Kunakas: la memoria sonora del náhuat florece

En El Salvador existen valiosas iniciativas que mantienen la lengua náhuat  viva. Kunakas (Quien escucha) es un proyecto musical que emerge como un testimonio de resistencia y amor por la identidad. Este álbum es una investigación sonora que documenta las voces y las canciones de quienes han dedicado su vida a enseñar y compartir esta lengua ancestral.

 

Por: Fátima Cruz

La idea nació de una conversación entre Memena Rivera, compositora y musicaterapeuta y Emmety Pleitez, artista y productora. Comenzaron a soñar con un proyecto que no solo recopilara canciones en náhuat, sino que también incluyera un documental para visibilizar a sus hablantes, guardianas y guardianes. 

 

Así se nace Kunakas, un esfuerzo de grabación, investigación y producción llevado a cabo por la productora Flores Eléctricas y financiado por AECID, con el propósito de contribuir a la protección y el fortalecimiento de la identidad de los pueblos indígenas.

Cortesía: Memena Rivera

“Comenzamos a soñar con un proyecto que incluyera un documental dedicado a retratar de cerca a hablantes de náhuat, que han dedicado su vida a enseñar y compartir la lengua”, relató Memena.

La grabación se realizó en distintos escenarios: los hogares de los compositores y compositoras, parques, casas culturales y talleres. Cada sesión se integró de manera orgánica en sus rutinas, convirtiéndose en parte de sus tertulias cotidianas.

“No se trataba solo de grabar y documentar, sino también de escuchar atentamente la cotidianidad de los compositores y compositoras, quienes, en medio de su día a día, nos abrieron las puertas de su hogar para compartir sus voces y sus historias hechas canciones”, explica.

 

El árbol de conacaste inspiró el nombre del proyecto, Kunakas: “Quien escucha”, pues según la cosmovisión ancestral con sus grandes orejas puede escuchar los secretos más profundos y transmitirlos a la tierra.

Cortesía: Memena Rivera

 

Entre 2022 y 2024, el equipo trabajó en la composición de arreglos, edición, mezcla y masterización en el estudio Re-Conexión, con el apoyo de Andrea Núñez y Cesia Ramírez en la grabación de percusiones, mientras que los arreglos musicales estuvieron a cargo de Memena Rivera. El resultado es un álbum con 12 piezas musicales interpretadas por más de 15 artistas indígenas, representando a cinco comunidades, ubicadas en Sonsonate, Santa Ana y San Salvador. 

Cortesía: Memena Rivera

Entre las piezas se encuentran Ne náwat shuchikisa (El náhuat florece), una composición de Antonia Ramírez e interpretada por Nicole Padilla, que refleja el espíritu del proyecto, que simboliza la esperanza y la resistencia de la lengua náhuat a través del tiempo.. 

 

Cada canción cuenta con una historia propia y un profundo arraigo en la tradición oral. Entre las canciones se encuentran Takwikalis pal Cuisnawat (Himno a Cuisnahuat), de Rumilio Pintín; Takwika ne tutuchin (Canta el pajarito), de Elvira Estela Patriz López; y Shitakwika, chikirin (Canta, chicharra), de Ernesto Vega. 

Cortesía: Memena Rivera

Además, Ne papalut (La mariposa), de Elva Pérez García e interpretada por Elva Pérez García; Naja nikneki nitakwika (Yo quiero cantar) de Nicolás Sánchez; Ne tunal wan tayua (El día y la noche) de Manuel Coreto; Lamatzin Metzti (Señora Luna), de Ernesto Vega; Ne pashaluani (El viajero), de Antonia Ramírez interpretada por el Coro Iyulu Nutechan, y Nutechan Witzapan (Mi pueblo Witzapan), de Genaro Ramírez e interpretada por Matilde Ramírez, son testimonio de la riqueza cultural y la diversidad de las comunidades que participaron.

 

Para Memena, esta canción tiene un significado especial. «Cuando visitamos a Antonia en su casa, estaba delicada de salud, pero nos recibió con alegría y entusiasmo. No pudimos quedarnos mucho tiempo debido a su condición, pero su voz, su mensaje y su energía me impactaron profundamente. A pesar de las dificultades, nos entregó su alegría con el corazón abierto». Lamentablemente, Antonia falleció el 11 de junio de 2024 y no pudo escuchar la versión final de su canción, pero su legado seguirá vivo a través de Kunakas.

Cortesía: Memena Rivera

El álbum no solo es un registro sonoro sino también un recurso educativo, para difundirse como material didáctico. Además, es un testimonio de preservación de la historia de la resiliencia de un pueblo que sigue cantando, enseñando y compartiendo su historia a través de la música, desde quienes han dedicado su vida a mantener viva y resiliente la lengua náhuat. 

El álbum se encuentra disponible, de forma física, en la Mediateca del Centro Cultural de España.

Fotografía: Centro Cultural de España SV