Denuncian a director de Tiempos Nuevos Teatro por agresiones sexuales contra beneficiarias de proyectos y exempleadas

Por Equipo La Brújula

Para esta nota periodística, los nombres de las denunciantes y las fuentes son ficticios para proteger su identidad y evitar la revictimización. Además, temen que existan represalias debido  al  paso que han dado al judicializar sus casos (en el caso de las que han denunciado en la FGR) y porque la Ley Integral para una vida libre de violencia para las mujeres  (LEIV) prohíbe publicar sus nombres. 

Julio Monge es el director de Tiempos Nuevos Teatro (TNT), una organización que se dedica al trabajo con mujeres jóvenes y adolescentes en procesos de reinserción social. El 14 de junio de 2021, nueve mujeres, entre ellas exempleadas y jóvenes en proceso de reinserción, emitieron una denuncia contra Monge ante la Junta Directiva de TNT. Lo acusan de agresiones sexuales, violencia económica y psicológica.

Sobre estas denuncias ya hay precedente. El 2 de julio, el Juzgado de Ejecución de Medidas en Santa Ana encontró culpable a Monge de Expresiones de Violencia contra la Mujer. Un delito tipificado en el artículo 2 de la LEIV. Esto a raíz de una queja presentada por una de las jóvenes bajo libertad asistida. La resolución de la jueza sanciona con cinco días de salario a Monge. 

Otras cinco mujeres, dos beneficiarias, y tres exempleadas, dieron un paso más y lo denunciaron el 21 de julio ante la Fiscalía General de la República. De acuerdo con información de la abogada que brinda acompañamiento jurídico a las jóvenes -quien prefiere no se publique su nombre y apellido antes de que inicie el proceso judicial-, Monge está acusado de agresiones sexuales.  

Resolución de audiencia de incidente de queja 

La denuncia interna ante la Junta Directiva de TNT

Revista La Brújula tuvo acceso al documento notariado emitido el 14 de junio de 2021. Este recoge los testimonios de las exempleadas y las usuarias del proyecto. En dicho escrito, ellas detallan una serie de violencias que Monge habría cometido.

Entre los proyectos que trabaja TNT está  la Casa de Encuentro, lugar donde sucedieron los hechos de violencia, según los testimonios. Según información del sitio web de TNT, la Casa de Encuentro es un espacio para brindar atención completa a mujeres en procesos de reinserción. Tiene capacidad para 20 mujeres con edades entre 18 y 40 años. Dicho espacio es la sede del Programa Mujeres en el Camino, al que pertenecen la mayoría de las denunciantes.

La Casa de Encuentro es un pequeño inmueble inaugurado en el 2019.  De acuerdo con información brindada por una exempleada, cuenta con tres habitaciones, un cuarto de música, la cocina, una oficina, un patio, el corredor, la sala y tres baños. 

“De esas tres habitaciones, una era de Julio, otra de la administradora de la casa y una de las chicas beneficiarias del proyecto”, explica Silvia, exempleada de TNT. No todas las beneficiarias eran permanentes en la casa. Algunas llegaban dos o tres días a la semana. Solo Karla, quien tiene libertad asistida, debía permanecer en dicho espacio. “Cuando venían varias, les tocaba acomodarse incluso en el piso”, describe Silvia.

La Casa de Encuentro surgió para brindar un lugar a menores de edad, mujeres jóvenes y adultas, quienes ya cumplieron una condena penitenciaria o les acortaron la pena por las garantías procesales, debido a que fueron bien evaluadas al interior de los centros de reinserción por los equipos multidisciplinarios.

“En el Centro Femenino hay chicas que por buena conducta se les acortaba la pena, por ejemplo si estaban condenadas a 10 años, se les reducía a 4, pero no podían salir porque no tenían un lugar donde ir, entonces la Casa les brindaba ese lugar donde ir, y además tener atención psicológica y becas para estudiar”, relata una persona que participó de esta idea y de la fundación de este espacio.

Los testimonios recientes describen la Casa de Encuentro como otra prisión. A las beneficiarias se les obliga a firmar un “Acuerdo de convivencia 2021” como requisito no negociable para poder permanecer en este sitio. Indican que todas lo han firmado en contra de su voluntad.

