y nos sentimos felices, radiantes, orgullosas de lo que somos y de lo que hemos logrado”.
Desde el baile muestran su participación. “Amo el baile. Amo ese momento en que nos transformamos, cuando la gente nos aplaude y grita con emoción. Sabemos disfrutarlo. Lo vivimos intensamente. Y aquí estamos, dichosas, agradecidas y orgullosas de estar presentes en esta marcha tan significativa para nosotras”, añadió.
Exigir, resistir y celebrar
En un contexto adverso, la Marcha del Orgullo 2025 volvió a ser un espacio para quienes luchan cada día desde diversos puntos del país. La presencia de colectivos de la zona oriental muestra la diversidad que existe en los territorios y la urgencia de políticas públicas con enfoque de derechos humanos, sin discriminación por identidad y/o expresión de género.
Porque, como afirmó Venus, de las Perlas de Oriente, la Marcha del Orgullo es también un acto de resistencia: “Aquí estamos porque vivir con orgullo también es resistir. El orgullo somos todas y todos”.