Por Dinora Torres
En estas vacaciones que se aproximan, estaba reflexionando mucho sobre la importancia del autocuidado, el descanso, las pausas, las renuncias, los pequeños respiros, la desconexión y reconexión, la coexistencia que vamos necesitando en el transitar de nuestra vida y los procesos que a cada una nos toca sobrevivir desde los recursos y realidades diversas.
Todo lo que atravesamos nos muestra cada vez más que en este sistema capitalista y patriarcal no se nombra el autocuidado ni lo importante que es preocuparse y hacerse cargo de una misma, de darnos amor y cuidados para poder funcionar, de descolocar a les otres por encima nuestro, de tejer redes y hacer comunidad para sostenernos funcionando.
El primer punto de reflexión es ¿qué entendemos por autocuidado, descansar o pausar? Sobre los intentos que hacemos, las formas que seguimos practicando, incluyendo aquellas que no han resultado como esperamos y que seguimos cuestionando. Todas las visiones de “cuidado” que nos han enseñado tienen su sustento en el capitalismo, el patriarcado y el colonialismo, colocándonos en seres para otres menos para nosotras, instalando la culpa como herramienta de control-poder y sobre mandatos de género. En esos intentos de liberarnos se generan sentipensares de “egoístas”, “individualistas” “malas”, “despiadadas”, “malas madres, hijas, hermanas, tías”.
Nuestro cerebro se llena de etiquetas y creencias limitantes con las que nos funcionamos y nos lo creemos; esto se traduce en crisis de ansiedad, estrés, angustia, depresiones, psicomatizaciones, culpas, frustración, autoestima no saludable, autosabotaje, autocastigos y finalmente olvidarnos de atender nuestras necesidades, de cuidarnos, descansar, atendernos y hasta parar, pausar y respirar.
Otras formas de “cuidado” nos llevan a sentirnos heridas, lastimadas y agotadas física y emocionalmente por todas esas visiones aprendidas que se van esfumando a medida que vamos siendo conscientes y trabajando el buen trato hacia nosotras para ser más amorosas, compasivas, aternuradas y reales sobre lo que incluye el autocuidado y descanso para cada una.
Todo lo anterior nos coloca en contextos diferenciados, generando un impacto en la salud mental y para quienes acompañamos a otras mujeres, sus procesos, y aplicamos la perspectiva de género y feminismo. Analizamos en las intervenciones el impacto psicosocial, la urgencia de comprender las diferentes vivencias a las que se enfrentan y de las necesidades en los abordajes terapéuticos para que encuentren lugares seguros, amorosos, éticos, sororos y empáticos.
Rompiendo con las ideas forzadas y violentas sobre el autocuidado, el descanso y las pausas de “lo que deberíamos de hacer o dejar de hacer” con un checklist trillado y lleno de privilegios, donde no caben todas por sus diferentes recursos y realidades. Desde la mirada feminista, al escribir estas líneas quiero recordar a cada una que somos las únicas expertas en nuestras vidas y que podemos ir encontrando y acomodando todos esos saberes y elecciones para sí mismas.
Quiero hacer mucho énfasis en el DESCANSO como un derecho humano y una herramienta de autocuidado al que todas somos merecedoras.
Les invito a permitirse un pequeño respiro, a ser honestas y leales con ustedes mismas, a reflexionar e identificar todo aquello que les está cargando y sobrepasando su sentir, pausando o renunciando a su ritmo, intentar bajar los niveles de autoexigencia, pedir ayuda para que el transitar sea más liviano. Darse permiso de revisar esa vocecita interior y el trato hacia ustedes, la forma en la que están gestionando sus emociones, preguntarse ¿Qué necesito para estar bien?, escucharse y permitirse ordenar todo aquello que consideren urgente, reír, divertirse, disfrutar, crear redes de afecto para combatir la soledad.
Su existencia es muy valiosa e importante y cuidarnos, reconocernos como seres individuales y en manada porque somos seres sociales y en esa mirada de comunidad, unas con las otras también aprendemos, crecemos, nos acuerpamos con ternura, revolución, reciprocidad, buenos tratos y amorosidad.
Por favor, si tienes la posibilidad, elige descansar y cuídate con el mismo amor con el que cuidas y atiendes a quienes amas. No olvides que nos necesitamos mucho.
Dinora Torres es psicóloga feminista y defensora de derechos humanos. Dedicada a trabajar en la prevención, atención y protección de los derechos humanos de la niñez, adolescencia, mujeres en condiciones de vulnerabilidad y población LGBTIQ+.