La Asamblea Feminista condenó la toma de posesión del “segundo periodo de Bukele”, lo que significa un retroceso de 30 de años donde la población salvadoreña no es la prioridad. El gobierno ha centrado el poder en la familia Bukele y sus alianzas, atropellando los derechos de mujeres, niñez, adolescencia y personas pobres, aseguran.
Por: Ana Gómez
La Asamblea Feminista realizó, el pasado 31 de mayo, una concentración en la Plaza Salvador del Mundo en contra de la toma de posesión del “segundo periodo” del presidente inconstitucional, Nayib Bukele. Las activistas y feministas afirmaron que el país ha entrado, desde el primer período de Bukele, en un régimen totalitario, con el control de todas las instituciones públicas bajo el mando de un grupo de familias. “El Salvador surge sobre la sangre y los despojos de un pueblo históricamente marginado y explotado”.
Este “segundo período del mandato de Bukele” significa un retroceso de 30 años, señaló la Asamblea Feminista. Ahora, Nuevas Ideas controla los tres poderes del estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y tiene bajo su mando las instituciones que contaban con autonomía, pero ahora han centrando su poder en Casa Presidencial.
Las feministas y activistas hicieron un llamado a la sociedad y recalcaron que este gobierno del “Clan Bukele” no vela por los intereses de la población salvadoreña, si no que favorece a unas pocas familias adineradas y a personas del extranjero.
Condenaron las acciones del gobierno de Bukele que por construir un país atractivo a turistas del extranjero, desprecian e invisibilizan a personas pobres, despojando sus ventas en el Centro Histórico o desplazando a las familias en zonas de “desarrollo” como surf city.
Además, denunciaron que en los últimos 5 años, la familia y alianzas de Bukele han expropiado tierras, sobrecargado a las mujeres en trabajos de cuidados que viven en crisis económicas, de salud, seguridad y derechos humanos. “Las mujeres deben buscar a sus hijxs desaparecidxs, exigir justicia por sus familiares encarcelados arbitrariamente, alimentar a su familia pese al alto costo de la canasta básica y enfrentar la impunidad de la violencia sexual y maternidades impuestas a niñas y mujeres”.
También, señalaron la persecución a la niñez y juventudes que son marginalizados, criminalizados y estigmatizados bajo el título de “conductas antisociales”, como lo que ocurrió con los 11 niños del Bajo Lempa.
“Como Asamblea Feminista estamos claras que lo que viene es todavía peor a lo que nos hemos enfrentado en estos cinco años”, dijo Keyla Cáceres, integrante de la Asamblea Feminista. A pesar de este panorama, las mujeres diversas, activistas feministas y defensoras continuarán luchando ante todas las injusticias y violaciones a los derechos humanos: “¡El Ruido no se calla hasta que la justicia estalla!”.