Por Edith Elizondo
Es una mujer de buen corazón enamorada de un oportunista; lo ama a pesar de sus modales perversos que ella no entiende. “Las mujeres que aman demasiado” Capítulo -4
Soy una mujer que ama demasiado. Por muchos años creí que en nombre del amor todo lo sufres, todo lo crees, todo lo esperas, todo lo soportas; viví mucha violencia en nombre de ese amor. Todo a mí alrededor me hizo creer que amar es entregarlo todo por el hombre que amas, creí que eso era lo que se hacía cuando se tenía una pareja, pero me equivoqué y muchas veces.
Pero nunca me había atrevido a buscar su significado «Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser».
Encontrarme con el feminismo me permitió entender otras formas de amar, sobre todo por la acumulación de amores en mi vida. ¡Cuánto sufrimiento me hubiera ahorrado!
El ser feminista implica cuestionarse todo el tiempo, lo que te compromete a desaprender a diario; pero también: contradecirse. Y aquí me surge la primera de muchas contradicciones en mi proceso personal con el feminismo ¿cada vez que me he enamoraba, cada relación que he tenido ha sido porque una parte de mí necesitaba ser necesitada? A mis 31 años todavía me pregunto si esta contradicción es el amor o lo interiorizado, que como mujer me educaron para poner el amor heterosexual, monógamo, basado en el control en el centro de mi vida y que mi autoestima dependa de que me necesiten o me quieran. Poco a poco voy trabajando estas contradicciones y resignificando el amor desde el feminismo.
Desde ahí me pienso otros tipos de amor y relaciones basadas en el cuido y reciprocidad que lo he vivido con otras mujeres, ampliando mi concepto de amor más allá de la pareja heterosexual o de las relaciones íntimas, que benefician al patriarcado.
Elige el amor que tú desees, elige a la persona o las personas que te hagan feliz es mejor “preferir” que necesitar. Yo prefiero el amor de mis amigas, ellas me cuidan, me hacen sentir amada y escuchada. Yo prefiero aprender a convivir con ellas desde nuestras intensidades, sin idealizar el amor entre mujeres, poniendo los límites necesarios.
Quiero seguir amando a muchas al mismo tiempo, quiero vivir mis relaciones, sentirlas, amarlas y esa forma de amar la extrapolo al resto de mis relaciones, sea con las amistades, con la familia, o con cualquier otra persona; deseando la construcción de relaciones sanas y disfrutables, libres, diversas.
Me encanta la maravillosa y poderosa oportunidad de amarnos entre mujeres, basadas en la reciprocidad. Sigamos fortificando el círculo de amor entre nosotras.