Por Edith Elizondo
Hana Ortiz (46 años)
Soy de León Nicaragua, soy madre soltera decidí migrar por la situación social y la persecución política. Yo me fui de Nicaragua hace cuatro años, cuando mi casa fue allanada por los paramilitares y los policías que buscaban a mi ex-pareja aun que tenía varios años de estar separa de él y en mi casa nada más vivía mi hijo y yo, los paramilitares lo llegaron a buscar, lo acusaban de terrorismo, tenencia de armas y crimen organizado.
El papá de mi hijo era muy activo en redes sociales y en las marchas, yo sabía que lo estaban buscando, pero no pensé que llegaran a mi casa. En ese instante decidí salir con mi hijo, hice un préstamo y dejé mi casa en León para viajar a Estados Unidos de forma ilegal. A los días de haber salido me enteré que lo habían capturado y que lo tenían en El Chipote (una cárcel en Managua).
Yo quería salir de mi país, siempre pensé en viajar, pero no me imagine que fuera así, de esta forma, por medio de un coyote. Le entregas tu vida a otra persona.
Cuando llegamos a Estado Unidos no teníamos nada, Llegamos donde una amiga que me dijo que solo podía quedarme una noche, después nos movimos a una casa de asistencia. A la semana ya tenía dos trabajos y dos sueldos y empecé a pagar mi habitación que costaba $400 al mes. Al principio dormíamos en el suelo con mi hijo, pero al final hicimos nuestras cosas.
Mi primer trabajo fue en restaurantes y aún sigo trabajando en restaurantes. Es cansado pero no es tan malo y estoy agradecida porque nunca le ha faltado el plato de comida a mi chavalo, pero no contamos con seguro médico.
En nuestra experiencia, cuando hemos ido al hospital no nos han visto de menos por ser migrantes, atienden normal, llegas a emergencias y después te mandan la factura. Ahí te dan al susto, en mi caso he tenido que acudir con mi hijo en varias ocasiones, cuando te llega la factura solicitas un trabajador social para ver cuánto podés pagar. Te endeudas pagando en hospitales.
Pero también existen clínicas comunitarias que ayudan a migrantes, hace poco conocí Neighborhood Health, tenía muchos años de no realizarme una mamografía, me mandaron de esta clínica y no pagué nada.
Si buscas encuentras apoyo para las personas migrantes, hay iglesias que dan comida todo los fines de semanas y hay un montón de tipos de ayuda. Hospedaje y apoyo a mujeres en su etapa de migrar a Estados Unidos.
¡Vivir en otro país es duro! A veces ni con los años se acostumbra uno, otros logran sus sueños y se sienten bien. Depende mucho de la persona y a quien tienes a tu lado. Yo extraño mucho a mi familia, me pone melancólica, he perdido eventos familiares, hacemos videollamadas pero no es igual. Yo hago el esfuerzo por mi chavalo, no es lo mismo esta vida a la que teníamos en Nicaragua. Llegas tan cansada del trabajo que no te queda tiempo para nada, pero la gente hasta casa puede tener aquí. Comprar carro, tener un crédito. Puedes hacer todo. Menos viajar e ir a lugares fronterizos.