Las mujeres y nuestro deseo de cambiarlo todo – segunda entrega

En este especial, Revista La Brújula quiere destacar a mujeres inspiradoras que son agentes de cambio y transforman el mundo desde sus espacios. Surge como un homenaje a mujeres salvadoreñas que, a través de su labor y esfuerzo, están comprometidas con la justicia social, desde distintos ámbitos de incidencia.

Estos perfiles nos recuerdan el poder transformador de las mujeres y su lucha por otros mundos posibles.

Equipo Revista La Brújula / Redacción: Fátima Cruz / Edición: Krissia Girón / Fotografía: Reiny Ponce / Diseño: Gabriela Turcios

Victoria Chávez: el primer territorio a liberar es nuestro cuerpo

Victoria es defensora de los derechos de las mujeres, la naturaleza y el territorio. Está convencida de que la consolidación de la igualdad de género depende de la conciencia colectiva y la educación. Para ella, la promoción de la formación en derechos de las mujeres y el fortalecimiento de las instituciones de protección son fundamentales. Destaca la importancia de que las mujeres se apoyen mutuamente para acceder a espacios de poder, pero con una sólida conciencia de género. Por ello, es muy critica de la llegada de mujeres al poder que no representan los intereses de las mujeres y que, por el contrario, son serviles al patriarcado. Ella, insta a aquellos en posiciones de liderazgo, para que sean firmes en su defensa. 

En sus primeros años, Victoria, una mujer indígena campesina, vivió en un rancho de paja tras ser despojada de su tierra. En ese entonces, no tenía conciencia de la justicia social ni del feminismo. Con el tiempo reflexionó sobre la importancia de luchar por los derechos de las mujeres y reconocer que el Estado debe garantizarlos. Su trabajo se caracteriza por la resistencia, la autodeterminación y el compromiso social. A través de la organización, ha trabajado  con mujeres, hombres y jóvenes, priorizando el empoderamiento femenino en todas las etapas de la vida. Para ella, es gratificante ver las transformaciones personales y colectivas de las mujeres, reconociendo que el amor propio y la responsabilidad son fundamentales para construir la felicidad. Además, destaca la importancia de los derechos de la naturaleza, incluyendo el acceso a la tierra para cultivar alimentos y desarrollarse en cualquier área de la vida, en igualdad de condiciones para todas las personas.

Victoria ha enfrentado numerosos desafíos como líder de una organización defensora de derechos humanos y ambientales en la Asociación Nayarit con quienes, a lo largo de más de 16 años, han enfrentado amenazas, discriminación y la dificultad de operar con poco financiamiento, manteniendo una postura independiente. Han luchado contra la discriminación, especialmente cuando abordan temas de diversidad sexual, y continúan enfrentando nuevos desafíos en su labor feminista. A pesar de todo, han superado obstáculos con compromiso y determinación, aliándose con otras organizaciones y formando redes para fortalecer su impacto. Entre sus logros más destacados se encuentran el reconocimiento de su labor a nivel local, nacional e internacional, así como la paralización de empresas que amenazaban el medio ambiente y comunidades locales. 

Victoria está motivada por la indignación hacia la desatención del Estado, la impunidad y la violencia sistemática que afecta a las mujeres en todas las etapas de la vida. Es por eso que trabaja por hacer visible la necesidad de políticas y leyes reales que aborden temas como el trabajo de cuidados y la seguridad alimentaria, así como por la corresponsabilidad de todos los sectores de la sociedad en la construcción de una comunidad equitativa y sana. 

Su labor feminista se centra en cambiar las dinámicas de violencia y machismo en la sociedad, reconociendo que el problema no solo concierne a las mujeres, sino a toda la sociedad. Para Victoria, el respeto a la diversidad, la búsqueda de paz y la armonía deben ser responsabilidades compartidas por todos los individuos. Por ello,  propone que el cambio se logre a través de propuestas transformadoras que abarquen todas las particularidades de la sociedad. Su compromiso radica en trabajar hacia un mundo donde todas las personas, independientemente de su género o edad, puedan vivir libres de violencia y disfrutar de una vida digna.

