Por Equipo La Brújula
En El Salvador el tema de la desaparición de personas ha cobrado auge desde el periodo de la pandemia. La Fiscalía General de la República (FGR) reportó 1, 491 personas desaparecidas en el año 2020. Nuevamente este fenómeno que viene desde hace varios años resurge en la palestra pública, instituciones, organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos se han pronunciado con preocupación ante el aumento de desapariciones durante 2021. Sin embargo, las respuestas estatales parecen no ser inmediatas y el tema sigue sin planes de prevención para contrarrestarlo, investigar y sancionar el delito.
De acuerdo a la publicación de un medio digital, de enero hasta el 15 de abril de este año, la Policía Nacional Civil (PNC) registró 577 casos de personas desaparecidas.
Lo que significa un aumento puesto que el año pasado hasta la misma fecha registraba 497 casos. Aunque en las estadísticas de la FGR y la PNC se refleje que desaparecen más hombres, las razones de desaparición de mujeres y niñas son diferentes. Un gran número de casos está relacionado con la trata de personas para fines de explotación sexual. De acuerdo con información de organizaciones sociales.
La desaparición de mujeres es un tema que toca directamente a las organizaciones de mujeres y feministas. Algunos casos son retomados como símbolo de lucha, como ha sucedido con Raquel a quien buscan desde 2019, sin aún obtener respuestas. Otros casos son encabezados por familiares, quienes no descansan en la búsqueda interminable, como sucede con Flor, donde su familia se activó desde el día de su desaparición, y han creado un movimiento en redes sociales “Todos somos Flor”, sin embargo, Flor continúa desaparecida.
A esta lista se suma Yesenia González. Ella desapareció el 11 de marzo de 2021 en San Pedro Perulapán, departamento de Cuscatlán. Según las declaraciones de familiares a un medio de comunicación, hasta el momento se desconoce su paradero. La última vez que la vieron vestía una licra negra, blusa color gris con flores y cuello color negro.
El año pasado 541 mujeres fueron desaparecidas, según el Observatorio de Violencia de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa). En la cuarentena este fenómeno no se detuvo; entre abril y julio, 147 mujeres fueron reportadas como desaparecidas.
Las desapariciones, un fenómeno con raíces históricas
El tema de la desaparición tiene mayor notoriedad durante el periodo del conflicto armado (1970-1992), organizaciones de derechos humanos estiman alrededor de 8 mil personas desparecidas, sin embargo, hay indicios de desapariciones forzadas desde el genocidio de 1932. Para el año 2000 las desapariciones de personas se comenzaron a vincular con las pandillas durante las políticas antipandillas “se registraron los primeros casos de desaparición atribuidos a estos grupos” revela la investigación “Desaparición de Personas en El Salvador” de Jeannette Aguilar junto con la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho.
Sin embargo, la desaparición puede incorporar otros perpetradores que no suelen ser considerados como miembros del crimen organizado dedicados a la trata de personas, elementos de las fuerzas de seguridad, participación de particulares u otros móviles relacionados a la violencia de género o violencia social “han aprovechado la alta incidencia de desapariciones atribuidas a las pandillas para encubrir o enmascarar sus hechos, aprovechando la impunidad que suele prevalecer en estos casos” menciona dicho documento.
Los casos: Raquel y Flor
La entrevista con un familiar de Raquel se realizó el 26 de octubre de 2020
En 2019 la PNC registra 400 mujeres reportadas como desaparecidas, entre ellas Evelyn Raquel Salazar. El 27 de noviembre la joven de 24 años salió en la búsqueda de un empleo pero ya no regresó a su casa. La mañana de ese día fue la última vez que familiares de Raquel la vieron. Ella vestía una camisa color fucsia, pantalón rosado y zapatos tenis color blanco. Salió a dejar su currículum a un centro comercial pero al pasar la tarde ya no respondió llamadas ni mensajes, sus familiares dieron aviso a la policía, sin embargo, hasta el momento no la han encontrado.
