Católicas por el Derecho a Decidir: es importante desafiar los estigmas, cuestionar el rol de la Iglesia y el Estado en la vida de las mujeres

Católicas por el Derecho a Decidir reafirma su compromiso con los derechos sexuales y reproductivos en El Salvador, destacando la importancia de la libertad de conciencia y la laicidad del Estado en la defensa de los derechos individuales.

 

Por Fátima Cruz

 

El pasado miércoles 28 de febrero se llevó a cabo el lanzamiento de la campaña de Católicas por el Derecho a Decidir en El Salvador, CDD: «Católicas y Feministas ¡Claro que sí!». Griselda Mata, presidenta de la organización y coordinadora de la Red de Católicas por el Derecho a Decidir de América Latina y el Caribe, destacó la importancia de desafiar los estigmas y cuestionar el rol de la Iglesia y el Estado en la vida de las mujeres.

Desde 1994, Católicas por el Derecho a Decidir ha sido una voz disidente en el panorama religioso y político de El Salvador. Nuestra organización surge desde las comunidades de fe, pero con la firme convicción de cuestionar los mandatos patriarcales que históricamente han oprimido a las mujeres

Griselda Mata

 

Elena Serna, parte del equipo de comunicaciones de CDD, destacó la importancia de conectar discursos coherentes con la sociedad y el contexto cultural, especialmente enfocándose en las mujeres de fe. El desafío, afirma, fue traducir conceptos complejos en mensajes simples y accesibles, como el eslogan. La estrategia se basa en compartir mensajes que ilustren cómo se vive el feminismo desde una perspectiva católica, promoviendo un diálogo horizontal y desafiando estereotipos. La campaña se estructuró en cuatro fases, cada una dirigida a diferentes grupos objetivos y utilizando personajes diversos para representar la diversidad y sensibilizar sobre el feminismo católico.

Por su parte, desde la base teologica feminista que rodea la construcción de la campaña, Nubia Lazo, integrante de la junta directiva de la organización, enfatizó sobre la importancia de la libertad de conciencia y su relación con los derechos individuales. «La libertad de conciencia es un principio bioético arraigado en el amor y la justicia. Es el derecho divino que nos permite tomar decisiones autónomas y responsables sobre nuestra propia vida y cuerpo» expresó. Además, hizo hincapié en la defensa de la laicidad del Estado como un elemento fundamental para garantizar la igualdad de derechos para todas las personas. «No podemos hablar de libertad de conciencia sin hablar de laicidad. Es necesario un marco legal que respete la diversidad de creencias y proteja los derechos individuales sin imponer dogmas religiosos«, afirmó.