El 2023 estuvo marcado por la lucha feminista, desde la potencia de las exigencias y propuestas en un contexto difícil para El Salvador y la región. Organizaciones nacionales e internacionales han expresado que el país vive una crisis en derechos humanos. Amnistía Internacional denunció «una alarmante regresión en el respeto y la protección de los derechos humanos en El Salvador y alertó sobre una gradual sustitución de la violencia de las pandillas por violencia estatal». Pese a ello, la lucha por el acceso al aborto legal fue escuchado en la Corte IDH con el caso Beatriz y El Salvador fue la sede del 15 Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe.
Por: Fátima Cruz
Revista La Brújula comparte tres momentos que destacan la fuerza y la potencia de la lucha feminista en El Salvador. El movimiento ha sido persistente en demandar una vida libre de violencia para todas, autonomía para decidir sobre sus cuerpos y vidas, acceso a la salud, a la justicia y protección para los bienes naturales.
8 de marzo: Día Internacional de la Mujer
En las calles de San Salvador cientos de mujeres se reunieron para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Entre las demandas persistentes está la despenalización del aborto, el acceso a educación integral en sexualidad y una vida libre de violencias para las mujeres.
También, la marcha se dedicó al Caso de Beatriz. En ese momento la Audiencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos se encontraba programada para el 20 y 23. Beatriz fue diagnosticada con Lupus Eritematoso Sistémico agravado con nefropatía lúpica y artritis reumatoidea, una enfermedad autoinmune crónica que daña diversas partes del cuerpo. La joven pidió la interrupción del embarazo debido a que su salud estaba en riesgo y el feto padecía de anencefalia y no era compatible con la vida extrauterina. Por lo tanto, se abogó por la despenalización del aborto y se exigieron medidas de reparación integral para la familia de Beatriz.
Además, se denunció la violencia feminicida, El Salvador es considerado una fosa clandestina, con un registro de 10 144 casos de mujeres desaparecidas en los últimos ocho años. Respecto a condiciones laborales dignas para las mujeres sus demandas se centraron en el sector público y privado, incluyendo salarios justos, acceso al seguro social y vacaciones pagadas.
También, diversos colectivos y organizaciones denunciaron la transfobia en las resoluciones judiciales en casos de crímenes de odio contra mujeres trans y se exigieron justicia, verdad y una Ley de Identidad de Género.
Otra de las denuncias fue el alto costo de vida que afecta a mujeres y niñas en El Salvador. En el contexto del régimen de excepción se denunció la persecución, acoso y criminalización por parte del gobierno a organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos.
Entre las consignas y mensajes se abordó la situación de personas detenidas, pidiendo agilización de procesos y liberación de las personas inocentes, que han sido víctimas del régimen, enfatizaron que el régimen tiende a violentar los derechos humanos y por consiguiente los de las mujeres y niñas también.
Debido a la violencia, se hizo un llamado al cese de la violencia feminicida y el regreso con vida de las personas desaparecidas, en este tema denunciaron la falta de respuesta por parte de las instituciones del Estado, esto expuso la falta de respuesta por parte del Estado y la omisión de procesos en casos de desapariciones. Se destacó la invisibilidad y la decepción respecto a la falta de atención del gobierno hacia las madres, familiares y personas que buscan a sus seres queridos y queridas.
La realidad de las niñas salvadoreñas también se llevó a las calles, se denunció el aumento de embarazos en niñas y adolescentes, especialmente en áreas rurales, estos representaron un 20% del total con incidencias notables en departamentos como San Salvador y La Paz.
Las organizaciones, colectivos y participantes de la marcha destacaron la importancia del 8 de marzo como un acto de resistencia y lucha por los derechos de las mujeres y disidencias sexuales. En esta conmemoración, en las calles de San Salvador y en las diferentes actividades en territorios la potencia, el arte, la paz, la digna rabia y la lucha por el cumplimiento de derechos se destacaron como elementos presentes en las demandas de las mujeres en sus diversidades.
Audiencia Beatriz: ¡Justicia para Beatriz es Justicia para Todas!
La audiencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) sobre el caso Beatriz vs El Salvador se mantuvo durante dos días, en Costa Rica. Esta fue vista, acuerpada y esperada por el movimiento feminista local, regional y global, con muestras de apoyo frente a la Corte, en el espacio digital y en las zonas urbanas y rurales. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó el caso, resaltando que los informes médicos consideraron el embarazo de Beatriz como de alto riesgo. Además, la CIDH destacó que este es el primer caso que abordaría los impactos de la prohibición del aborto, identificando el impacto desproporcionado que tiene en las mujeres y niñas salvadoreñas.
En la audiencia, la madre de Beatriz describió los momentos en que acompañó a su hija, entre ellos su niñez, adolescencia, su historia médica, la solicitud que presentó para interrumpir el embarazo y las circunstancias de su fallecimiento. En sus palabras enfatizó que el Estado le falló a su hija. Mientras que el Dr. Guillermo Ortíz, quien atendió a Beatriz, presentó información médica sobre los riesgos asociados con el embarazo de Beatriz debido a complicaciones de salud existentes y también lo implicó en su salud emocional.