Evelyn Raquel Salazar residía en Ayutuxtepeque, se organizó y recibió procesos de formación feminista para mujeres jóvenes, sus compañeras también continúan en su búsqueda. En medio de esa búsqueda interminable una organización feminista crea Alerta Raquel para recordar al Estado que siguen en la búsqueda de Raquel y de todas las mujeres y niñas desaparecidas en El Salvador.
Foto/Cortesía.
El caso de Flor, la búsqueda interminable de su familia
Esta entrevista se realizó el 8 de abril a 23 días de la desaparición de Flor
Flor desapareció el martes 16 de marzo. Según versión de su esposo ella salió a San Salvador por la mañana a comprar insumos médicos y no volvió. “Cuando nos dimos cuenta de que ella estaba desaparecida nos venimos los dos con mi hermano para Cojutepeque, porque vivimos en Sonsonate, mi hermano salió a la policía y la Fiscalía para poner la denuncia e iniciar todo el proceso» comenta Isabel, hermana de Flor.
Isabel se dirigió a los lugares donde supuestamente Flor llegaría en San Salvador «Pero ahí me dijeron que ella nunca llegó, ni a comprar los insumos que nos habían dicho ni tampoco al banco, luego de eso nos venimos a reunir con mi hermano en la Fiscalía. Nos tomaron entrevistas a mi hermano, a mí y todas las personas que eran allegadas a Flor», explica.
El Estado salvadoreño cuenta con un protocolo de atención urgente en caso de personas desaparecidas y una estrategia de búsqueda que debe ser activada por la Fiscalía de forma inmediata al conocerse el caso. Sin embargo, no todas las personas conocen este procedimiento, e incluso algunas creen que se debe esperar 72 horas para denunciar que una persona ha desaparecido.
-En Fiscalía nos dijeron que se activó el protocolo del Protocolo de Acción Urgente (PAU) y miércoles en la noche levantaron un operativo para empezar la búsqueda, tenemos entendido que han estado trabajando, pero hasta ahorita no hemos visto mayores resultados- expresa, Isabel.
El PAU, según FGR, es un procedimiento general de actuación urgente que contribuye a la acción inmediata para prevenir la comisión de delitos frente a la desaparición de personas. Cuenta con una estrategia de búsqueda de personas desaparecidas que permita la planificación de las diligencias necesarias para lograr la ubicación de la persona desaparecida.
No obstante, para Isabel, el trabajo en la búsqueda de Flor aún es ineficiente, tanto de FGR como de la policía- solo nos dice que están trabajando, pero 23 días después yo creo que ya deberían tener avances, deberían tener armada una hipótesis de decir ellos esto creemos que podría haber sucedido, pero nada. Yo entiendo que estén trabajando, pero no tiene los medios, y eso es lo que sentimos nosotros, que los sistemas de investigación en el país son deficientes, necesitan actualizarlo.
Fotografía tomada de la Fan page «Todos somos Flor».
Alrededor de las desapariciones en El Salvador rondan estigmatizaciones cuando se trata de mujeres o poblaciones diversas. Pese a que el PAU tiene entre sus principios la igualdad y la no discriminación.
-En parte mi hermana fue estigmatizada, hubo un policía que nos preguntó, y dio a entender que, si mi hermana no se habría ido con algún hombre, y en ningún momento mi hermana se va a ir y dejar a sus hijos… Mi hermana estaba sirviendo en una iglesia evangélica y mi hermana no haría eso-.
En cuanto a hipótesis sobre la desaparición de Flor, Isabel dice que no tiene ninguna conjetura «nosotros estamos confiando en el trabajo de la Fiscalía, ese es trabajo de ellos, estamos esperando que hagan su trabajo y nos den respuesta a nosotros, nosotros no tenemos porque andar armando conjeturas, eso les corresponde a ellos (FGR y PNC)».
