Ilustración Fátima Cruz
Sara es libre. Después de una condena de 9 años en prisión, tras experimentar una emergencia obstétrica, un juez decretó su libertad condicional. Sara agradece a las organizaciones feministas que le apoyaron en el proceso y ahora pide justicia por sus compañeras que aún guardan prisión y le recuerda al Estado que ninguna de ellas son un peligro para la sociedad.
Aunque su libertad condicional fue decretada el 31 de mayo de 2021, Sara tuvo que permanecer más días detenida debido al derecho de la Fiscalía General de la República (FGR) de apelar la resolución del juez. Pero el viernes 4 de junio se conoció que la FGR desistió de interponer un recurso en contra del dictamen del tribunal, como lo indicó la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, mediante un comunicado.
“Me siento como una niña que ha vuelto a nacer, he regresado a mi casa. Puedo sentir una gran paz y tranquilidad, ya no ese miedo que existía dentro de la cárcel. Me siento más tranquila, protegida”, expresó Sara con emoción.
Una de las emociones más grandes para Sara fue reencontrarse con su familia. “[Me esperaban] Todos. Mi mamá, mi papá, mis hermanos, mis tías, mis primos que quedaron chiquititos y ahora están super grandes.”
¿Cómo fue el reencuentro?
– Fue una sorpresa grande, no me lo esperaba. En el CDM (Centro de Detención Menor para Mujeres) me agarraron de sorpresa, porque pensé que todavía no iba a salir, me confié, y me agarraron de improvisto, corría de un lado para otro. No podía creer que después de tantos años volviera otra vez a salir a las calles, ya no con aquel miedo, por el que siempre tenía que andar a alguien a mi lado. Ahora me siento super feliz.
Así como las historias de las 17 mujeres que han sido criminalizadas y condenadas tras experimentar emergencias obstétricas y/o partos extrahospitalarios, Sara fue detenida en octubre de 2012. Era una joven de 18 años, estaba a punto de finalizar su bachillerato. Trabajaba en labores del hogar para financiar sus estudios desde niña. En su casa de una zona rural del departamento de Cuscatlán, tropezó y se cayó, lo que provocó lesiones graves, sangrado y la pérdida de su embarazo.
Tras esos 9 años en prisión, el mensaje de Sara es contundente hacia el Estado que la criminalizó y condenó: Antes que todo, justicia. Justicia para mis demás compañeras. También para mí porque todavía no he salido del todo. Ya quiero ser libre definitivamente. Pero más que todo por ellas. Quiero que se haga justicia, son inocentes, merecen una oportunidad para volver a reintegrarse con sus familias. Ellas y yo no somos un peligro para la sociedad. Yo le pido al gobierno una oportunidad para que vuelvan a estar con su familia, a tener una vida diferente.
En el Centro de Detención Menor para Mujeres (CDM) en el que Sara se encontraba quedan aún 11 mujeres, que aguardan por justicia.
¿Ellas te dieron algún mensaje?
– Sí. Que les dijera a ustedes (feministas) que ellas van a seguir luchando en lo que ellas puedan ahí dentro, trabajando, esforzándose. Yo les dije que nosotras lucharemos para que ellas pronto pudieran salir de ese lugar y volver a casa con su familia. Es algo que ellas anhelan, yo lo anhelaba muchísimo, y yo pido que les ayuden mucho más, porque no es fácil estar dentro de ese lugar.
¿Has pensado en organizarte?
– Sí, he tenido el deseo de estar ahí en la protesta. Le prometí a mis compañeras que iba a luchar, que iba a hablar donde fuera posible, no iba a tener pena, por tal de que ellas salieran. Hay mujeres penadas también por otros delitos siendo inocentes. Hay penas demasiado grandes. Yo dejé una amiga ahí. Siento que he dejado un pedazo de mi corazón. Ella fue muy linda conmigo.
Planes en libertad
Durante el tiempo que Sara estuvo detenida, su familia siempre la visitó y apoyó. Por eso ahora ella quiere aportar en su hogar.
“Quiero superarme, quiero estudiar. Pero también quiero trabajar. Quiero ayudar demasiado a mi mamá, mi papá, que han estado ahí incondicionalmente, con lo poquito que han podido. Entonces yo quiero recompensar eso, ayudarles a ellos, hoy ser yo por ellos y no ser ellos por mí. Ya casi 10 años ellos hicieron muchísimo por mí. Ahora yo quiero hacer algo por ellos, trabajar y, si se me da la oportunidad, terminar mis estudios” dice.
Para Sara el apoyo de la familia ha sido fundamental. “Mis papás han hecho todo lo que han podido por mí. Pero es algo también muy doloroso. Porque ellos sufren como uno, nosotras sufrimos estando dentro, pero ellos sufren porque no nos pueden ver, no podemos estar juntos. Tanto para ellos como para nosotros.”
Desde el año 2009 hasta la fecha, Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, con el apoyo de otras organizaciones nacionales e internacional han liberado a 49 mujeres, y con Sara suman 50 mujeres criminalizadas por emergencias obstétricas que consiguen su libertad.
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