Por Katherine García
Se ha centralizado la idea que las niñas no crecen con problemas de salud mental, y que la única violencia que debemos visibilizar es la física. En esta ocasión quiero que hablemos sobre esas situaciones que muchos familiares de nosotras les parecía común en todo caso “Correcto”. Desde pequeñas nos enseñan cómo debemos comportarnos, y ser niñas “buenas”, niñas de “bien”. Las escuelas han sido cuna de muchos patrones sociales actuales que validamos, y en ocasiones replicamos.
El reglamento Escolar es la primera herramienta de violencia patriarcal en las escuelas. Ha sido una tortura para muchas niñas, puede sonar un poco cuestionable para algunas quizás, pero para otras que tenemos anécdotas, miedos, e incluso traumas por maestros, maestras, y directores que nos humillaron a los 8 años por el largo de la falda, por ejemplo.
Ese documento es integrado por una serie de acciones “disciplinarias” como largo de falda a la rodilla, camisa dentro de la falta, calcetas blancas, y debajo de la rodilla, cabello peinado, suéteres de que combinen con el uniforme, e igual coletas, diademas, entre otras cosas. En cambio, a los niños es claro, y cosió uniforme plancho, y limpio, corte francesa clara oscura; la lista de normas que seguimos desde pequeñas, y el no seguirla consistía en una serie de maltratos verbales, emocionales, y hasta psicológicos por parte de “autoridades escolares”.
Muchas crecimos escuchando en actos cívicos, o comúnmente les decimos Los actos de los lunes” repitiendo estás listas, revisándonos uno por uno para que cumpliéramos esto, y esto empeora cuando llegamos a la adolescencia la lista crece, e igual los maltratos.
Las cejas, y piernas no depiladas, sin cortes extravagantes (Algunos colegios colocan hasta corte para señorita) No usar maquillaje, y PROHIBIDOS LOS NOVIAZGOS. Todo enfocado a que nos “perjudica” al momento de aprender. Creo que muchas debemos de tener anécdotas que nos marcaron en la escuela por no haber cumplido una de estas “reglas”.
Recuerdo en 4° grado una ocasión mi mamá no podía mandarme hacer una falda nueva porque ya me quedaba apretada, y corta, por ende, iba a la escuela no la misma falta vieja, y la maestra un día martes paso en aula por aula viendo las niñas que tenían falda “corta” porque era prohibido, y nos colocarían planas las que estarán así. Cuando la maestra de disciplina entro y dijo que nos pusiéramos de pie las niñas empecé a sudar de las manos, y escuché más fuerte el sonido la aguja del reloj, yo quizás pensaba que era miedo lo que sentía, y en realidad era un ataque de ansiedad al final me pusieron 20 planas, y enfrente de todos mis compañeros me dijeron que si no sabía que era inapropiado andar así la falda.
Más allá de seguir pensando que son reglas, y se deben de seguir, deberíamos de ¿Pensar porque estás acciones violentas deben ser reglas? En esta ocasión en conmemoración del día internacional de las niñas quería exponer este tema poco hablado que es parte de la violencia, sigue vigente. El acceso a nuestra educación también es marcado por cómo nos vemos siguiendo estándares morales.
Un día nuestra educación deberá integral fuera de maltratos, fuera de actos morales, y segura para nuestra salud mental.
Katherine García estudiante de la licenciatura en trabajo social, feminista, defensora de derechos humanos de las personas privadas y ex privadas de libertad, y miembra de distintos espacios de incidencia social, política del país.
