Ana Rivera, lesbiana
Esas sensaciones que pusieron ha temblar mi cuerpo, ese beso que más que beso fue un mordisco, mordisco que elevó la temperatura, que sacudió el frío y calentó el alma, el cuerpo; puso a sudar mi espalda, mis pechos y humedeció mi sexo…corto mordisco largo recuerdo.
Recordando tus uñas apretando mi espalda una impresión nueva en mi cuerpo y viniendo de vos más que nueva mágica, se me nubló el pensamiento y mis dedos se derretían por tocar tu piel más allá de la ropa, más allá de los límites que la razón le susurraba al deseo, no es sólo tú cuerpo pero quería beber poco a poco esos fluidos que salen de tu sexo quizás para entender tu alma, quizás para comprender tanta locura que a veces corrompe el sueño…no es sólo tú cuerpo pero lo acepto en el también me pierdo…
Ese sabor de tu piel que aún invade mi gusto, y mis labios se saborean con esa frescura con sabor a libertad o a curiosidad, con esas ganas de besar tu cuello bajar poco a poco hasta encontrarme con el latido acelerado de tu corazón reflejado en el movimiento de tus pechos, esos pechos, recuerdo y se me nubla el pensamiento…que hermosa sos. pienso.
Sos la musa perfecta para escribir de amor, y no me miento por que además de moverme el alma también me mueves el cuerpo…y ese beso que pareció mordisco, y ese mordisco tan intenso además de moverme el alma estremeció mi sexo.
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