Por Fátima Cruz
Hoy se celebra, en más de 128 países, el Día de Madre. Sin embargo, la maternidad se idealiza desde el sacrificio y de la construcción de una mujer que tiene o debe tener poderes extraordinarios para realizar las tareas de cuido y lidiar con el trabajo, entre otras actividades. Además, se suman las presiones para ser mamá, ¿para cuándo los hijos o las hijas?
Las mujeres en el proceso de ser madre también se enfrenan a sistemas de salud precarios, a leyes que criminalizan los cuerpos de las mujeres embarazadas que también se enferman y pueden sufrir complicaciones obstétricas, a sesgos por ser madres solteras, a que se les imponga una maternidad. Lo anterior responde a la instrumentalización de ser madre en un sistema violento para las mujeres y que serlo debe de responder a los intereses patriarcales.
Es por eso que desde el feminismo se busca vivir sin imposiciones la experiencia de ser madre, que esta sea una decisión y que se tengan opciones de cómo ejercerla. En este sentido, ya no se trata de idealizar sino romper con el destino de ser madre. Es plantearse la maternidad desde la reinvindicación individual, como un asunto de interés publico, social y político, creando un ambiente sano para las madres en el que las practicas no sean hostiles para crianza y para ellas mismas.
Para Ariana Roman, estudiante de psicología y mamá de un niño de siete años, explica que ser madre feminista es contradecir todo el tiempo lo que la sociedad te ha enseñado y mostrarle a su hijo a identificar las desigualdades – privilegios:
También, agrega que es cuestionamiento y romper el estereotipo de la mamá abnegada o lo que se cree que es ser una buena mamá (la que no sale, la que no puede dejar a su hijo ni un momento, la que debe guardar las apariencias).
Asimismo, destaca que entre lo más importante que aporta el feminismo en la maternidad es que ayuda a quitarte las culpas de los señalamientos, entre ellos: ¿por qué sos una mamá joven? ¿Por qué crias a un hijo soltera? ¿Por qué no le diste una familia tradicional a tu hijo? Y a tomar conciencia que es una mamá diferente y que elige otras formas de educación.
Fotografía/Internet
Crianza colectiva
Para Amanda Castro, Antropóloga, lesbofeminista, emprendedora de la memoria y madre de una adolescente, explica que cada vez son más importantes las prácticas que rompan con lo que nos venden ya que son evidentes los límites que tiene la familia tradicional y ese modelo de bienestar que se puede proveer para los roles de género estrictos e inamovibles, que son irreales para nuestro país. ‟Debemos no sólo pensar sino poner ya en marcha prácticas que se centren en los cuidados colectivos, incluidas las maternidades, y el cuidado a otras especies, a la tierra , el agua y eso enseñarlo, haciéndolo, a lxs hijxs”.
Dentro de estas prácticas se encuentra la crianza colectiva en la que un grupo asume la responsabilidad de la criar de forma comunitaria, colaboran entre sí, se apoyan mutuamente con el fin de que los niños o niñas crezcan seguros y acogidos en un grupo donde se equilibren las tareas. Las personas que optan por esta opción aseguran que los niños y niñas tienen a practicar más la solidaridad y toman decisiones pensando de forma comunal.
Ariana ha implementado esta forma de crianza y menciona que entre los beneficios para las madres se encuentra la responsabilidad compartida, el apoyo en red, descubrir en colectivo lo que los hijos o hijas necesitan.
Castro expone que colectivizar los cuidados descarga a las madres y abuelas material, logística y emocionalmente y en ese sentido aporta más alegría y más tiempo para sí. Y lxs niñxs se nutren más diversamente lo cual puede ser mejor a nivel emocional y cultural para su crecimiento.
‟ Es crucial es colectivizar ideas, retos, miedos, experiencias, errores, dudas respecto a la maternidad y lxs hijxs, la retroalimentación de otras es siempre un plus si se hace con prácticas horizontales y no desde un discurso que pretenda aleccionar.” En este caso, para los niños y niños les aporta para sentirse parte de un grupo, ayuda a formar una visión colecta en la que es importante compartir, entiende que tiene un colectivo que está para acompañarlo, educarlo y darle cariño.
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