Educación virtual: “los 5 dólares que recargo me alcanzan para 5 clases”

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Redacción La Brújula

Adela Salvador estudia cuarto año de la licenciatura en Trabajo Social en la Universidad Andrés Bello del departamento de Chalatenango. Asistía a clases cinco días a la semana, alternaba sus tareas universitarias con las responsabilidades en su casa. Así fue hasta el día que el gobierno emitió alerta por el #COVID-19 y el Ministerio de Educación (MINED) suspendió las clases presenciales el 11 de marzo para realizarlas en línea.

“Mi semana universitaria empezaba los lunes con la práctica grupal de trabajo social, en el municipio de Las Vueltas en Chalatenango”.

La joven estudiante considera que el periodo de cuarentena tiene algunas ventajas “Estamos ahorrando porque no pagamos transporte, comida, ni impresiones; tampoco compramos carteles, folletos. Pero el recibo va a venir cargado porque la computadora se me descarga, el teléfono se me descarga” expresa con preocupación.

Adela cuenta que los lunes, como parte de la materia práctica grupal de trabajo social,  junto a otras dos compañeras realizaban un círculo comunitario de primera infancia en dicho municipio con niñas, niños y algunas mujeres, donde impartían diversos temas. La situación cambió, debido a las medidas implementadas por la emergencia del COVID-19, no pueden movilizarse hasta Las Vueltas. Para dar continuidad a este círculo comenzaron a conectarse por medio de la aplicación de WhatsApp.

“Esta emergencia obliga a las mamás a tener Internet para seguir los procesos, nosotras les pedimos que hagan un esfuerzo por conectarse por lo menos los lunes, pero es complicado, porque sabemos que la situación económica está muy mal” dice Adela. Según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) de (2018), en el área rural un 30.0% de hogares se encuentran en pobreza, el 7.1% está en pobreza extrema y el 22.9% en pobreza relativa.  

Continuar con los procesos de educación en la cuarentena supone para algunos hogares comprar Internet (datos), pero muchos hogares no alcanzan a cubrir ni la Canasta Básica(CBA)  que el año 2018 en el área urbana y para un hogar promedio de 3.46 miembros tuvo un costo de $184.76 y la  CBA ampliada de $369.53. Mientras que el área rural el costo de la CBA para un hogar promedio de 3.71 miembros fue de $126.25 y de la CBA ampliada $252.50. De acuerdo a la EHPM 2018.

“A veces me dan promociones para tener internet todo el mes por 5 dólares»

En el caso de Adela para realizar las tareas cuenta con una computadora y el celular, pero no tiene acceso a Internet «en mi casa no hay wifi»,  tiene que recargar a la semana, a los quince días o para el mes A veces me dan promociones para tener internet todo el mes por 5 dólares, sino agarro el de 5 dólares a la semana y me dan 10 GB con eso desarrollo mis clases virtuales y siempre tengo internet para cualquier cosa necesaria”.

Ella expone que antes solo compraba Internet para chat “porque tenía el acceso al wifi de la universidad. Si teníamos tareas las hacía allá y aquí (casa) solo venía a redactar”. Ahora “los 5 dólares que recargo me alcanzan para 5 clases” cuenta, por lo que tiene que limitar su uso para estar pendiente de las tareas que envíen las y los docentes, además tiene que conectar el Internet a la computadora “debo de pasarle wifi para la clase virtual”.

Las clases siguen pero aquí no hay señal 

“Una compañera tiene un problema grandísimo porque en su zona geográfica no hay señal, se le hace bien difícil conectarse o responder nuestras dudas» explica Adela. En El Salvador la cobertura en señal depende de las compañías, todas ofrecen cobertura total, sin embargo, no funcionan en todo el país. «Cuando trabajamos en equipo y necesitamos llenar algún instrumento, ella es la última que contesta porque dice que bien tardados le caen los mensajes,  le dimos la opción que cambiara de compañía, pero dice que no le da señal ni Tigo, ni Claro que el único es Movistar. Ella  tiene que salir a la calle a buscar señal, descarga clase y luego se va para su casa a copiarla”. Esta es la realidad de muchas personas en el país. 

La falta de señal y acceso a Internet son parte de los problemas que enfrenta la mayor parte del estudiantado, sin embargo estas carencias no fueron consideradas por el MINED. La compañera de Adela incluso ha perdido clases por no tener señal y conectarse a la videoconferencia, pero en medio de todo el problema hay amigas y compañeras como Adela que se solidarizan y explican las clases a quienes no pueden conectarse. 

