Violencia contra las mujeres aumentó un 150% en cuarentena

Fotografía tomada de Internet

Por Clanci Rosa

Organizaciones de mujeres y feministas denuncian que la violencia contra las mujeres aumentó en cuarentena, según datos de ORMUSA en marzo, primer mes de confinamiento,  el alza fue de un 150%.

En El Salvador se decretó cuarenta en todo el territorio a partir del 11 de marzo, posteriormente se decretó la cuarentena domiciliar, esta medida puso en alerta a las organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres, porque datos muestran que la violencia hacia la mujer es ejercida mayoritariamente por personas cercanas, como las parejas. 

Silvia Juárez de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA) explica que durante la emergencia nacional la violencia aumentó porque muchas mujeres están encerradas con sus agresores «a mayor tiempo de convivencia con las personas agresora, mas violencia», detalla. Pero aclara que la violencia no se da por la emergencia como tal: 

“Hay que decir que violencia contra las mujeres aumenta no por la situación de emergencia, sino porque coloca a las mujeres en un entorno donde la pareja o agresor puede controlarles y donde ellos se sienten con mayor impunidad para actuar, porque las mujeres enfrentan mayores obstáculos para denunciar y ponerse a salvo” detalla Juárez. 

Dentro de los obstáculos, explica, está la limitación de movilidad que existe por la emergencia, ya que impide a las mujeres denunciar  “tienen miedo de salir y que les detengan, o suponen que los servicios estarán cerrados o que si logran denunciar dicho trámite no será prioridad ante la emergencia sanitaria” señala.

Morena Herrera de la Colectiva Feminista, coincide en que la violencia contra las mujeres se ha incrementado por que el confinamiento en los hogares coloca a las mujeres en una situación de encierro con los agresores “ya sabemos que los hogares son escenarios de violencia de pareja y también de abuso sexual contra niñas y adolescentes. Están en una situación de desprotección donde no pueden salir a pedir auxilio y donde los servicios especializados que ya venían muy deteriorados y fragilizados prácticamente están cerrados», comenta.

De acuerdo con el Registro de Atenciones del Centro Legal de ORMUSA, del 17 al 31 de marzo se reportaron alrededor de 100 denuncias de violencia contra las mujeres, un aumento considerable, en comparación a otros meses: 

“Se han aumentado los hechos de violencia hasta en un 150%, sólo a partir de la medición de datos de nuestro de Centro de Atención Legal, que ordinariamente en un mes como marzo, recibe en promedio 40 comunicaciones de violencia contra las mujeres, desde el 17 de marzo al 31 de marzo contabilizaba al menos 100 comunicaciones, especialmente la violencia intrafamiliar de tipo verbal, física y sexual y económica”afirman, Silvia Juárez.

Foto/Jorge Menjívar

La Colectiva Feminista en conjunto con la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del aborto han dado atención a 26 mujeres:  “del 21 al 31 marzo se ha brindado atención, hemos dado 15 asesorías jurídicas, de las cuales, seis son de mujeres en situación de violencia y dos asesorías en el marco de la emergencia, en específico sobre el beneficio de los $300.00 que otorga el gobierno” detalla, Laura Morán, abogada de la Colectiva Feminista.

Agrega que han brindado atención psicológica a once mujeres «se ha prestado atención a mujeres que presentan situación emocional inestable por la emergencia, en uno de los casos se suma la situación de despido, que aumenta el estrés y ansiedad” explica Morán.

Las organizaciones de mujeres y feministas se muestran preocupadas ante el aumento de la violencia, sobre todo porque consideran que el Estado no está jugando el papel que debería.

“Los estados tienen, tanto en emergencia como en una situación normal, la responsabilidad de proteger a las mujeres, las adolescentes y niñas contra todo tipo de violencia, es una de sus responsabilidades y no puede ser evadida», enfatiza Morena Herrera.

La escalada de violencia contra las mujeres no solo se ha visto en El Salvador, también en el mundo, por eso la Organización de las Naciones Unidas hizo un llamado a todos los gobiernos a que “pongan la seguridad de las mujeres primero mientras responden a la pandemia” del COVID-19.