Al firmar este documento están obligadas a que de sus pertenencias personales, solo podrán tener tres conjuntos de ropa formal y tres prendas de ropa interior. Tampoco pueden permanecer en las habitaciones durante el día: solo podrán ocupar las habitaciones para dormir, durante la noche. La única forma de poder descansar en las camas es sí están enfermas y existe una constancia de ello. Al entrar a la Casa, deben dejar sus teléfonos en una caja y solo se los devuelven con autorización de la encargada, además no deben consumir agua o gas de manera innecesaria, entre otras medidas.

 

 

Los testimonios

Sospechamos que nos mira cuando nos bañamos

Julio Monge ejercía violencia sexual contra algunas mujeres que vivían en la Casa. Esto no solo sucedía al interior de esta sino también en el extranjero, cuando hacían giras artísticas. Esto de acuerdo con las denuncias. La violencia sexual comprendía tocamientos sin consentimiento. Dichas agresiones las ejercía en privado y en público.

Además, denuncian violación a su intimidad. En los testimonios señalan que Monge ingresaba a las habitaciones cuando ellas no estaban y revisaba todo lo que tenían con énfasis en su ropa interior. “En la Casa de Encuentro, él revisa todo, hurga en nuestros cajones, incluso nuestra ropa interior”, detallan en la denuncia interna. 

También afirman que él interfería en su vida personal y violentaba sus derechos sexuales al insistir en saber sobre sus relaciones de pareja, incluso indican que las coaccionaba para que finalizaran dichas relaciones. 

Las jóvenes no podían ni bañarse tranquilas porque sospechaban que Monge las observaba, pues se enojaba cuando ellas se bañaban con ropa interior. Afirman que la ventana del baño conecta con el cuarto de Monge. Desde ahí él las miraba. Esto de acuerdo con sus testimonios.

Claudia viajó con Monge a un país de Sudamérica en el 2016. Este pidió una habitación para los dos, sin preguntarle a ella si estaba de acuerdo. Este hecho la incomodó mucho e incluso le dio miedo. Pero dice que él era así, nunca les consultaba nada. “Fue algo que no me gustó, no me dejó dormir, aparte ni siquiera dejaba que hablara por teléfono”, comenta. 

Tomado de la denuncia interna presentada a JD de TNT.

«Me obligaban a endosar cheques de mi beca de estudio» 

Dos de las denunciantes cuentan su historia en el libro Las Guapas. Son jóvenes que vienen de contextos de violencia estructural, sexual y sistemática.  Los testimonios de la denuncia interna señalan que Julio Monge no solo las agredía sexualmente, también ejercía violencia económica. Asimismo, obliga a las jóvenes a lavarle la ropa, cocinarle sus alimentos y servírselos. Además, mencionan el caso de una joven quien por su condición jurídica debe permanecer en la casa. Ella es obligada a realizar la mayor parte de las actividades de limpieza del hogar, sin recibir ninguna retribución económica. 

En el documento, la joven expresa que ella es beneficiaria del programa no trabajadora del hogar. Pero el director la amenaza con que debe cumplir dichas tareas sino le serán revocados los beneficios del programa. A esto se suma la denuncia sobre descuentos a las becas que instancias como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) otorgaba a las jóvenes. De acuerdo con el testimonio de una de ellas, se le descontaba $50 de su beca, bajo el argumento que era para comida. Dicha beca se le otorgaba por pertenecer al ensamble de música. 

Además, una de las jóvenes indica que la beca se le suspendió por tres meses debido a su maternidad. En este caso, indican que el cooperante estaba de acuerdo en financiar esos tres meses, pero fue decisión de Monge suspenderla, como una forma de castigo por salir embarazada. De acuerdo con los relatos de las sobrevivientes de la violencia ejercida por Monge, ella no es la única que ha sido vulnerada de esta manera. 

Testimonio tomado de denuncia interna ante Junta Directiva de TNT

La denuncia colectiva recoge diversos tipos de violencias. Mariela, exempleada indica que en la Casa de Encuentro ni siquiera se garantiza una buena alimentación para las beneficiarias. El menú, según indican, es avalado por Monge y no toma en cuenta a las jóvenes ni sus necesidades nutricionales. Algunas manifiestan que se han enfermado por ingerir dichos alimentos y aunque han pedido asistencia médica no se las han brindado. 

Barcelona, el sueño convertido en pesadilla

Ensamble LiberArte es un grupo conformado por jóvenes en libertad y que junto a sus maestros participan en diferentes espacios como una posibilidad de seguir desarrollando sus capacidades musicales y visibilizar los resultados de la Orquesta, de acuerdo con información del sitio web de TNT. Recientemente, el Ensamble LiberArte realizó una gira a España con el fin de promocionar este proyecto y obtener más patrocinadores. A la gira asistieron siete personas, entre empleadas y las integrantes del LiberArte. 

