La Coalición Nacional para la Dignidad de las Personas Mayores, junto a la ONG Descartados , realizaron un estudio sobre la situación de las mujeres adultas en El Salvador, que deja en evidencia el incumplimiento a sus derechos humanos y la situación de precariedad en la que viven.
Por: Eileen Díaz
El estudio “Relatos de una población olvidada: situación de las mujeres adultas mayores en El Salvador” da voz a una muestra de 33 mujeres entre 60 y 90 años de las zonas urbana y rural, donde hablaron sobre su calidad de vida y los factores que afectan positiva o negativamente su bienestar en cuanto a derechos básicos como la salud, vivienda, bienestar emocional y social.
Marisela Morán, periodista e investigadora del estudio, explicó que una de cada cuatro Mujeres Adultas Mayores (MAM) vive en pobreza. “Esto lo sabemos por los últimos datos del UNFPA y el MINDEL, publicados el año pasado”, dijo, lo cual devela una situación de discriminación.
Se destaca que el 85% de las MAM carece de ingresos estables y suficientes para afrontar sus necesidades básicas. Además, sufren de prejuicios y discriminacion debido a su edad, lo que las deja en situación de pobreza debido a las pocas o nulas oportunidades para ellas en el sector laboral, forzandolas a optar, como único recurso, por el autoempleo o comercio informal, espacios donde las políticas de crédito son poco favorables para personas mayores.
Solo una de cada cinco MAM recibe pensión. Quienes la reciben, expresan que las hace sentir más empoderadas, satisfechas y tranquilas en esta etapa de su vida, a pesar de ser una pensión que no cubre todas sus necesidades. Así lo expresa Morena Landaverde, de 79 años de edad, quien posee una pensión mínima que no le permite vivir plenamente, algo que logra con el apoyo de su familia. Morena le exige al estado llevar las pensiones a quienes aún no reciben, “ya que esas personas sufren, si yo que tengo no me alcanza, la persona adulto mayor sufre al no tener pensión sobre todo en el campo, se encuentran en una situación delicada”, expresa.
Asimismo, Edith del Carmen González, del departamento de San Vicente, afirma que a sus 70 años aún tiene que laborar y sacar adelante a sus 3 nietos, a quienes cuida como hijos luego que perdieran a su madre, por lo que le pide al Estado “ prepararse para darle una pensión digna a los adultos mayores”.
Según el estudio, el 53,5% de las MAM padece alguna enfermedad crónica como diabetes, hipertensión, o insuficiencia renal, un tercio también presenta adicionalmente alguna condición de discapacidad. En este sentido, las mujeres entrevistadas en la investigación se sienten excluidas, minimizadas y discriminadas, recibiendo tratos poco empáticos e inapropiados del personal de salud, negándoles estudios integrales o atención sanitaria, situaciones que suceden, en su mayoría, en zonas rurales.
En cuanto a su salud mental las MAM manifiestan sentirse tristes y solas, una gran parte de las participantes sufrieron de baja autoestima al llegar a la vejez, esto debido a factores como la economía, abandono por parte de familiares, inestabilidad y dicriminacion.
Según los datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de 2022, el 57,7% de las Personas Adultas Mayores (PAM) residentes en El Salvador, son mujeres. Ellas serán el 60,4% en 2025, según previsiones del Ministerio de Desarrollo Local y del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). A pesar de ser mayoría, no hay políticas o acciones diseñadas en función de las necesidades que poseen, las cuales limitan su desarrollo pleno y camino a su envejecimiento saludable.
Por esta razón, el estudio es un llamado a incorporar los derechos de las mujeres adultas mayores en la agenda de quienes toman las decisiones del país, garantizar la inclusión de este sector y ser reconocidas como un grupo con características y necesidades diferentes.
Además, las organizaciones hacen un llamado a crear un cambio desde la educación y concientización social, sobre la dignidad y los derechos de los adultos mayores, combatiendo la discriminación, para crear un ambiente que garantice a las salvadoreñas un envejecimiento saludable, con oportunidades y recursos para llevar una vida digna. Asimismo, piden se cumpla la Ley Especial para los Derechos de las Personas Adulto Mayores, tomando en cuenta la situación de carencia por la que estas mujeres viven y la deuda histórica que se tiene con ellas.
De esta forma, se anima a otras instituciones, periodistas y la población en general, a profundizar sobre esta situación, para contribuir a la mejora de sus condiciones de vida y promoción de sus derechos y libertades.