Este 13 de octubre, Día de las Rebeldías Lésbicas, la poeta y activista lesbofeminista, Karina Vergara, nos habla sobre la apuesta del lesbofeminismo, que nos invita a amarnos entre nosotras, a encontrar ternura, cuidado y demuestra que construir el mundo desde otras realidades, es posible.
Por Ana Gómez
Karina Vergara es lesbofeminista, poeta, activista, académica y periodista mexicana, es reconocida por su lucha por los derechos de las mujeres y su apuesta lesbofeminista frente al sistema heteresexual y patriarcal.
Ella integra Lunas Lesbianas Feministas, grupo de mujeres lesbianas que nace en 2001, con la intención de hacer reflexiones y generar acciones políticas lesbofeministas. Por medio de la literatura, Karina expresa sus sentires desde el corazón, cuenta con dos blogs Esta Boca Mía, donde plasma su poesía lesbofeminista, y Cuentitos para llevar, con narraciones lésbicas.
En Septiembre participó en el Pre-Encuentro y Seminario Feminista: “Vivas, Libres y Diversas nos Queremos”, como ponente sobre Lesbofeminismos frente a las violencias. Asimismo, participó con la colectiva Lesbofeminista Hijas de Safo en la presentación y conversatorio del libro Siwapajti Medicina de Mujer.
En marco del 13 de octubre, día de las Rebeldías Lésbicas, Karina compartió con Revista La Brújula sobre qué es lesbofeminismo, su activismo y poesía.
Para usted, ¿Qué es el Lesbofeminismo?
Cuando hablamos de lesbofeminismo, estamos hablando de un cuerpo teórico político que tiene el pequeño detalle, que no es nada pequeño, de surgir en el Abya Yala, de lesbianas con color de piel morena. Somos habitantes no privilegiadas, trabajadoras; que estamos pensando en conjunto sobre el sistema de opresión al que llamamos modelo del sistema-mundo patriarcal.
Este modelo nos sirve para explicar cómo está funcionando en este momento histórico la opresión: la opresión económica, la devastación de la naturaleza, el racismo, el adultocentrismo y la división sexual del trabajo. Hacemos énfasis en el regimen heterosexual como la piedra que sienta este sistema-mundo, el convencimiento de que las mujeres existimos en el mundo para servir, cuidar y atender sobre todo a un varón como adulto-centro de la producción de este sistema económico.
Entonces, la operación matemática que proponemos es simple: sostenemos con nuestros cuerpos a este mundo y decimos soltemos, renunciemos a este sostenimiento heterosexual del mundo y no es un mandato político, no es un mandato biológico, no es un asunto instintivo como nos han hecho creer, sino más bien, estamos diciendo podemos amarnos entre nosotras, encontrar ternura, cuidado y podemos construir el mundo desde otras realidades.
Para desmontar el sistema heteropatriarcal ¿Qué proponen las mujeres lesbofeministas?
La primera es el amor entre mujeres. Las compañeras desde los 60 y 70s, feministas lesbianas radicales de esta época, plantearon que hay que aprender a amarnos, no solo amarnos como el acto sexual de negar nuestro cuerpo para el placer de la persona que nos oprime y empezar a compartirlo entre nosotras, sino también es negar a ser leales, a esperar su aprobación inmediata, a la aprobación de sus instituciones, en sus modos de concebir el mundo; no necesitamos ser aprobadas porque nos legitimamos entre nosotras.
No romantizar el amor entre las mujeres, reconocemos que las mujeres somos humanas, no somos perfectas y menos aún cuando tenemos 12.000 años de patriarcado en la cabeza, pero que sabemos que la desigualdad de poder en la que vivimos ahorita, pone incluso a la más malvada de nosotras en una situación de desventaja y ¿Cómo hacemos para equilibrar este sistema de poder existente en el mundo? Estas son algunas estrategias más inmediatas sin dejar de poner en la mesa el organizarnos entre nosotras.
Yo no voy a ir a convencer a nadie de cómo tenga que vivir, yo les provocó, así estamos existiendo, está funcionando y estamos resistiendo al sistema [...] estamos demostrando que la existencia lesbiana colectiva organizada y en franca oposición al sistema, es posible.
