Fotografía tomada de Facebook
Debbie Gómez fue seleccionada para estudiar un curso de perfeccionamiento deportivo para entrenadores en la Universidad de Leipzig, Alemania. La beca es completa, son alrededor de 800 euros mensuales ,para vivienda, alimentación y seguro médico.
“Estoy emocionada, y con muchas ganas de aprender, con muchas ganas también de regresar a El Salvador, con mentalidad diferente y más profesional para poder ayudar en el fútbol femenino, porque me di cuenta que no me podía ir y dejar todo tirado porque los pasos que hemos dado quedarían en el aire, tengo que seguir en esta lucha” comparte emocionada.
Gómez dirigió la selección femenina de El Salvador y el Club deportivo “Alianza Woman”. Es la única entrenadora de fútbol Clase “A” en el país, pese a sus logros y su calificación en el deporte, no ha estado exenta de la discriminación y violencia de género. Su paso en la selección nacional no fue fácil, exigir las condiciones básicas para las deportistas le costó su puesto como dirigente. En ese momento Debbie hizo un post de Facebook en el que denunció los tratos desiguales, entre estos la falta de uniformes para las seleccionadas, la falta de garantía en alimentación e hidratación, incluso la enviaron a competencias sin preparador físicos y preparador de porteros, “algo que jamás sucede con la selección masculina”.
“Las dificultades de las jugadoras creo que yo los vivo con ellas, y al escuchar que una jugadora no tiene condiciones básicas, yo comienzo a ver qué solución se le da; pero la mayoría de los hombres con tal de estar recibiendo su salario no les importa lo que las otras mujeres sufran. Me destituyeron por eso y fue claro, las excusas que buscaron no eran válidas, y cuando se empiezan a meter en tu vida personal, te das cuenta que solo buscan una excusa para poder quitarte” indicó.
Para Debbie las desigualdades para las mujeres en el fútbol son increíbles “Vemos a un jugador que se baja de un carro de último modelo y la jugadora que se baja de la ruta 42, es un trabajo que tenemos que seguir haciendo para que logremos llegar conseguir las cosas básicas y luego ir dando pasos firmes para que el apoyo siga creciendo”.
Discriminación y violencia de género por ingresar al “fútbol”
Debbie es la primera entrenadora titulada Clase A, facultada para dirigir en Primera División y en selecciones nacionales. Esto también le ha generado comentarios que buscan descalificarla “Hace poco escuché que alguien dijo que por ser la primera mujer no tenía con quien competir, y no se dan cuenta que he competido como con 50 mil hombres, y les he ganado” señala.
Debbie fundó su propia escuela de fútbol, F.C. Fair Play, donde imparte clases a niños y niñas. Compartir el espacio deportivo con otras mujeres dice no es un problema “me gustaría que hubiera otra, no para competir con ella sino para que fuéramos dos”.
Además, considera que los hombres en el fútbol son muy envidiosos y han buscado restarle méritos de diversas formas “Me han dicho que no sé nada, que los periodistas ‘me llevan’ y todos esos comentarios son los que más me han marcado”. Manifiesta.
“Me ha tocado que romper”
Su vida en el fútbol inició a muy temprana edad, jugaba con sus amiguitos del pasaje y no había otra niña que quisiera jugar con ella, entonces tenía que jugar con los amigos de su hermano.
“Yo siempre me quedaba llorando en casa porque mi papá llevaba a mi hermano a un torneo y no me tomaba mucho en cuenta. Hasta que una vez me llevó a un día de la familia y hacía falta un jugador y me integraron a mi, y desde ese momento toda la gente le decía a mi papá que cómo era posible que no me llevara a jugar si tenía demasiado talento”. Así fue como su padre accedió a que ella jugara y le compró su primer par de tacos,.
“Me mandó a hacer el uniforme y recuerdo que era la única niña, era un torneo sólo de niños hasta que llegué ahí y lo hicieron mixto, y creo que en todos los equipos donde jugué nunca hubo otra niña”.
Creo mucho que el deporte es una herramienta que puede transformar a las mujeres.
Para Debbie el deporte es y puede ser utilizado para que muchas mujeres se den cuenta de la capacidad que tienen. «Vivimos en un mundo donde a las niñas se le dice que no puede hacer ciertas cosas como jugar fútbol, pero te das cuenta que en el deporte son personas iguales compitiendo, y sí podemos».
En su caso, el fútbol le ha cambiado totalmente la vida, pues creció en un lugar conflictivo, pero ganó una beca en un colegio y pudo salir adelante “Me di cuenta de que hay más vida fuera de Soyapango. Pude ir a la universidad y todavía me sigue cambiando la vida, por eso me siento comprometida a intentar cambiarle la vida a muchas mujeres a través del fútbol».
Sin embargo, reconoce que hay enormes retos para garantizar condiciones de igualdad “Tienen que dejar de pensar que el fútbol femenino es un gasto, porque las personas que están en el poder no lo miran como una inversión sino como un gasto. Si le compran un uniforme a un equipo femenino dicen que nunca lo van a recuperar, esa es su manera demasiado corta de pensar, ellos no dejan que esto crezca”afirma.
“Mientras no empiecen a invertir y a hacer proyectos a largo plazo, se seguirán viendo estadios vacíos incluso en el de hombres, pero no es problema de nuestro fútbol sino de quienes lo manejan”.
Debbie Gómez quiere estudiar su beca, regresar al país y volver a la Federación “pero no como entrenadora, sino ser tomadora de decisiones», ser la primera mujer que llega, porque considera «es la única manera para que las mujeres sean apoyadas, no veo en este momento a otra mujer que esté muy interesada en todo eso”.
“Escuché decir a una mujer en Nicaragua: “si no es ahora, cuándo y si no soy yo, quién” me han quedado bien marcado esas palabras y quisiera estar más preparada, seguir estudiando y si se llega la oportunidad de volver como entrenadora pues bienvenido sea, pero si se da la oportunidad de volver de otra manera, bien y si no se puede ahí -sino desde otras instituciones- hacerlo, porque lo importante es potenciar el fútbol femenino y no olvidarme de ello» afirma.
Like!! I blog frequently and I really thank you for your content. The article has truly peaked my interest.