Los días en que Flor desapareció otras mujeres y niñas fueron reportadas como desaparecidas. Pese a estos casos, el director de la Policía, Mauricio Arriaza Chicas y otros funcionarios del gobierno han negado un aumento en las desapariciones.
Sin embargo, este tema no se trata de números, como han expresado algunas campañas de organizaciones de la sociedad civil, una persona que falta en la familia es impacto para el grupo familiar.
-Nosotros hemos suspendido las labores diarias que hacíamos, dejamos de trabajar, uno deja de comer, uno no quiere hacer nada más que dedicarse solo a la búsqueda de su familia, dejamos de percibir ingresos por dedicarse a la búsqueda, y así hay un montón de familias (…) en el caso de nosotros son 23 días, ya casi un mes, donde hemos suspendidos las labores y aún no sabemos nada de Flor-.
¿Qué pasa con las niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas?
Respecto a esta pregunta diferentes instituciones u organizaciones han analizado esta problemática para tratar de identificar las razones de las desapariciones. Entre ellas la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho -FESPAD- presentó la investigación denominada: “Desaparición de Personas en El Salvador”, que recopila datos y análisis de los años 2014 al 2019 en esta temática.
Los resultados concluyen que en el caso de las niñas y mujeres las desapariciones se centran como objeto de venganza: mujeres desaparecidas por sus parejas, que muestran relación con feminicidios, cuerpos utilizados para marcar territorios, represalias por negarse a colaborar con actividades delictivas o por no incorporarse a pandillas, venganzas personales o familiares, o porque cruzaron a una zona contra (pandillas).
A lo anterior las procuradoras adjuntas para la Defensa de Personas Migrantes y Seguridad Ciudadana, y para la Defensa de los Derechos de la Mujer y la Familia, de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, Beatriz Campos y Elisa Arévalo, suman que la violencia de género está naturalizada en El Salvador.
Esta no permite alcanzar una igualdad en la que las relaciones de poder que colocan a las mujeres en una posición de subordinación en todas las etapas de la vida. En este sentido, las adjuntas hacen énfasis en que se debe de reconocer que las desapariciones de las mujeres, en todas las etapas de su vida, se basan en esa violencia de género, misma que escala hasta los feminicidios.
Asimismo, las especialistas explican que las desapariciones ocurren como método para cometer el delito de trata de personas. Éste impacta de forma diferenciada por la etapa de la vida, el grupo de donde vienen, situación de vulnerabilidad y por la interseccionalidad de discriminaciones. Agregan que también ellas y sus cuerpos son utilizados para trabajos feminizados, “lo que representan ellas y sus cuerpos, permite utilizarlas para trabajos feminizados, en violencia sexual, en el comercio del resultado de su trabajo reproductivo, en el tráfico de drogas y de órganos, y otros; que las coloca en una situación de mayor valía para la obtención de los resultados ilícitos de dicho delito.”
«Las mujeres son desaparecidas con fines de venganza y también de explotación»
Para Silvia Juárez, coordinadora del programa Por una vida libre de violencia para las mujeres de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), el tema de las desapariciones parten de la cultura de la violación que usa mecanismos de control que tienen que ver con una persistente victimización de las mujeres, formas de sometimiento a partir de anular su autonomía corporal, política y económica, en este sentido estas prácticas colocan a los cuerpos de las mujeres como una prerrogativa masculina, ya que esas vidas son consideradas con menos valor .
Una desaparición significa no solo violación en si misma a la familia y a ella misma sino que se considera violación a los derechos humanos, ya que en la persona desaparecida se anula el ejercicio de reclamarlos. Por otra parte, la familia enfrenta incertidumbre y en estas son las mujeres quienes buscan a sus hijas, hermanas, madres desaparecidas.
