Tejer un teatro feminista es la pregunta y la reformulación constante

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En el marco del Día Mundial del Teatro, reconocemos que este arte desde sus inicios ha sido un espacio de expresión, denuncia y transformación social. A lo largo de la historia, las mujeres han luchado por conquistar su lugar en los escenarios, no solo como actrices, sino también como dramaturgas, directoras y productoras. En este contexto, el teatro feminista ha surgido como una herramienta fundamental para cuestionar los roles de género, visibilizar la opresión y proponer nuevas narrativas.

Pero, ¿qué define realmente al teatro feminista?, ¿cuándo una obra puede considerarse feminista?, ¿debe ser creado exclusivamente por mujeres, o puede incluir otras voces con una perspectiva de género? Para responder estas preguntas, La Brújula conversó con la artista feminista, Edith Elizondo, para comprender mejor la importancia y el impacto del teatro feminista en la actualidad.

Por: Reiny Ponce

Edith, para comenzar, ¿cómo definirías el teatro feminista?

Considerando que vivimos en una sociedad patriarcal, es muy probable que la cultura organizacional de los grupos o compañías de teatro esté influenciada por valores centrados en lo masculino. (El reconocimiento y validación de los hombres). Es fundamental hilar juntas para crear un teatro feminista.

Para mí, el teatro feminista es un viaje en constante descubrimiento, similar a la revolución de los feminismos. A través de mi experiencia como actriz y facilitadora de procesos creativos, he identificado algunos elementos clave dentro del teatro feminista que actúan como hilos, tejiendo narrativas desde una perspectiva diferente.

Uno de esos hilos importante es un teatro que desafía el patriarcado y los poderes hegemónicos, que transforma las narrativas y no se limita a abordar las violencias que enfrentan las mujeres y las disidencias. Este teatro celebra que somos mucho más que eso. Somos alegría, placer, colectividad y amor; somos la esencia de todo lo que nos hace vibrar, más allá de las adversidades que enfrentamos a diario.

Además, el teatro feminista no se limita a la obra en sí, sino que abarca todo el proceso de montaje y creación. Se trata de romper con la estructura jerárquica del director o la directora, fomentando relaciones más horizontales que permitan a mis compañeras también crear y proponer, revisar los roles y dinámicas de poder. 

Es un cuestionamiento constante de cada etapa del proceso, una búsqueda por transformar la epistemología del teatro. Desde este espacio, buscamos recuperar y celebrar nuestra historia como mujeres que narran, escriben, dirigen y crean.

Es fundamental considerar la inclusión de la diversidad corporal en nuestros equipos, adoptando una perspectiva interseccional que reconozca y dé espacio a otras y otres cuerpos en el escenario.

Un grupo o compañía de teatro solo de mujeres como acto de gobernanza feminista.

¿Cómo podemos identificar si una obra es feminista?

Mientras haya feministas en el teatro, ya sea actuando, escribiendo, dirigiendo, acompañando o formando, que se atrevan a crear en colaboración con otras, siempre habrá propuestas feministas.

En el teatro, las actrices son quienes dan vida a los personajes. Desde el teatro feminista, ¿cómo se construyen estos personajes?

La norma patriarcal excluye principalmente de los escenarios a los cuerpos no normativos, racializados, mayores, gordos, con discapacidad, entre otres. Además, cuando estos cuerpos " no estándar " sí aparecen en escena, a menudo se convierten en el tema central de la obra. 

Por ejemplo, vemos a personas con discapacidad solo cuando el texto trata sobre discapacidad, o a mujeres mayores cuando la obra aborda la vejez. Si consideramos el cuerpo como un elemento fundamental, el teatro tiene un enorme potencial para desafiar esta norma y crear nuevos imaginarios y referentes. 

Por eso es fundamental ver otros personajes en el teatro. Personajes que no encajan en los roles tradicionales de género, Por ejemplo, si se está llevando a escena a una mujer sensual, vale la pena plantearse qué estereotipos de la heteronorma aplicar y cuáles no.

El teatro es una herramienta de transformación social. ¿En qué se diferencia el teatro feminista de otras formas de teatro?

Para mí, el teatro feminista es aquel que desafía y reimagina las narrativas hegemónicas, ya sean racistas, clasista, machistas, colonialistas o heteronormativas.

Que se pregunta qué mensajes queremos transmitir con nuestros montajes, que no se escoja elementos que reproduzcan estereotipos y discriminaciones.

 

Tradicionalmente, el teatro ha sido un espacio dominado por hombres. En el caso del teatro feminista, ¿debe ser escrito y dirigido solo por mujeres, o puede incluir a cualquier persona con una perspectiva feminista?

A lo largo de la historia, las mujeres en el teatro y en otras artes hemos sido invisibilizadas, pero nuestra existencia es innegable. El desafío radica en que, tanto

las mujeres como las disidencias, enfrentamos limitaciones en cuanto a oportunidades de formación y profesionalización, así como en el acceso a espacios donde podamos presentar nuestros espectáculos. 

Es fundamental que estemos presentes en el escenario, representando nuestras diversas identidades y ocupando todos los rincones del teatro, escribiendo, actuando y dirigiendo.

Cierro con la frase de Denise Duncan, directora y dramaturga afrofeminista:

En las artes escénicas venimos de una larga tradición racista, machista, colonialista, heteronormativa y, aunque se están dando pasos, debe sacudirse la base”