Desalojos en el Centro Histórico: Mujeres vendedoras señalan vulneraciones a manos de la municipalidad

Vendedoras afirman que las “conversaciones” que se tuvieron con la alcaldía, no tuvieron oportunidad de expresar sus necesidades. La medida se ejecutó luego de enviarles una advertencia de 72 horas, afirman. 

Por: Ana Gómez

Vendedoras señalan diferentes vulneraciones por parte de las autoridades municipales en el desalojo de sus locales en las calles alrededor del Centro Histórico de San Salvador.

El 13 de abril, Mario Durán, alcalde de San Salvador, publicó en X que más 250 comerciantes se retiraron “voluntariamente” de la Avenida Cuscatlán, 8° y 10° Calle Poniente y 1° Avenida Sur. También, Irving Rodríguez, Jefe de la Unidad Técnica del Comercio en el Espacio Público, declaró que “hemos estado en un proceso de diálogo y negociación con todos los comerciantes que entran en esta dinámica para facilitarles opciones seguras en todo el sistema municipal de mercado.”

La alcaldía envió el aviso a los comerciantes que tenían 72 horas para retirar la mercancía y la infraestructura, según lo entablado en las negociaciones. “Así dice el papel, ellos dicen: ya conversamos con ustedes; pero esas conversaciones que tuvimos, nosotros no podíamos expresar nada, solamente ellos hablaban”, afirma Cristal, quien se ha dedicado en la venta informal por 13 años en el Centro Histórico. 

Cristal narró que las y los comerciantes habían tenido algunas reuniones con autoridades municipales, donde les mencionaron opciones para el reordenamiento. “Nos dijeron que nos iban a trasladar para los mercados y que también iban a hacer un nuevo mercado, nosotros nos ilusionamos.”

Sin embargo, en la última reunión, les mencionaron que el nuevo mercado lo iban a hacer en dos años. Mientras este período pasaba, la alcaldía no ofreció otra alternativa. Dentro de los 250 comerciantes, se encuentran personas adultas mayores, madres y mujeres que sostienen a su familia con las ventas y que por el desalojo no tienen seguridad de obtener la ganancia en las ventas.

Con el aviso final del desalojo, Cristal afirma que no fue voluntario y que por el peligro que conlleva el Régimen de Excepción, las vendedoras y vendedores no pueden hacer presión. “Por ejemplo, Norman Quijano intentó desalojar, pero nos quedamos ahí en los puestos, durmiendo varias noches, porque sabíamos que él no iba a meter maquinaria, si estábamos ahí, nos respetaban. En cambio este gobierno nos dio un papel donde nos daban 72 horas para irnos porque iban a meter la maquinaria, no le importaba lo que hubiera o lo que estuviera ahí”.

Con respecto a la infraestructura metálica de los locales de los y las comerciantes, algunas no pudieron recuperar la inversión que habían hecho. Luna es vendedora del Centro Histórico, quien apoyó a Cristal en el desalojo de su producto, ella afirma que la inversión fue de $400. Ni a Cristal ni a Luna le dejaron retirar la infraestructura metálica de su puesto.

Los desalojos han ocurrido en los últimos años, Luna expresa que las personas han optado por alquilar piezas cerca del Mercado Central para no viajar con su producto hasta sus casas, o venden de manera ambulante con el temor de que el CAM les arrebate su producto como ha sucedido en diferentes ocasiones. Otras, han buscado vender en los mercados de Soyapango, Ciudad Delgado, entre otras, pero las y los comerciantes locales no les permiten instalarse, ya que también afectan sus ganancias. 

Cristal solicita que la Alcaldía cumpla con la promesa del nuevo mercado, y espera que puedan resolverles lo más pronto posible. Cristal ha pérdido la ganancia de dos días, en ella recae el cuido de sus hijos y de su madre. 

*Cristal y Luna son nombres ficticios utilizados con el propósito de proteger su identidad.