Se fueron el 28 de abril y regresaron el 28 de mayo. El viaje fue de un mes aproximadamente. Mariela explica que durante el viaje Monge no garantizó lo necesario ni para las beneficiarias del proyecto ni para el personal que les acompañaba. 

Durante todo ese tiempo para surtir alimentación solo contaron con 100 euros para siete personas, detallan en el testimonio.  “La exmaestra de Cello, que estaba con ellas, en varias ocasiones pagó la comida de ella y de las chicas y [también] el metro. Además, durante ese viaje, el maestro de violín se ganó un financiamiento con el Ministerio de Cultura, el cual dirigió para cubrir los gastos del viaje. Julio siempre les decía que no había dinero, el profe de violín dice que jamás supo de cómo se invirtió ese fondo», relata Mariela. 

Esta fuente también detalla que durante el viaje se vendió el libro “Las Guapas”, que se supone no se debería vender. Pero pensaron que con ese dinero financiarían parte del viaje, pero no fue así. Ese dinero nunca lo vieron, señala Mariela. 

Agrega que durante el viaje, él también les pedía que le cocinaran (como en la Casa de Encuentro). “Aún cuando las chicas habían estado preparando, montando y tocando todo el día. También les pedía que le lavaran la ropa para salir a pasear durante el viaje”, comenta, Mariela.

Según el relato de las jóvenes que viajaron, la estancia fue una incertidumbre. No sabían si tendrían para comer, pues Julio se desatendió de esa parte y veló solo por él.  

Testimonio tomado de denuncia interna ante Junta Directiva de TNT. Donde las jóvenes afirman que una empleada tuvo que poner de su dinero para transporte de las jóvenes y en ocasiones par ala comida. 

Esta misma fuente aclara que las denuncias van más allá del dinero y de la violencia sexual. “Mientras las chicas estaban en la Casa de Encuentro, no podían estar en sus tiempos libres porque Julio les decía que tenían que estar haciendo algo. Así que ellas se mantenían en el espacio donde recibían sus clases disimulando que aún estaban en clases”.

Las denuncias también consideran a la coordinadora de la Casa de Encuentro, Teodora Vásquez, por violencia psicológica y abuso de poder y al asistente administrativo, David Ortega, quien también es denunciado por acoso sexual. 

Impactos de la violencia psicológica 

Las jóvenes denuncian expresiones discriminatorias y clasistas respecto a su cuerpo, su vestuario, y condición social. Para comprender los efectos que puede tener este tipo de violencias, se consultó a la psicóloga  Susana Araujo, con experiencia en trabajo con adolescentes en contextos de privación de libertad. 

Ella expresa que es difícil generalizar efectos porque cada ser humano tiene una historia de vida diferente, procesos personales, familiares, sociales que van impactando en cómo viven los hechos. 

“Sin embargo  son situaciones que de una u otra forma afectan y dañan desde lo más básico, hay una serie de vulneración de derechos. Sumado a que sabemos que muchas chicas ya tienen un historial de vulneración de derechos, desde antes, desde muy pequeñas, desde sus contextos, desde sus familias y entonces es solo todo este ciclo de violencia sistemática en las que ellas siguen estando debido a diferentes o condiciones que las ponen en mayor vulnerabilidad”, explica.

Aunque cinco de las jóvenes presentaron la denuncia interna, no han sido las mismas que judicializaron sus casos ante la Fiscalía. Según la abogada que brinda el acompañamiento jurídico, solo dos han decidido seguir el proceso. Algunas todavía dudan si hacerlo. 

Para Araujo, la psicóloga, el miedo a denunciar muchas veces está relacionado con la desconfianza en las instituciones del Estado. Sobre todo en casos como estos, donde las jóvenes ya han vivido procesos legales. Uno nuevo puede generar un evento traumático, explica.

«Obviamente han de reexperimentar que antes pasaron por procesos donde ellas eran las que estaban siendo juzgadas o teniendo que asumir ciertas medidas debido a los hechos que se les asignaban, estos procesos pueden ser eventos potencialmente traumáticos cuando se enfrenta una situación similar, aunque ahora se esté del otro lado, implica revivienciar esas experiencias”.