 

Está convencida de que la transformación comienza desde dentro y, para ello, propone liberar el primer territorio: el cuerpo de las mujeres. Victoria valora la sabiduría de las mujeres adultas mayores; reconoce la importancia de enseñar tanto los derechos como las responsabilidades desde temprana edad; celebra la diversidad de mujeres y la unidad en la lucha por los derechos, reconociendo las distintas realidades y vulnerabilidades que enfrentan. Victoria está convencida de que las mujeres unidas pueden transformar el mundo y mejorar la vida de todos.

Jessica González: tenemos la misión de eliminar la brecha de género en la movilidad 

Jessi, como es conocida, es ecofeminista crítica y promotora de la bicicleta como medio de transporte. Su compromiso social se ha forjado a partir de su historia personal y la influencia de sus ancestros, encontrando en el feminismo una filosofía transformadora que le ha permitido canalizar su enojo e indignación en activismo feminista. Como parte de Cicla28, ha trabajado para eliminar la brecha de género en la movilidad sustentable, enseñando a mujeres a montar en bicicleta y organizando rutas ciclistas en eventos como el Día de la Tierra y la marcha contra la minería transfronteriza. Además, promueve una cultura de movilidad sostenible y estructuras de poder más horizontales entre las juventudes. 

A pesar de los desafíos actuales en el contexto latinoamericano, confía en las redes y movimientos feministas para enfrentar las opresiones y la discriminación institucionalizada. Destaca su labor en la gestación de una colectiva de mujeres jóvenes comprometidas con la reducción de la brecha de género en el uso de la bicicleta como medio de transporte, un proyecto que ha perdurado durante tres años.

Es una defensora de los derechos de las mujeres, especialmente en el ámbito de la movilidad y la justicia ambiental. Aboga por la transversalización del enfoque de género en las instituciones de transporte y la visibilización de la movilidad del cuidado entre las organizaciones feministas. Asimismo, promueve la conexión entre la contaminación ambiental y la salud sexual y reproductiva de las mujeres, abogando por un ambiente más saludable para todas las generaciones futuras. 

Jessi se inspira en las mujeres que lideran y defensoras ambientales, honrando su memoria y trabajo mientras sigue luchando contra el capitalismo, el neoliberalismo y el patriarcado. Reconoce la importancia del fortalecimiento de la institucionalidad para garantizar políticas de género y equidad, así como el papel fundamental de las mujeres en la vigilancia y ejercicio constante de sus derechos. Aboga por avanzar en la despenalización del aborto, los derechos sexuales y reproductivos y promueve la exploración de masculinidades no hegemónicas para lograr sociedades más equitativas.

 

Encuentra motivación en las lideresas que han marcado época, admirando su libertad, autonomía y también al ver a las mujeres rompiendo estereotipos y sanando heridas del pasado. Para Jessi, el momento más gratificante es cuando una mujer aprende a andar en bicicleta, viendo en ello un acto de liberación y empoderamiento. Estos momentos significativos la impulsan a seguir trabajando por el cambio en la vida de las mujeres jóvenes y adultas.

Carolina Vásquez: creo que es posible el acceso a la justicia para mujeres con discapacidad 

Carolina experimentó un cambio drástico en su vida al perder su visión funcional, lo que la enfrentó con la discriminación y falta de oportunidades laborales, académicas y sociales. Vivió 34 años utilizando su sentido de la vista en todas sus actividades. Debido a esa nueva realidad, decidió reinventarse y ahora impulsa proyectos para brindar acceso a la justicia a mujeres con discapacidad, impactando positivamente en sus vidas y en la percepción de la sociedad sobre la discapacidad. 

Considera que su labor genera un cambio en la vida de las mujeres salvadoreñas y en la sociedad en general a través de la  línea de asesoría legal, acompañamiento y derivación de casos: Tu voz tiene poder, iniciativa desarrollada desde la Asociación de Mujeres Ciegas de El Salvador (AMUCES). Desde el 2020 es coordinadora del proyecto Acceso de la justicia e igualdad de condiciones para mujeres con discapacidad.  En este sentido, apoya a usuarias y sus familias, sensibilizando a personas del sector de justicia sobre las necesidades específicas de las mujeres con discapacidad, identificando ajustes necesarios en los procedimientos para una atención efectiva y eficiente.

