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Por Lorien De León, adolescente, estudiante de Kung Fu, además es rescatista de animales y feminista ecológica.
Para mi ser niña es muy bonito, mi familia me apoya, tengo amigos y amigas que también me quieren y tengo la oportunidad de estudiar, pero en este Día internacional de la niña reflexiono que no todas las niñas en El Salvador tienen las mismas oportunidades, pues tienen que vivir situaciones muy difíciles como salir a las calles a vender con el peligro de que las puedan secuestrar y nunca aparecer. Esta es una problemática que se da todos los días y que aún no se ha resuelto.
También muchas niñas y adolescentes son acosadas todos los días en las calles y no solo con palabras o miradas, llegan al punto de querer tocarnos y muchas no sabemos de qué manera reaccionar ante esta situación. A mis trece años recibí por primera vez acoso sexual callejero, con lo cual me sentí muy asustada y eso me hizo sentir que ya no podía andar libre por las calles sin que me acosen sin importar como vaya vestida.
Mi mamá trabaja con víctimas que son violentadas y excluidas, eso hizo darme cuenta sobre la realidad que viven las mujeres y cómo se les violentan los derechos. Esto también me ha sensibilizado sobre el tema y quiero ayudar a mujeres a poder superarlo y además que se respeten sus derechos.
A mis 14 años comencé a entrenar kung fu, pues desde pequeña quise ir a una escuela de artes marciales y así fue. Mucha gente decía que era un deporte muy pesado para una niña pero no le di importancia ya que es lo que me gusta hacer y no dejé que nadie me detuviera en lo que quería hacer. Mi papá y mi mamá siempre me apoyaron con el sueño de practicar artes marciales.
No hay que dejar que la sociedad nos quiera obligar a abandonar lo que más nos gusta hacer o ser porque es nuestra propia felicidad y nosotras más que cualquier persona nos la daremos.
Para poder luchar tenemos que tener sororidad para salir adelante, necesitamos estar juntas y la sociedad nos enseña a trabajar divididas y competir unas a otras, pero nosotras debemos demostrarle al mundo que podemos trabajar unidas, lograr un mundo mejor en donde nuestras generaciones y las que siguen puedan tener mayores oportunidades y derechos.
Felicidades por tan linda reflexión Lorien y esperemos que un día todas las niñas puedan tener la oportunidad de vivir libres de sentir el acoso de una sociedad