Eduquemos con ternura en diversidad sexual -Por Krissia Aquino-

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Por Krissia Aquino

Los días conmemorativos y de reivindicación de los derechos de las personas de la población LGBTIQ tienen un espacio en nuestros calendarios, pero la educación en diversidad es del día a día para las mujeres feministas que maternamos y promovemos la crianza positiva y con ternura.

A pesar de que la palabra diversidad ha sido utilizada en múltiples contextos, incluyendo el sector educativo encontramos ideas y discursos atrasados sobre todo en temas acerca de la sexualidad humana. Encontramos una variedad de discursos cargados de odio, miedo y prejuicios, muchas personas viven discriminación y el enigma que estos prejuicios construyen nos impide que avancemos hacia una sociedad donde se fomente el respeto. Esos contextos violentos, de discriminación y desinformación son en los que crece la niñez.

La educación de la niñez en diversidad sexual puede conducirse hacia dos aristas. Una de ellas es fomentar el respeto a las diversidades sexo-genéricas, culturales, raciales, etc. Asimismo es importante que la niñez LGBTIQ tenga entornos protectores donde hayan espacios seguros, libres de violencia y discriminación para expresar su identidad de género u orientación sexual, además de acceder a servicios amigables libres de prejuicios con información científica y laica porque una niñez informada y empoderada debe ser nuestro objetivo.

El punto de partida es el reconocimiento de las niñas, niños y adolescentes como sujetas y sujetos de derecho porque tienen los mismos derechos que las demás personas, con un ejercicio progresivo de sus derechos, pero con ciudadanía activa o al menos hacia ahí nos deberíamos dirigir. Debemos ver a las niñas y los niños como personas a las que se les debe garantizar derechos y no como personas de segunda categoría, basado en las relaciones de poder establecidas dentro del sistema patriarcal, como nos construye el adultocentrismo.

Para una educación en sexualidad y en específico en diversidad sexual con la niñez debemos de reconocer su curiosidad y alentarla, estar abiertas a esas conversaciones, aun cuando sean difíciles y demostrar alegría por el interés que sienten acerca del tema de las diversidades sexuales. Así como también responder a las preguntas que nos hacen las niñas y los niños dando una respuesta clara y directa e introduciendo contexto de acuerdo con su edad para que pueda comprender y evitar irse por la tangente.

Sería interesante hacerles preguntas para conocer qué saben, qué han escuchado, por ejemplo ¿qué piensas de eso? sin invadir pero que, si vea nuestro interés en la conversación y con actitud de aprendizaje porque también podemos aprender de la niñez. Hacer un llamado a la acción es algo que podríamos promover como por ejemplo que al escuchar expresiones de discriminación entre sus pares contra la población LGBTIQ puede manifestar su desacuerdo, si es seguro hacerlo y que no ponga en riesgo su integridad física y emocional, recalcándole que estaremos ahí para apoyarles.

Considero importante construir valores humanos que podemos enseñar y educar como el respeto y la solidaridad con las demás personas, independientemente de su identidad de género, raza, edad, etc. Junto a ello, podemos hacer conciencia de la existencia de privilegios que tenemos, según sea nuestra situación y condición, pero que no podemos aceptar y quedarnos calladas ante hechos de violencia y discriminación.

También hay que introducir información como sea apropiada para la edad de la niña o niño. Mientras van creciendo podemos ir compartiendo más información sin mentir o minimizar el impacto de la discriminación y violencia por razones de identidad género u orientación sexual. Podríamos presentarles ejemplos de las resistencias, luchas y aportes de la población LGBTIQ más allá de los que nos muestran los medios o redes sociales y, mostrarles acorde a su edad, los impactos en la vida de las personas y niñez discriminada y violentada en sus derechos.

No hay edad para iniciar a hablar de diversidad sexual. La niñez tiene edad para hablar de diversidad sexual ya que hay niñas y niños que enfrentan discriminación y violencia por su identidad de género u orientación sexual y enfrentan situaciones emocionales y psicológicas que no les permite un desarrollo integral, al cual tienen derecho, por expresar su identidad de género u orientación sexual. Hay personas que en el pasado y hoy mismo están enfrentando violencia por razones de identidad de género u orientación sexual y si no actuamos en el futuro seguirá la misma situación injusta.

Algunas veces sentimos que la única manera de contribuir es salir a la calle, pero no es así. La labor en el hogar es una de las más importantes. Saquémosle provecho a este momento donde la niñez está en casa y podemos tener estas conversaciones de manera más sostenida. Compartamos nuestros aprendizajes y errores en el tema de diversidad sexual como madres y padres para fomentar la responsabilidad, respeto y el cambio.

Honremos la inteligencia de nuestras hijas e hijos al abordar el tema con total compromiso por las transformaciones para que todas las personas, incluida la niñez, podamos ejercer nuestra sexualidad de forma libre y sin prejuicios.

La niñez es un agente de cambio, pueden ser protagonistas sociales y políticos y luchar por la justicia social. Por ello, educar en diversidad forma parte de la crianza positiva y con ternura que se debe promover en una sociedad que debe construir entornos protectores para la niñez y adolescencia. Recordemos que la crianza es un acto político, la crianza positiva y feminista es un acto político.

Escuché por ahí “Ternura radical por el cambio social”. Eduquemos con ternura.

Krissia Aquino es feminista e internacionalista con estudios de género.

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