Fotografías tomadas de las redes sociales de los equipos
Por Edith Elizondo, feminista.
Mi experiencia con la palabra fútbol la comencé con mi papá, él me llevaba a sus partidos cuando era una niña, lo acompañaba al estadio a ver jugar al Alianza F.C. También jugaba fútbol a los 13 años con mis amigas de la escuela. Se preguntarán por qué les cuento esto, porque el fútbol ha estado presente en mi vida siempre y estoy segura que en la vida de muchas niñas y adolescentes.
Siempre hubo algo que en ese momento no entendía, que faltaban rostros de mujeres jugando en los grandes estadios y equipos que salían en la televisión. El fútbol es un territorio que domina el patriarcado o, dicho de otra forma, es un juego de hombres.
La Primera División Femenina de El Salvador surgió en el año 2016. Pero a mi 19 años después me emociona ver rostros de mujeres en esos equipos, ver técnicas, jugadoras, periodistas deportivas y barras solo de mujeres. El terremoto en el fútbol femenino llegó a El Salvador para quedarse.
Al fútbol como reflejo de la sociedad no se le escapan las mujeres que se atreven a estar en estos espacios, ya que viven la violencia en los diferentes escenarios deportivos. Uno de los casos más recientes es el de Gloria Chicas, quien juega como la número 10 en el C.D. Atlético Marte y en un partido un técnico de C.D. Luis Ángel Firpo expresó “Saquen a esa gorda”.
Ante el ataque la Federación Salvadoreña de Fútbol declaró “sin lugar” el reclamo que hizo el equipo ante la Comisión disciplinaria. El mayor problema al no reconocer las expresiones de violencia contra las mujeres es que se naturalizan y perpetúan, conviene recordar que estos actos están tipificados como delito en la Ley Integral para una vida libre de violencia para las mujeres, por lo que es importante sentar un precedente en este tipo de situaciones.
Otra de las desventajas para las futbolistas es que no cuentan con los recursos y el equipo necesario para su desempeño en la cancha, siendo tan importante su actuación como cualquier jugador hombre que sí es remunerado.
“Era muy duro jugar y entrenar entre semana. Teníamos que trabajar en la mañana, después viajar hasta el estadio, jugar, volver hasta casa y madrugar al día siguiente para ir a trabajar. Este es el día a días de muchas jugadoras de la primera división del fútbol salvadoreño” comenta Alicia, nombre ficticio de una ex jugadora del Atlético Marte.
Si aún no ves el problema en esta columna es porque sigue siendo necesario analizar todos los espacios desde una perspectiva feminista. Las desigualdades y expresiones de violencia son el día a día de las mujeres en la mayoría de los espacios y mucho más para las mujeres que deciden desafiar los roles y estereotipos de género.
Sin embargo, no todas son malas noticias, mujeres poderosas se van apropiando del terreno de juego. Hoy viernes por primera vez se jugará una final de la Primera División Femenina en el Estadio Cuscatlán, Alianza Women y C.D. FAS. Se espera una final con goles asegurados, tomando en cuenta el buen momento ofensivo de cada equipo y de individualidades como Paola Calderón y Brenda Cerén, quienes prometen ser un duelo de guerreras, donde cualquiera tiene altas posibilidades de consagrarse como campeonas de la liga profesional.
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