“La violencia no se limita al campo de batalla. […] Para muchas mujeres y niñas, la amenaza es mayor precisamente allí donde deberían estar más seguras. En sus propios hogares” expresó el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres.

Foto/Reina Ponce

 

Agresiones a defensoras y detenciones ilegales

Durante la emergencia, la Red Salvadoreña de Defensoras ha registrado 12 agresiones a mujeres defensoras, la mayoría son de ciberacoso, violencia digital y detenciones ilegales. Una de las víctimas de detención ilegal es Ana Cristina Barahona. Ella es trabajadora sexual y defensora de Derechos Humanos, pertenece a la Organización de Trabajadoras Sexuales, a la Red Salvadoreña de Defensoras y otras organizaciones de DDHH.

Ana cristina fue detenida el 13 de abril, mientras salía a comprar medicinas para su hijo de 3 años, porque padece bronquitis crónica. En el momento de la detención su hijo estaba internado en el Hospital Benjamín Bloom, al cuidado de una tía.

Según explica Ana Cristina, los agentes que la detuvieron le explicaron que la retendrían una hora mientras le hacían una prueba de Covid-19, pero eso no fue cierto, la trasladaron al Centro de Contención ubicado en el Polideportivo de Ciudad Merliot. Estando ahí, le dijeron que no saldrían sino hasta cumplir 30 días de cuarentena. En ese Centro se reportan  más mujeres que han sido detenidas de manera ilegal.

Pese a que ya lleva un día en el Centro, la defensora expresa que sólo le han tomado la temperatura, no les han proporcionado mascarillas, ni alcohol gel, y las condiciones del albergue son insalubres. También comenta que tienen retenidas dentro a varias mujeres, que detuvieron en situaciones similares, aun cuando tenían justificación de compras para transitar, y cuyos hijos e hijas se encuentran, de momento, sin el cuidado de sus madres.

Video/Cortesía

Otra de las víctimas de detención ilegal es María Angelica Navarrete, su caso se conoció por su hija, Angélica Navarrete, ambas fueron detenidas de manera ilegal mientras compraban comida y medicina en la tienda de la colonia, alrededor de las 8 de la noche. La policía quiso llevarse a Angélica, pero su madre intervino, entonces se las llevaron a las dos a un Centro de Cuarentena.

Centro de Cuarentena Villa Olímpica, donde fueron enviadas inicialmente. Foto/Angélica.

Angélica tiene un diagnóstico psiquiátrico, “por eso me dejaron salir, pero a mi mamá no” comenta. Las mujeres denunciaron acoso en el Centro de Contención por policías, soldados y hombres que también habían sido llevados a confinamiento. Del lugar fueron movidas únicamente las mujeres, eso era positivo para ellas porque se acababa el acoso de los detenidos, pero nunca les informaron el lugar donde las llevaban “Supimos dónde estaba mi mamá porque ella conoce la zona” explica Angélica. Las mujeres fueron llevadas al Polideportivo de Ciudad Merliot.

Las mujeres enviaron a Revista La Brújula una serie de videos denunciando las detenciones ilegales y las condiciones insalubres del Centro de Cuarentena donde están.

En el video se aprecia que una de las mujeres detenidas fue llevada con todo y las compras para su familia.

Otra de las detenidas es Karla (nombre ficticio) ella andaba entregando tortillas cuando fue detenida a las 12 del mediodía del martes 7 de abril.

Matilde (nombre ficticio) denuncia que fue sacada de su casa, “me pusieron el arma en la cabeza frente a mi hijo, y así me obligaron a subir a la patrulla” denunció.

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La mayoría de estos casos han sido remitidos a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, las mujeres esperan que dicha institución les apoye con un Habeas Corpus para salir del Centro de Contención y reunirse con su familia. Algunas tienen hijos menores de edad y la responsabilidad del cuidado recae en ellas, por esa razón urgen de la intervención de la PDDH.