Comunidades y organizaciones defensoras del Lago de Coatepeque realizaron un recorrido biocultural con el propósito de compartir el valor del patrimonio cultural. Las mujeres, abuelas y abuelos contaron sus historias sobre el Tabudo y como era el lago en el pasado. Hicieron el llamado de proteger el Lago de Coatepeque para preservar su riqueza cultural.
Por Ana Gómez
“Cuando ese animalito salía y se sentaba atrás, nosotros llenábamos los costales de cangrejo” contó Petronila Molina, una mujer de 63 años que cuando era niña, logró ver al Tabudo, un personaje icónico y exclusivo del Lago de Coatepeque. Las comunidades lo describen como una entidad de ojos rojos, largas extensiones inferiores y que tenía el afán de sentarse detrás de las balsas o lanchas de los y las pescadoras.
Su energía era positiva, pues cuando salía el Tabudo, traía abundancia de cangrejos y pescados. “Como era el encanto del agua, a la gente no le tenía miedo” señaló Petronila, quien contaba la historia a las orillas del lago, en el bajadero El Manguito. Los y las habitantes afirmaron que hubo intenciones de privatizar la entrada de El Manguito, lo que dejaría a las comunidades solo con un acceso público.
Esta historia que cuentan los abuelos y abuelas es parte del patrimonio intangible del Lago de Coatepeque, que se encuentra en peligro debido a su contaminación y privatización que agudiza los problemas de salud y acceso al agua para las comunidades.
Además del Tabudo, los y las habitantes contaron la historia de la familia que construyó una Casa de Piedra, que se encuentra abandonada cerca del lago. Esta casa ha estado abandonada por más de 15 años, pero su historia se escucha en las calles, en la voz de quienes conocieron a Salvador Durán, dueño de la Casa de Piedra. Ellas y ellos vieron cómo perdió su casa por deudas en el banco.
Estas historias fueron parte del recorrido biocultural que las organizaciones de mujeres defensoras del Lago de Coatepeque realizaron con el propósito de que las nuevas generaciones conozcan sobre el valor patrimonial y ancestral que posee el lago.
“Toda la gente usaba el lago para tomar, era una felicidad este lago porque hasta de la orilla se podía tomar agua, era un agua cristalina” recuerda Lilian Toledo, habitante de Santo Domingo. Ahora, por la contaminación del lago, ya no se puede usar el agua de la misma forma.
Claudia Rodríguez, de AMAES y el Movimiento Ecofeminista, reflexionó que estas historias que cuentan las mujeres, como la leyenda del Tabudo o de cómo ellas llegaban a lavar al lago, son importantes de rescatar y compartirlo como saberes y conocimientos. “Está tradición oral necesitamos compartirla con los niños, las niñas y otras generaciones para rescatar nuestra historia”.
También, Mujeres Ambientalistas del Lago de Coatepeque, Asociación de Mujeres Ambientalistas de El Salvador (AMAES) y el Movimiento Ecofeminista explicaron sobre la importancia de proteger el Lago de Coatepeque en estos momentos que enfrenta niveles altos de contaminación, que afecta a las comunidades en su salud y en el acceso al agua del lago.
En la Estación de Ferry que traslada a las personas a la Isla Teopán, las organizaciones explicaron que dentro de la isla se encuentra una escultura de piedra con forma de mujer. Esta escultura fue mencionada en las cartas que García Palacio escribió al Rey en 1576. Fue hasta 1996 que Antonio Cabrales reportó el hallazgo y se consideró como sitio arqueológico. Sin embargo, se encuentra en una zona privada, sin acceso al público.
Las comunidades hicieron nuevamente el llamado a las instituciones y población en general de sumarse al cuidado del Lago de Coatepeque, y detener la contaminación, el deterioro y la privatización del lago, que está dejando sin libre acceso a las personas que habitan en el lugar.