¿Cómo el lesbofeminismo está presente en otras luchas feministas?
Yo no estoy segura si se tiene que vincular porque ya es otras luchas; por ejemplo, yo entiendo, lo veo y es como desenmascarar lo evidente, ¿quiénes son las que están sosteniendo en gran medida las organizaciones de la lucha por la defensa del agua, por la tierra, contra las mineras? son compañeras lesbianas, ¿quiénes están siendo las abogadas más aguerridas que están obteniendo las mayores sentencias contra los feminicidas?, compañeras lesbianas abogadas, ¿quiénes son las que están acompañando a defender a las madres y a las tías de la violencia vicaria? son lesbianas y ¿quiénes están en primera línea en la lucha por el derecho al aborto?, son lesbianas, ¿quiénes son las encapuchadas más radicales? somos lesbianas, ¿quienes lo estamos quemando todo? las lesbianas.
La propuesta de amor entre mujeres es el motor, lo que las compañeras están haciendo es un amor constante, práctico, explícito desde el amor por la tierra, el amor por las crías, el amor porque la compañera pueda elegir sobre su cuerpo, desde la defensa por la educación sexual porque queremos que las mujeres tengan cuerpos libres, eso es amor en lesbiandad, estamos haciendo explícitos de qué tamaño es el amor de las lesbianas por las mujeres.
En este 13 de octubre, Día de las Rebeldías Lésbicas ¿Qué reflexión le gustaría compartir?
El 13 de octubre existe no solo para visibilizar la existencia lésbica, sino para denunciar en letras muy grandes que la rebeldía lésbica es una rebelión anti sistémica y que estamos invitando al resto de las mujeres a lesbianarse, a decir amémonos entre nosotras.
El 13 de octubre, como Día de las Rebeldías Lésbicas, todas estas múltiples rebeldías que he anunciado son para hacerlas explícitas porque están puestas en marcha.
Queremos conocer sobre sus escritos como poeta lesbofeminista, ¿Qué significa para usted escribir desde esta expresión literaria?
La poesía es como una manifestación orgánica de todo este amor, esta pasión que se traduce en letras. Las poetas somos mujeres, la poesía nos pertenece a las mujeres, no por un capricho lingüístico, sino porque la poesía es poner en palabras el ritmo del latido que escuchamos en el vientre de nuestra madre.
Cuando yo escribo y cuando cualquier poeta escribe, lo que está haciendo es mostrarnos el ritmo en el que se mueve, en el que existe y en el que respira y lo pone en palabras rítmicas. Entonces, cuando hago poesía, lo que estoy haciendo es compartir con otras compañeras y mostrarles cómo late por dentro mi corazón.
La propuesta de amor entre mujeres es el motor, lo que las compañeras están haciendo es un amor constante, práctico, explícito desde el amor por la tierra, el amor por las crías, el amor porque la compañera pueda elegir sobre su cuerpo, desde la defensa por la educación sexual
En México, ¿Cómo se organiza con otras compañeras lesbofeministas?
En 2001 creamos un grupo que se llamaba Lunas Lesbianas Feministas con intención de hacer reflexión feminista. Seguimos vigentes, hay períodos en que hemos hecho trabajo público, períodos en que hemos hecho acompañamiento a las situaciones que nos pasan y periodos de mucho trabajo teórico. El mantenernos juntas es un desafío bastante grande, mantener esta pequeña utopía, no es que tengamos todo resuelto, pero es posible acompañarnos.
También participo con otras compañeras que estamos haciendo propuestas de investigación desde el feminismo, esto no es rápido porque no pertenecemos a ninguna academia y nos legitimamos entre nosotras, hacemos investigación completamente autónoma.
Somos un núcleo pequeño pero comprometido desde el amor en la lesbiandad, a construir cosas que creemos profundamente. Yo no voy a ir a convencer a nadie de cómo tenga que vivir, yo les provocó, así estamos existiendo, está funcionando y estamos resistiendo al sistema, no es que todo sea color de rosa y vayamos como las superhéroes, vivimos cosas muy duras cada día pero estamos demostrando que la existencia lesbiana colectiva organizada y en franca oposición al sistema, es posible.
Una invitación a que se lesbianen.