Cicla 28: pedalear para sanar el cuerpo y el territorio

Cicla 28 es más que ejercicio físico: es comunidad y resistencia. Han enseñado a decenas de mujeres a pedalear de manera autónoma, organizan talleres de reparación de bicicletas y acompañan luchas ambientales y feministas.

Por: Redacción

En 2021 nació en El Salvador el colectivo Cicla 28, una comunidad de mujeres que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte, pero también como herramienta de emancipación, salud y justicia ambiental. Su nombre es un juego de palabras: “cicla” como forma popular de llamar a la bicicleta y “28” en alusión tanto al rin de bicicleta como al ciclo menstrual de 28 días.

Cicla 28 es una comunidad de mujeres que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte, pero también como herramienta de emancipación, salud y justicia ambiental.

Jessica González, integrante del colectivo, se define como ciclopromotora. Para ella, la bicicleta ha sido una aliada para enfrentar los efectos del síndrome de ovario poliquístico y regular su ciclo menstrual.

“Cuando incorporé la bici a mi vida, noté cambios significativos: menos dolor, más energía y un mayor equilibrio hormonal”

Desde Bicilab, su escuela formativa, abordan temas de género, medio ambiente y salud hormonal. Ahí han puesto sobre la mesa un vínculo pocas veces discutido: cómo la contaminación ambiental y los alteradores endocrinos afectan directamente al cuerpo de las mujeres. “Nuestro ciclo menstrual es un indicador de salud. Si el ambiente está contaminado, eso también se refleja en nuestros cuerpos”, explica González.

Desde Bicilab, su escuela formativa, abordan temas de género, medio ambiente y salud hormonal.

La bicicleta, en este contexto, no solo reduce la emisión de partículas contaminantes al aire, sino que funciona como una práctica cotidiana de autocuidado. Con al menos 15 a 30 minutos de pedaleo diario, las mujeres del colectivo han encontrado una forma de disminuir síntomas menstruales, prevenir complicaciones hormonales y fortalecer su salud mental.

Cicla 28 es más que ejercicio físico: es comunidad y resistencia. Han enseñado a decenas de mujeres a pedalear de manera autónoma

Pero Cicla 28 es más que ejercicio físico: es comunidad y resistencia. Han enseñado a decenas de mujeres a pedalear de manera autónoma, organizan talleres de reparación de bicicletas y acompañan luchas ambientales y feministas. 

Su lema, “rodar a nuestro ritmo”, resume la sororidad que las impulsa: ninguna se queda atrás, todas avanzan juntas.

Su lema, “rodar a nuestro ritmo”, resume la sororidad que las impulsa: ninguna se queda atrás, todas avanzan juntas.

En un país donde la movilidad suele ser vista como un asunto neutral y donde la bicicleta ha estado asociada históricamente a lo masculino, las mujeres de Cicla 28 han creado un espacio para reapropiarse de las calles, de sus cuerpos y de su salud. Pedalear, para ellas, es un acto político, feminista y vital.