Además, ellas se encuentran en vilo porque no pueden asumir situaciones de carácter legal como herencias o beneficios post mortem porque no existe la certeza de muerte. Además, son esas mujeres quienes asumen maternidades impuestas a partir de la desaparición de sus hijas. La desaparición de una mujer implica que todas podemos hacer. Es decir, la desaparición es latente en la vida de las mujeres, explica Juárez.
Juárez agrega que en el tema de las desapariciones la sociedad aún posee prejuicios y mitos que en muchos casos las desapariciones están asociadas con decisiones de las mujeres, como algunos señalamientos: ya no soportaba la vida que tenía, porque se fueron con otras parejas, tenía deudas y otras.
Asimismo hace énfasis en que la desaparición es uno de los hechos predelictivos y una señal de alerta ante violencia feminicida. En mismo sentido, las adjuntas de la PDDH expresaron que existe un alza en feminicidios ya que en los primeros tres meses de 2020 hubo 28 casos lamentables, mientras que en el primer trimestre de 2021 se registran 44, aumento que supone un 57% en comparación con el mismo período en 2020.
Ormusa, en un estudio de 2016, identificó que las desapariciones son parte de una estrategia de victimización de estructuras criminales, ya que utilizan el cuerpo, que está ligado al territorio, para apropiarse del lugar y lo primero de lo que se apoderan es de la vida y los cuerpos de las mujeres.
La desaparición es parte de esto, donde las mujeres son desaparecidas con fines de venganza pero también de explotación.
Además, plantea la necesidad de seguir investigando y explorando esas determinantes criminales ya que las desapariciones y el desplazamiento forzoso pueden relacionarse. Además, añade que es necesario que la desaparición se entienda como una manifestación de alerta de violencia feminicida y que ante ello deba de seguir un protocolo específico, puede estar asociado a la pareja y las hipótesis o búsqueda debe estar vinculado desde ahí.
Para las adjuntas Campos y Arévalo deben prevalecer algunas medidas para abordar esta temática. Entre ellas la prevención «esas acciones vienen desde la intervención de cada institución para la atención de casos de personas desaparecidas, por ejemplo tener investigaciones efectivas y sólidas por parte de la Fiscalía, por parte de los jueces formación en los diferentes enfoques para que se apliquen en las resoluciones”.
En cuanto a la policía proponen que dentro de sus planes de seguridad se realicen análisis sobre las medidas que se deben implementar a partir del estudio de esta problemática, teniendo en cuenta zonas con más alto índice, población más expuesta, identificación de estructuras criminales que operan a través de este delito y otros conexos.
Entre otras medidas, detallan implementar reformas legales, acciones de visibilización de las herramientas con las que se cuenta para la investigación (Protocolo de Acción Urgente, estrategia de búsqueda, Unidad Especializada de la FGR), realizar acciones de formación en las comunidades para orientar que la desaparición de personas es un delito grave y que debe denunciarse inmediatamente.
Fortalecer instituciones para la búsqueda inmediata y efectiva, medidas como el registro único de víctimas, personal especializado y capacitado, recursos tecnológicos y presupuesto. Generar un trabajo interinstitucional coordinado y que el Estado salvadoreño ratifique las convenciones regional y universal.
Alerta Raquel: Una propuesta feminista
El 27 de noviembre de 2020 se cumplió un año de la desaparición de Evelyn Raquel Salazar Aquino, quien salió en busca de empleo y ya no se supo de su paradero. Recordando este hecho, en ese mismo mes la Asociación de Mujeres Ixchel por la transformación social y cultural crea “Alerta Raquel”, un proyecto feminista para apoyar la búsqueda de mujeres, adolescentes, niños y niñas desaparecidas en El Salvador, emitiendo alertas tempranas de dichos casos a través de redes sociales y organizaciones aliadas.
Dicha alerta surgió para dar acompañamiento a la madre de Raquel y a los familiares de las mujeres desaparecidas que todavía las siguen buscando. Krissia Aquino, vocera del proyecto Alerta Raquel, define el inicio de este proyecto.