A pesar de los desafíos para ser reconocida como defensora de derechos, su mayor logro radica en visibilizar las capacidades y aportes de las mujeres con discapacidad y contribuir a una sociedad más inclusiva. Ante esto, reflexiona que las mujeres con discapacidad enfrentan doble discriminación y son frecuentemente infantilizadas por sus propias familias. Esto dificulta que se reconozca su papel como agentes de cambio en la lucha por sus derechos.

Su motivación surge de su convicción personal de que es posible el acceso a la justicia para todas las mujeres, y cree que la sociedad salvadoreña debe pasar por un proceso de deconstrucción para garantizar los derechos de las mujeres. Esa convicción la impulsa a seguir adelante incluso en los momentos más difíciles. Cree que la sociedad salvadoreña necesita someterse a un proceso de deconstrucción colectiva para eliminar estigmas y estereotipos sobre la mujer y sus derechos. Es necesario un cambio de actitud que reconozca y respete los derechos inherentes a todas las mujeres, independientemente de su condición. 

 

Carolina admira a todas las mujeres que, desde diversos espacios, trabajan por el cambio social, ya sea en las artes, los deportes, la academia o cualquier otro campo. Para ella, cada mujer que trabaja por una causa, aporta al avance de la sociedad. Carolina espera lograr un cambio de actitud en su entorno y ser recordada como una mujer que luchó por una sociedad inclusiva y estableció alianzas para hacerla posible. 

Claudia Ortiz: la posibilidad de construir un futuro de justicia y bienestar para la gente me hace soñar que otro país es posible

Desde su juventud, Claudia ha sido una defensora de los derechos humanos y la justicia social. Su compromiso se arraiga en experiencias significativas que definieron su misión en la vida. Durante su bachillerato, en el Colegio Sagrado Corazón, participó en la «Semana de los Derechos Humanos», un evento que aportó a su conciencia sobre los derechos inherentes a la dignidad humana. Asimismo, la historia política de El Salvador también dejó una profunda impresión en Claudia, despertando la convicción de transformar las injusticias arraigadas en la sociedad.

Claudia es diputada de la República de El Salvador, participa en las comisiones de Justicia y Derechos Humanos, Mujer e Igualdad de Género, Familia, Niñez, Adulto mayor y Personas con Discapacidad. Se describe como ciudadana, mamá y entre sus temas de interés se encuentran la anticorrupción, medio ambiente y empoderamiento. A través de su cargo como legisladora, Claudia ha centrado su trabajo en apoyar a diversos grupos de mujeres en la búsqueda de soluciones a sus necesidades y luchas sociales, entre ellas trabajadoras de maquila, trabajadoras del hogar remuneradas, mujeres bordadoras, madres de personas desaparecidas, madres de víctimas inocentes del régimen de excepción, lideresas comunitarias que luchan por el agua o por obtener las escrituras de sus casas, vendedoras ambulantes desalojadas, entre otras.

Sin embargo, su labor no ha estado exenta de desafíos. En un entorno político donde la mayoría no escucha ni atiende las necesidades de las mujeres, Claudia ha decidido levantar su voz con determinación. Con valentía y claridad, ha defendido la verdad y las realidades que enfrenta la población, especialmente las mujeres, esto la ha convertido en un liderazgo político visible y con un rostro de mujer.

Claudia se siente honrada por ser reconocida como una voz influyente en El Salvador y por liderar el proyecto político VAMOS, el cual considera que representa a miles de personas que buscan un cambio justo en la forma de gobernar. Como legisladora, destaca con orgullo las propuestas que ha presentado para mejorar la vida de las mujeres, incluyendo medidas para prevenir feminicidios, sancionar la violencia obstétrica y proteger los derechos laborales de las trabajadoras. Además, aboga por subsidios económicos para quienes cuidan a familiares enfermos o con discapacidad.

 

Encuentra su motivación en la valentía y fortaleza de las personas que luchan por una vida digna, así como en la posibilidad de construir un futuro de justicia y bienestar para todos. El apoyo y compañerismo de otras mujeres en su labor política son una fuente de aliento, al igual que el amor y apoyo de su familia, especialmente sus hijos, quienes son su mayor inspiración y fuente de energía.