Mina Cerro Blanco atenta contra naturaleza y vida de las mujeres 

Foto La Brújua/Reina Ponce

Por Eugenia Olán/Red de Corresponsales Feministas de Revista La Brújula

Proyecto minero Cerro Blanco contamina las aguas de Guatemala y El Salvador e impacta en gran medida la alimentación y economía de las mujeres debido a la contribución que ellas hacen a las comunidades y al mantenimiento del ecosistema por lo que exigen el cierre definitivo del proyecto.

Las comunidades de Guatemala y El Salvador acompañadas de organizaciones ambientalistas se manifestaron contra la mina transfronteriza Cerro Blanco,  en una  caminata acuática en el Lago de Güija.

La mina Cerro Blanco que tiene más de 17 años extrayendo agua termal cargada de metales pesados afecta las cadenas alimenticias del lago como los peces, caracoles y otros animales que habitan en él y que son parte de la alimentación y economía de las mujeres que se dedican a la recolección y venta para obtener ingresos para sus familias, comenta la bióloga e investigadora Cidia Cortéz. 

Las consecuencias ambientales derivadas de la explotación minera contienen abundancia de metales pesados como el arsénico que  cuando son liberados en el medio ambiente generan un impacto ambiental y sustentable en las comunidades   abastecen y comercializan  la pesca y agricultura.

Ancestralmente las mujeres han tenido una relación con la naturaleza contribuyendo al desarrollo sostenible de las comunidades y al mantenimiento de los ecosistemas. Sin embargo, el reconocimiento del aporte de las mujeres a la supervivencia sigue siendo limitado y sobre todo en las decisiones referidas a la planificación y gestión de los recursos naturales. 

Ecofeministas se manifiestan contra mina Cerro Blanco en el Lago de Güija. Foto: La Brújula/Reina Ponce

La empresa minera Goldcorp Inc se situó en 1997 en el municipio de Asunción Mita, Guatemala, con la finalidad de ejecutar el proyecto minero de túneles para extraer oro en medio del bosque guatemalteco fronterizo con el municipio de Metapán, El Salvador.

En 2017, la empresa canadience Bluestone Resources adquirió el proyecto pero cambió de una mina de túneles a una mina a cielo abierto que consiste en excavar un cráter en medio del bosque. En este proyecto se utiliza cianura y está extrayendo aguas termales para remoción exclusiva de arsénico, dichas aguas ya tratadas son descargadas al sistema hídrico del río Ostúa, afluente al Lago de Güija. 

El movimiento Ecofeministas de El Salvador manifestó que esta contaminación generaría más enfermedades y acceso más difícil a agua limpia y sin contaminar lo que pondría más carga a las mujeres, ya que históricamente se han relegado las tareas domésticas y de cuidado.

“Estamos en contra de este proyecto que desde del sistema patriarcal y extractivista oprimen la naturaleza y a mujeres, sabemos que las mujeres estamos más relacionadas con el agua porque se nos han asignado labores de cuidado, no por naturaleza sino por obligación patriarcal, por eso como mujeres ecofeministas exigimos la toma de acciones para que ese proyecto no se lleve a término”, expresó Adriana Ramiréz, Movimiento Ecofeminista de El Salvador.

Las comunidades de Guatemala y El Salvador exigen el cierre definitivo del proyecto minero Cerro Blanco para que no siga avanzando y amenazando los recursos naturales en las fronteras, además un tratado internacional de aguas compartidas y que se realice la consulta pública para la realización del impacto ambiental en los territorios.

Comunidades de Guatemala y El Salvador exigen el cierre de proyecto minero que contamina aguas fronterizas. Foto: La Brújula/Reina Ponce

La Unidad Ecológica Salvadoreña insta a las autoridades de Guatemala y El Salvador a respetar los procesos de consulta pública y el derechos de las comunidades “a decir no a proyectos de muerte”.

Las comunidades hacen un llamado a respetar  la regulación de la prohibición de la minería metálica que fue aprobada en 2017 en El Salvador. Además, recuerdan a las autoridades las graves consecuencias que proyectos como El Dorado de la empresa Pacific Rim, en Cabañas y actualmente la mina Cerro Blanco, generan en los territorios como el alto nivel de contaminación y un frágil balance ecológico.