La ordenanza municipal para el reconocimiento de los pueblos afrodescendientes en La Unión Sur marca un hito en la lucha por la visibilización y los derechos culturales en El Salvador. La presentación de la normativa coincidió con la inauguración del XVIII Encuentro de Mujeres Afrocentroamericanas y de la Diáspora, un espacio que reunió a lideresas de la región para fortalecer la incidencia política y la memoria colectiva de los pueblos afro.
Redacción
La historia y la identidad afrodescendiente en El Salvador dieron un paso fundamental con el lanzamiento de la primera ordenanza municipal sobre las poblaciones afrodescendientes y sus expresiones culturales, aprobada por la alcaldía de La Unión Sur. El hecho fue presentado en una conferencia de prensa por la Asociación Azul Originario, en articulación con el Ministerio de Cultura y la Organización Negra Centroamericana (ONECA).
“Esta ordenanza es un precedente importante. Es uno más de los pasos hacia el reconocimiento de la historia afrodescendiente en nuestro país, donde nuestras comunidades sean visibles y respetadas”, expresó Wendy Morales, directora de Azul Originario y secretaria de comunicaciones de ONECA.
Morales destacó que el proceso para llegar a este logro ha sido “largo, articulado y profundamente comprometido con la defensa de la identidad y la memoria de nuestros pueblos”, subrayando la necesidad de que la ordenanza “tenga vida dentro de las comunidades y fortalezca la preservación de las prácticas culturales afrodescendientes”.
La ordenanza abarca los distritos de San Alejo y Meanguera del Golfo, en el departamento de La Unión y busca garantizar la protección, promoción y desarrollo de las manifestaciones culturales de las poblaciones afrodescendientes. Para Morales, este paso “comienza a borrar el mito de que en El Salvador no existen comunidades afrodescendientes”.
Por su parte, Ingrid Gamboa, segunda vicepresidenta de la organización, resaltó que el marco normativo recién aprobado abraza la ancestralidad. “Los pueblos no reconocidos no dejan de existir. Esta ordenanza es una prueba viva de que las generaciones afrodescendientes salvadoreñas abrazan su ancestralidad y reclaman el lugar que siempre les ha pertenecido”, dijo.
Además, mencionó que El Salvador históricamente ha estado marcado por la negación de su raíz afro. Por ello, la ordenanza se suma a una nueva etapa de reconocimiento y justicia histórica. “El reto ahora es que este instrumento se traduzca en políticas públicas, programas e inversión que dignifiquen a nuestras comunidades”, añadió Gamboa.
El lanzamiento de la ordenanza y el encuentro regional marcan un momento de afirmación y esperanza para las comunidades afrodescendientes salvadoreñas y centroamericanas, que siguen construyendo memoria, identidad y justicia desde sus territorios, según las ponentes.
XVIII Encuentro de Mujeres Afrocentroamericanas y de la Diáspora
Durante el mismo evento se inauguró el XVIII Encuentro de Mujeres Afrocentroamericanas y de la Diáspora, organizado por ONECA, que celebra además los 30 años de trabajo de la organización en la región.
La presidenta de ONECA, Mirta Colón, recordó la trayectoria del movimiento afrocentroamericano desde la resistencia ante las violencias.
“Las comunidades negras hemos resistido siglos de discriminación, pero seguimos luchando. Este reconocimiento en El Salvador es también un reconocimiento a todos los pueblos afrodescendientes de Centroamérica”, afirmó.
El encuentro reúne a delegaciones de Panamá, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Belice, Estados Unidos, El Salvador y diáspora. Su objetivo es fortalecer la sanación colectiva y la construcción de una agenda regional para las mujeres afrodescendientes.
“Este encuentro reafirma que somos pueblos vivos, con historia, cultura y una herencia que seguimos reivindicando con orgullo y unidad”, enfatizó Jimena Calderón, vicepresidenta de ONECA.