“En una plática comenzamos el tema de las desaparecidas, vimos la situación de la mamá de Raquel que la seguía buscando y parecía ser una búsqueda muy solitaria.”
Para Aquino nombrar a esta alerta “Raquel”, es seguir recordando a su compañera desaparecida, siendo una forma de resistencia y de acompañamiento a la madre para seguirla buscando.
“Esta es la forma de hacer un registro personalizado para que no se conviertan en una estadística más, para que sus nombres y sus rostros no se olviden al estar en nuestro sitio web de desaparecidas y en las redes sociales de la alerta”, comenta Krissia.
Gracias a esta manera de difundir los casos, se visibiliza el fenómeno de las desapariciones, ya que estas se dan por su condición de género, así lo planteó la vocera de Alerta Raquel.
“La mayoría de causas de la desaparición de mujeres es por su condición de género. Cuando aparecen, ya sean vivas o muertas, han sido víctimas de un delito y generalmente sexual”, agrega Aquino.
Ante estas injusticias, Alerta Raquel plantea algunas consignas en su sitio web desaparecidas.info como “¡Las seguimos buscando!”,“¡Las estamos esperando!”, “¡Y no vamos a parar de buscarlas!”.
De acuerdo con la Fiscalía General de la República, en noviembre de 2019 se registró el único caso de una mujer desaparecida por el delito de personas desaparecidas, este corresponde a Evelyn Raquel y aún se encuentra activo.
Para la Alerta Raquel, es importante que la sociedad evite revictimizar a las mujeres y niñas desaparecidas. “Las culpabilizan y eso es una revictimización para ellas y su familia, porque cuando hacen esos comentarios demerita su desaparición”, comenta Aquino.
Otra finalidad de Alerta Raquel, consiste en generar un informe alternativo a las cifras que tienen las instituciones gubernamentales en el tema de desapariciones de mujeres para presentar la realidad que enfrentan las mujeres. Dicho informe contendrá el registro de mujeres que aún no se han encontrado, las que ya están localizadas tanto vivas como muertas y las que fueron víctimas de un delito.
Foto: La Brújula/Reina Ponce.
Retos y logros a alcanzar
Algunos retos de Alerta Raquel son: el subregistro existente en las instituciones públicas, la falta de reconocimiento por parte del Estado de reconocer el fenómeno de las desapariciones, la desestigmatización de este tema, la falta de denuncias por el temor a represalias, la incertidumbre de los familiares en saber quién se ha llevado a su pariente si fue su pareja sentimental o un grupo criminal.
La vocera de Alerta Raquel advierte “no podemos visibilizar todas las desapariciones, solamente las que nos llegan a través de redes sociales y en la página web, o de la gente que se atreve a hablar”.
A pesar de esto, Alerta Raquel se ha trazado metas a alcanzar, entre ellas se encuentra: difundir los nombres y rostros de las desaparecidas para que sean conocidos los casos y no se olviden, dar acompañamiento a las madres y los familiares.
A nivel institucional pretenden posicionar la alerta, y lograr que en El Salvador las instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales retomen la Alerta Raquel para para visibilizar las desapariciones de mujeres por condición de género.
Incluso pretenden crear acciones más alternativas de sanación, que vayan encaminadas a la atención del dolor de las víctimas, y de los familiares.
Tomado de sitios oficiales. Compilado de información/ Karen Sibrián. Elaboración de infografía/ Fátima Cruz.
Jackeline Daniela Castillo, está desaparecida desde agosto de2016. Tenía un mes de haber dado a luz.
Saludos Leda. Quisiéramos contactarnos con usted de parte de Alerta Raquel. Podría dejarnos un mensaje en nuestra página de facebook Alerta Raquel, por favor.
Saludos Leda. Quisiéramos contactarnos con usted de parte de Alerta Raquel. Podría dejarnos un mensaje en nuestra página de facebook Alerta Raquel, por favor.
https://www.facebook.com/Alerta-Raquel-105184488093933