En este mes en el que muchas celebran el amor y la amistad, Revista La Brújula presenta a Rider de Sister, una iniciativa que proyecta la hermandad entre niñas y jóvenes que practican skate y patinaje reivindicando los espacios públicos.
Rider Sister es una iniciativa que surge en el 2020 con el sueño de Stefany Castaneda, una joven de 29 años que buscaba crear un espacio seguro para que las niñas y jóvenes pudieran aprender y practicar skateboarding acompañadas.
Rider Sister representa hermandad, acompañamiento, solidaridad, compañerismo y la práctica de deportes en espacios seguros. Este grupo reivindica espacios como parques públicos, para que las niñas y jóvenes puedan practicar lo que les gusta y no sentirse solas en las calles.
“Elegí el skateboarding porque ese era el deporte que a mi me gustaba y no quería andar sola en los parques, quería sentir la compañía de más niñas que también quisieran aprender y que tuviéramos un espacio seguro donde practicar. Con el paso del tiempo, en las reuniones empezaron a llegar otras niñas que querían practicar patines y por eso es algo que ahora estamos aprendiendo”.
Stefany Castaneda
El skateboarding es un deporte que se practica en las calles, usando una tabla. Este deporte obliga a buscar espacios para practicarlo y a las niñas y jóvenes a buscar lugares seguros para hacerlo.
Inspirada en “Longboard girls Crew”, la comunidad de mujeres más grande de longboard y grupo del cual Stefany es embajadora en El Salvador, la joven logró replicar los aprendizajes y concretar su deseo de tener espacios seguros en la compañía de niñas y jóvenes. “Porque no es agradable practicar en espacios públicos solas, no sentimos la misma seguridad que cuando estamos en grupo. Viví esa experiencia, dejé de patinar porque no tenía con quien salir a hacerlo”, expresó.
Para ellas, su eslogan “Girls don’t leave girls alone” significa “que las mujeres siempre nos vamos a apoyar entre nosotras”, por esta razón se enseñan unas a otras.
Entre sus logros destacan que las niñas se siguen sumando a esta práctica, disfrutando el estar en grupo, la seguridad que les da el espacio, tener una marca y producir camisas, stickers y otros promocionales, además de la visibilidad que han logrado y el impacto positivo de estos deportes.
Cada 15 días se encuentran en el Parque Cuscatlán, en un proceso de aprendizaje para las que se van sumando. Formar parte de este espacio no tiene ningún costo.