Por Dinora Torres
A pocos días para las elecciones, este es un llamado importante para reflexionar sobre los avances históricos que las mujeres hemos obtenido gracias a todas las que lucharon por nuestros derechos a ser reconocidas para ejercer ciudadanía activa. El derecho al voto ha sido un avance, sin embargo, a estas alturas y después de más de 70 años que obtuvimos este derecho, seguimos recorriendo con convicción un camino que nos acerque a obtener mayor participación política, social y el acceso a servicios básicos dignos.
Desde que surgieron las primeras reivindicaciones sobre nuestros derechos civiles y políticos en El Salvador, todo este proceso en la búsqueda de autonomía, sigue siendo contra un sistema estructural llamado patriarcado y la institucionalización del mismo que se ha construido a través del Estado, la iglesia, la familia, medios de comunicación etc.
La participación de nuestro derecho a elegir a las y los tomadores de decisión es fundamental como mujeres, es la única forma de ejercer y reivindicar el poder de nuestras ancestras como Prudencia Ayala, quien fue un icono de rebeldía que evidenció los límites de la democracia salvadoreña en los años de 1930. Todas las mujeres campesinas que alzaron sus voces frente al gobierno de Maximiliano Martínez y posteriormente se sumaron Matilde Elena López, María Loucel, Ana Rosa Ochoa, Claudia Lars entre otras, quienes con su espíritu de rebelde desafiaron a la insurrección en los años 1932, abordando temas como: El sufragio femenino, maternidad y la familia, ante la palestra pública de ese tiempo para lograr evidenciarlos.
Lo anterior es importante, para el reconocimiento de todas esas mujeres que forman parte de nuestra historia. Según datos de la Encuesta de Hogares y propósitos Múltiples, 2019 (EHPM,2019), las mujeres representamos EL 52.9% de la población en El salvador y más allá de un porcentaje poblacional, seguimos siendo culturalmente discriminadas, excluidas y violentadas.
No existe democracia sin representación de las mujeres en iguales condiciones y en puestos claves de toma de decisión, por ello la importancia sobre nuestro derecho a elegir, debemos apostarle a la representación femenina en la política, que vaya desde lo simbólico hasta lo práctico, esto implica informarse sobre las propuestas en favor de la economía, salud sexual reproductiva, vivienda, educación, políticas públicas que potencien nuevos valores de convivencia colectiva y el feminismo.
No votemos por políticos misóginos que solo buscan continuar implementando poder patriarcal, que no están dispuestos a legislar con empatía, ni implementar propuestas reales con enfoque de derechos o género. Tenemos la oportunidad de quitar poder a quienes intentan reprimir e implementar regímenes autoritarios, invisibilizando la protección y garantías de las mujeres, niñez y poblaciones en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Compañeras es tiempo de unir fuerzas y crear alianzas que nos permitan construir acciones afirmativas de sororidad y análisis crítico a través de la contraloría social, no solo desde el discurso, sino que nos active para continuar las luchas colectivas de nuestros derechos humanos como ciudadanas. También es un llamado a votar por aquellas candidatas mujeres y feministas que tienen mayor conciencia social y de género en la lucha por la igualdad.
Dinora Torres es psicóloga feminista y defensora de derechos humanos. Dedicada a trabajar en la prevención, atención y protección de los derechos humanos de la niñez, adolescencia, mujeres en condiciones de vulnerabilidad y población LGBTIQ+.
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