En esa vía, Paola Lorenzana, feminista y artista, con experiencia en procesos de transformación y reinserción, considera que en casos como estos es fundamental que las instituciones le crean a las denunciantes y garanticen el acompañamiento psicológico y jurídico en el proceso. 

Además, señala que existe una gran responsabilidad de las instituciones y personas que trabajan con el arte para transformar. Sobre todo cuando se trata de poblaciones como mujeres en procesos de reinserción, que han sido violentadas de diversas formas.

Por eso considera fundamental trabajar desde un enfoque de género e interseccional para beneficiar realmente a las mujeres. Asimismo, señala la importancia de crear filtros, requisitos y perfiles que deben cumplir las personas que intervienen en estos procesos. Así como definir el enfoque desde el cual se pretende transformar. 

“A mí lo que más me cuestiona es cómo desde el arte estas personas tienen una relación de poder con estas mujeres. Cómo el sistema sigue siendo cómplice de agresores que son quienes manejan y tiene acceso a proyectos escudados en el arte”, manifiesta.

Tomado de la denuncia interna a Junta Directiva de TNT

¿Quién es Julio Monge?

Julio Monge es originario del País Vasco. Llegó a El Salvador en los 90 para unirse al movimiento revolucionario. Él es uno de los fundadores de TNT, que surgió en Chalatenango en los 90. Mariela es psicóloga y trabajó en TNT, donde conoció a las jóvenes que ahora denuncian a Monge. Ella también experimentó violencia sexual por parte del asistente administrativo, David Ernesto Ortega. Y también presentó su denuncia ante la FGR.

De acuerdo con Mariela, mucha gente conoce a Julio y aparentemente es un hombre encantador con facilidad de habla, muy atento y que busca llegar a las personas a partir de la comodidad que pueda llegar a crear, pero en el ámbito privado empiezan las agresiones en sus diferentes expresiones. 

Entre esas violencias resaltan las vulneraciones a la salud mental de las personas, “ él a las chicas les dice tontas, sucias y así”. dice, Mariela. 

Los testimonios indican que él siempre trata de cortar las redes de apoyo de las jóvenes beneficiarias de este proyecto. “En el caso de las jóvenes, les decía que al ser beneficiarias de becas o de la asesoría legal de TNT automáticamente debían incluirse en todas las actividades que TNT les ofrecía, les limitaba el uso del teléfono, con algunas de las bichas les recriminaba las relaciones con sus parejas e incluso las coaccionaba para que terminaran”, explica, Mariela

En el caso de la chica que estaba con medidas de internamiento, Mariela manifiesta que le limitaban los encuentros con su familia. Para que la joven pudiera tener visitas en la Casa debía solicitar permiso con ocho días de antelación y a veces la administradora de la casa se lo negaba, indica. 

Mariela ubica entre las tácticas de Julio el “divide y vencerás”. Explica que siempre busca crear polarización. “Al momento de entrar como empleada en TNT te recibe con la premisa de ‘tené cuidado, aquí las bichas son expandilleras y ellas te examinan, te evalúan para ver de que pata cojeas y de ahí agarrarse. Porque aquí todas mienten”. 

Pero este comportamiento no solo lo tiene con las empleadas, explica Mariela. “Entre las bichas también trata de crear esos conflictos. Cuando las chicas regresaron de la gira le dijo a la chica con medidas de internamiento: y esas son tus amigas, y no te trajeron nada».

La respuesta de la Junta Directiva de TNT 

Revista La Brújula solicitó una entrevista con la presidencia de la Junta Directiva de TNT. Debido a que no se pudo concertar una entrevista presencial, decidieron responder por escrito, vía correo electrónico, a las preguntas enviadas.  

En el cuestionario se preguntó sobre medidas tomadas para garantizar la protección a las denunciantes. A esto respondieron que han presentado avisos sobre la situación a autoridades pertinentes, manifiestan que ejecutan un proceso de investigación interno y han establecido terminar todo tipo de comunicación entre las denunciantes y «las personas que han identificado como agresoras». En la redacción han evitado mencionar el nombre de dichas personas.

Ante esta respuesta se consultó a la asesora legal de las jóvenes denunciantes quien manifestó que la Junta Directiva no ha tomado las mejores decisiones. “La medida significó sacar a las chicas de la casa, quienes tenían que irse eran los señalados no las jóvenes”, manifiesta.  

En el cuestionario enviado a TNT se preguntó por qué el director de TNT vivía en la Casa de Encuentro, ante esto respondieron que él no vivía ahí oficialmente.