El médico explicó que el feto presentaba anencefalia, una condición incompatible con la vida extrauterina, y que se determinó un alto riesgo de complicaciones si el embarazo continuaba. A pesar de lo señalado, la ley salvadoreña no permitió la interrupción.
Después de un receso, la perita Isabel Sierra, ofrecida por la Comisión, hablará sobre la compatibilidad de la prohibición absoluta de la interrupción voluntaria del embarazo con la Convención Americana. Citó datos de la Organización Mundial de la Salud en los que planteó que el aborto peligroso es la tercera causa de mortalidad materna en América Latina y su despenalización reduce la mortalidad en un 91%. Recomendó la despenalización y la atención médica, abogando por servicios gratuitos y accesibles.
En el segundo día de la audiencia sobre el caso Beatriz vs El Salvador en la Corte IDH, Morena Herrera de la Agrupación Ciudadana y la representación de CEJIL, presentaron alegatos finales. En estos se destacaron la negación del Estado sobre los riesgos de salud de Beatriz, quien estuvo internada 81 días esperando una resolución por parte del Estado.
Solicitaron que el Estado salvadoreño sea declarado responsable por la violación de los derechos de la vida de Beatriz, que la afectó gravemente y su familia. Irma Lima, de la Colectiva Feminista, enfatizó las limitadas opciones que enfrentan las mujeres en El Salvador: cárcel o cementerio.
La representación del Estado argumentó que la falta de actuación médica no se debió al artículo 133 A del Código Penal que penaliza el aborto en todas las circunstancias. Señalan que previamente se realizaron interrupciones del embarazo sin requerir autorización legal. El Estado rechazó ser llamado «anti-derechos».
En respuesta, Gisela de León de CEJIL cuestionó la participación de los testigos del Estado que no estuvieron involucrados en los hechos y actuaron como peritos. El Estado reconoció que la vida de Beatriz estuvo en riesgo, pero argumenta que no era un riesgo inminente de muerte. Asimismo, se cuestionó la falta de documentación y justificación por parte del Estado.
Tras la audiencia, aún se espera con esperanza y solidaridad feminista la resolución del caso. De ser a favor de Beatriz y su familia se realizaría un precedente importante respecto a la interrupción del embarazo por riesgo en la salud y vida de las personas gestantes.
15 EFLAC: Unidas, unides, resistiendo y avanzando
El 15 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC) se llevó a cabo en El Salvador con la participación de más de 1,500 feministas. Se realizaron más de 113 actividades y 12 asambleas sobre temas relevantes para el movimiento feminista global.
En un contexto regional difícil, que amenaza los derechos humanos y la democracia, se destacó la importancia de que el EFLAC se llevará a cabo en Centroamérica. El evento sirvió como plataforma para abordar diversas problemáticas, promoviendo la conversación y el debate sobre violencia de género, derechos humanos y otros temas relevantes.
Los EFLAC han tenido un impacto significativo en el movimiento feminista, marcando la agenda regional y contribuyendo a la defensa de los derechos humanos a nivel global. En este espacio han surgido iniciativas importantes, como: la propuesta de establecer y conmemorar el 25 de noviembre como el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer.
El encuentro fue un espacio de escucha activa y a acuerpamiento frente a retrocesos autoritarios y de represión. Durante el mismo se colocó la preocupación por la situación de derechos humanos de las mujeres, infancias y disidencias sexo-genéricas alrededor del mundo. Se alzaron múltiples voces de apoyo con quienes enfrentan las diversas formas de odio, saqueo de comunidades y territorios por parte del capitalismo voraz, el avance de los fundamentalismos y el retorno de los fascismos.
Asimismo, se expresó solidaridad con diversas luchas, incluyendo la situación de las mujeres en Palestina y Nicaragua, así como con mujeres indígenas y afrodescendientes que enfrentan sistemas racistas y patriarcales.
Durante dos días, se enfocaron en la interseccionalidad, la intergeneracionalidad y la interculturalidad, discutiendo estrategias para la soberanía sobre sus cuerpos y territorios con la visión de un mundo transfeminista.
Destacaron la importancia del derecho al aborto libre y seguro como fundamental, abogando por una estrategia de despenalización social y exigiendo que los Estados reconozcan el derecho a la justicia reproductiva. Además, se comprometieron a luchar contra los modelos político-económicos y la hegemonía capitalista, buscando la integración de propuestas que garanticen derechos a la diversidad de poblaciones. En este sentido, también enfatizaron lo significativo de las redes como salvavidas, activando la protección integral feminista y proponiendo el EFLAC como un espacio para honrar la memoria y la defensa de las defensoras. También llamaron a una red regional contra la violencia de género y propusieron la ampliación de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras a toda América Latina y el Caribe.
Reconociendo la diversidad de identidades, cuerpos y luchas feministas, hicieron un llamado a la unidad y al diálogo interno para fortalecer el movimiento. Destacaron lo esencial de la interseccionalidad y la lucha antirracista como prácticas feministas esenciales y abogaron por la incorporación del arte, la cultura y la comunicación feministas como ejes transformadores. A pesar de los retrocesos democráticos y crisis de derechos humanos se comprometieron a seguir organizándose y enfatizaron que la alegría, la dignidad y la libertad son suyas.