Las feministas de América Latina y el Caribe, reunidas y reunides en el 15 EFLAC, en El Salvador, Centroamérica, nos hermanamos frente a la tiranía y los retrocesos democráticos. Durante dos días nos encontramos en un espacio de redes y articulación regional interseccional, intergeneracional e intercultural. Con el legado de las ancestras pusimos en palabras las tensiones que nos habitan y acordamos acciones para la soberanía sobre nuestros cuerpos y territorios mientras resistimos y proyectamos un mundo transfeminista.
Somos latinoamericanas y caribeñas que reafirmamos el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito como un derecho fundamental y una lucha emancipadora. Para ello, necesitamos avanzar en una estrategia de despenalización social, que junto al sostenimiento de la movilización popular logre generar una fuerza común de solidaridad feminista. Exigimos que los Estados reconozcan el derecho a la justicia reproductiva, que garantice el derecho al aborto y a la maternidad, pues junto a la prohibición del aborto coexiste una mirada racista del derecho a gestar, parir y criar con dignidad, en particular a las mujeres negras, indígenas y migrantes.
Luchamos por transformar los modelos político económicos y la hegemonía capitalista y extractivista que sobreexplota la naturaleza, genera consumos desmedidos y produce la destrucción de la naturaleza, los territorios y los modos de vida, así como la persecución y expulsión de quienes resisten a los saqueos. ¡El modelo económico debe poner el centro en la vida y no el dinero! Por ello, tenemos el desafío de integrar nuestras miradas y de generar propuestas pensando en las más despojadas: precarizadas, trabajadoras del hogar o que laboran por fuera del sistema formal, cuidadoras, niñas, adolescentes y jóvenes, disidentes sexuales, mujeres de la tercera edad, trabajadoras sexuales y mujeres con discapacidad.
En tiempos de crisis y procesos de restitución autoritaria las redes nos salvan la vida. Para ello, activamos la protección integral feminista: para cuidar nuestros movimientos y honrar a personas y comunidades que nos protegen y lo seguirán haciendo. Reconocer las violencias y las políticas represivas nos duele y desgasta, debilita nuestras organizaciones y pone en riesgo nuestras luchas. Sin embargo, tenemos un saber histórico: redes comunitarias de protección; procesos de sanación ancestral; espacios de refugio y un largo etcétera. Por eso, el EFLAC debe seguir siendo un espacio para honrar la memoria de quienes nos fueron arrebatadas y convocamos a que cada 29 de Noviembre, “Día Internacional de las Defensoras”, alcemos la voz para denunciar estas violencias por el derecho a ejercer nuestra acción política sin miedo. Nos comprometemos a poner el cuidado y la protección en el centro de nuestra acción política como una estrategia de supervivencia regional. Para lograrlo, debemos ser generosas y aprender unas de otras: de las que ya vivieron o están viviendo en dictaduras y conflictos armados y de las que hoy construyen formas creativas de cuidado mutuo.
El EFLAC es un pacto transfeminista para una vida libre de violencias; para vivir, desear y ser felices. Ante la crueldad patriarcal y las desigualdades históricas que perpetúan las violencias por razones de género en nuestros territorios, que el 25 de noviembre próximo sea el lanzamiento de una red regional que accione para exigir a los Estados la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres y disidencias. Además, proponemos la ampliación de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras a toda América Latina y el Caribe contra las violencias institucionales y políticas.
Sobrevivimos a violencias estructurales, un sistema de crueldad patriarcal que busca invisibilizarnos, censurarnos, patologizarnos y hasta esterilizarnos. Somos personas trans, no binaries, género fluidas, intersex, queer, lesbianas, bisexuales, pansexuales y agénero, mujeres discas, indígenas, negras, mujeres viviendo con VIH, gordas, monstras, brujas y locas. Nos mueve la urgencia de entrelazar reflexiones de lo urbano a lo rural y de construir una apuesta política que retome el sentipensar diverso ante la crisis del tejido de la vida.
Nuestro movimiento habita debates, tensiones y fracturas. Por eso, desde El Salvador hacemos un llamado a todos los territorios y nos convocamos al diálogo interno como parte del proceso de articulación que nos fortalece hacia un horizonte feminista. También a centrar la discusión sobre objetivos, en un «para qué», por sobre el «feminismo para quién o quiénes». Para eso, nos motivamos a realizar encuentros o asambleas feministas locales de camino al próximo EFLAC, usar metodologías para propiciar discusiones más amplias, recuperar la memoria para contextualizar conflictos y convocar y participar de los próximos 8M como huelgas feministas.
La interseccionalidad y la lucha antirracista es una práctica feminista. Reconocer cómo la estructura racista, patriarcal, clasista, capacitista, capitalista y hetero-cisnormativa afecta nuestros cuerpos y entender estas opresiones y resistencias como transversales en nuestros espacios y movimientos. Además, proponemos hablar sobre nuestras libertades en asambleas decoloniales antirracistas, necesarias para que no haya una extracción de nuestras luchas, conocimientos y sentimientos.
Porque estamos seguras que desde los feminismos vamos a seguir denunciando las formas del poder opresivo. Porque reconocemos en nuestro hacer juntas, nuestras diversas identidades, formas y estrategias para un potencial transformador que contagie empatía, amor entre nosotres y esperanza a todos los pueblos de la región. También nos reconocemos en la diversidad de lenguajes y expresiones que nos habitan como artistas, comunicadoras y periodistas. Y en la necesidad de posicionar el arte, la cultura y la comunicación feministas como ejes transformadores que acompañan, inciden y que son parte de las luchas desde su posición de incomodar al sistema desde espacios que deben ser reconocidos y dignificados.
¡Nuestra potencia es transformadora! A pesar de las restricciones a los derechos, las amenazas, persecuciones, la desinformación y el odio hacia nuestras identidades, los feminismos nos seguimos organizando. A la crueldad, le anteponemos la historia y ahora que estamos juntas y juntes, ¡a no soltarnos compañeras y compañeres! La alegría, la dignidad y la libertad son nuestras. ¡Hasta el próximo EFLAC!
¡Justicia para Beatriz!
Respeto al voto popular en Guatemala
Exigimos la no intervención militarización en Haití
Libertad para las presas políticas en Nicaragua
Nos solidarizamos con las feministas en Argentina
¡Queremos una Palestina libre!