Ella dice que las tiendas pasan cerradas, los buses ya no pasan. Yo supongo que para tener Internet debe mandar a la hermana a recargar al pueblo porque ella vive en un cantón del Paraíso. Cuando íbamos a clase, mi compañera en la universidad hacía las tareas o, como viajámos juntas, yo le facilitaba wifi y hacía la tarea en todo el trayecto del bus, pero de la universidad hasta el Paraíso porque entrando a la comunidad donde vive me quedaba sin señal”. 

La EHPM (2018) indica que 1.8 millones de salvadoreños tuvieron acceso a internet, 22% más que en 2016. También detalla que ese año 303,815 hogares tenían conexión a Internet, lo que equivale al 16.59% del total de hogares en El Salvador.

Recibir clases y ayudar con los quehaceres de la casa

Adela no se dedica únicamente a estudiar, también apoya con los quehaceres de su casa «los días martes tengo la responsabilidad de lavar mi ropa, ir al molino y ayudar en la panadería”. La alcaldía de su municipio le da un 40% para pagar la universidad y con la otra parte la apoya económicamente su familia. 

Los otros días de la semana también colabora con las tareas de su casa y las alterna con los trabajos universitarios, pero hoy se le complica apoyar, pues debe pasar de 4 a 8 horas diarias frente a la computadora o el celular, sobre todo las clases virtuales, necesarias para realizar tareas y los parciales. Pero, esta rutina le está pasando factura en su salud, «tengo cansancio visual, dolores musculares», según comenta, en esta cuarentena es cuando mas tareas le dejan las y los profesores de la universidad.

Las y los maestros no tienen horas ni días específicos para enviar las tareas. Para poder estar pendiente de ellas tiene que tener Internet en el celular.

“Hay docentes que aunque tengamos esa plataforma de classroom no nos facilitan los recursos para trabajar»

Las clases presenciales a las que asistía ahora las recibe en línea. Aunque las y los docentes usen la plataforma classroom o algunas aplicaciones para enviar las tareas. 

“Hay docentes que aunque tengamos esa plataforma de classroom no nos facilitan los recursos para trabajar, no nos suben las presentaciones que hemos visto. Por eso es necesario que una tenga sus apuntes en el cuaderno para estudiar para los parciales o para reforzar los conocimientos”.

En tres de sus clases usan la aplicación de Zoom. En una materia “apagamos la cámara y el micrófono y escuchamos a alguien explicar la clase. Escribimos en el chat y él contesta”. 

Pero la amiga de Adela un día no podía acceder a uno de los videos enviados “tuve que descargarlo y mandárselo pero como era tan pesado que dice que nunca se le descargó. Eran las 3 de la tarde, yo se lo mandé a la una. Le dije que si no le descargaba le iba a mandar capturas y para que trabajara» comenta Adela. 

El MINED autorizó que las y los profesores dieran sus clases en línea para no retrasar programas, pero las metodologías no parecen ser tan eficaces para el aprendizaje.

Otra alumna de la universidad expresa que estudiar vía Internet es complicado “Siento que los docentes no tienen una buena iniciativa de dar las clases. En mi caso tengo asignaturas que solo me envían las diapositivas y las tareas. No estamos aprendiendo nada en algunas asignaturas”.

Adela comenta que en su caso algunos catedráticos y catedráticas también se han limitado a enviar tareas, subir diapositivas, si bien responden las dudas por medio mensajes o correo electrónico, éstas respuestas no son inmediatas, sino que van de acuerdo a su tiempo.

“Cuando una tiene las clases presenciales, tiene al docente ahí, si tiene dudas le explica inmediatamente. En cambio hoy virtual, tenemos que esperar que nos contesten; en la materia de práctica me afecta porque no la estamos haciendo presencial y en la clase de métodos ahorita solo estamos recibiendo teoría pero hay otra parte de aplicar todo lo del método científico. Eso de recibir clases virtuales nos va a afectar mucho”. 

Las estudiantes manifiestan que la mejor opción para estudiar es asistir a las universidades para tener un mejor desempeño en su carrera, puesto que al estudiar en línea se le crean más dificultades, por las carencias en acceso a internet y las aptitudes de las personas que enseñan en el manejo de las TICs.

“Yo prefiero ir a la universidad que estar en clase virtual porque es tan complejo por las tareas, una tiene dudas y no sabe cómo hacerlas” reitera Adela.

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