"Oficialmente no vivía en Casa de Encuentro, su residencia es en ciudad de Chalatenango. Se proporcionaba estadía si así fuera necesario, en jornadas que se requirieran referentes a la atención de los programas y coordinación operativa. Este es un beneficio adicional que como Asociación brindamos a empleadas y empleados sin distinción de cargo en ambas sedes (San Antonio Los Ranchos/San Salvador) que, por las distancias en relación a su residencia y el lugar de ejecución operativa, necesiten un espacio de alojamiento temporal".

Esta versión difiere con los testimonios brindados por las denunciantes. Todas señalan en la denuncia interna que Julio Monge vivía en la Casa de Encuentro. Y en la respuesta oficial a la denuncia interna dejan entrever que en efecto Monge residía en la Casa. 

“Las personas que han identificado como agresoras, retirarán todo su equipo y material de trabajo de la Casa de Encuentro. Desplazándose para trabajar y vivir en otro lugar que esté alejado de las víctimas, mientras se realiza un proceso investigativo interno”. 

Ante las denuncias internas presentadas a la Junta Directiva por las usuarias y exempleadas de TNT sobre mal manejo de los fondos se les preguntó por las políticas de rendición de cuentas y transparencia de TNT, ante ello respondieron que sus estatutos establecen a la Junta Directiva la obligación de rendir cuentas anualmente a la membresía sobre su gestión. «Para esto se convoca a Asamblea Ordinaria». Esa fue la única respuesta.

Asimismo, se les preguntó si existe una política de género y de protección a menores de edad, respondieron que no. 

«A la fecha, no. Trabajamos en la actualización general de las políticas, manuales y protocolos institucionales».

También se les cuestionó si la institución está garantizando el acompañamiento psicológico y jurídico a las denunciantes, indicaron solo brindan acompañamiento jurídico. «El acompañamiento psicológico se ha pausado en las últimas semanas por renuncia de la persona profesional en psicología que fue contratada por la Asociación para el fin profesional, sin embargo, se ha solicitado este acompañamiento a las instituciones pertinentes». 

Ante esto, la asesora legal de las jóvenes dicen que no han recibido ningún acompañamiento. 

-¿Cuál es el posicionamiento de la JD ante las denuncias realizadas por ex trabajadoras y usuarias del proyecto?

-Desde la Asociación siempre estaremos a favor de las víctimas aún más cuando estas sean beneficiarias directas de nuestros programas. Como organización jamás estaremos por encima de las obligaciones legales; cumpliremos y colaboraremos con lo que las autoridades nos soliciten. Nuestras beneficiarias del programa no dejarán de recibir sus beneficios tal y como lo estipulan nuestros convenios de trabajo, siempre y cuando estos se cumplan como lo establecen los acuerdos de la cooperación y mientras la asociación cuente con la disponibilidad de los fondos asignados para estos fines. Por esto mismo, en honor a la transparencia, hemos informado también, a todas las organizaciones socias donatarias que apoyan los procesos de inserción social bajo el programa Mujeres en el Camino. Creemos fielmente que nuestros programas contribuyen al bienestar de vida de nuestras participantes. Es por lo que trabajamos día a día; para generar verdaderos cambios de vida, a través de un modelo de inserción basado en el arte transformador.

 

Este documento es la respuesta que la Junta Directiva de TNT envió a las personas que presentaron la denuncia interna.

La denuncia, un camino muy solitario

La abogada que da el acompañamiento jurídico a las denunciantes expresa que ha sido un proceso complicado, en principio porque no todas las chicas han decidido denunciar en la FGR por miedo a perderlo todo. La casa, las becas, su proceso de reinserción. De momento indica que solo dos de las jóvenes fueron a la Fiscalía y que una tercera ha aceptado interponer también su denuncia. Esto en efecto las ha llevado a no tener acceso a la Casa de Encuentro y buscar un lugar a dónde ir. 

Pese a que solicitó acompañamiento legal del Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA) no recibió respuesta. Cuando hizo la solicitud de apoyo a una organización de mujeres no recibió la respuesta que esperaba: la psicóloga fue revictimizada al relatar que Julio Monge la había tocado. Sin embargo considera que es un buen momento para que respalden las denuncias de las jóvenes, porque no es un proceso fácil, sobre todo porque vienen de contextos donde han sido agredidas de manera sistemática y ahora en un espacio de reinserción.