Cuatro jugadoras salvadoreñas tejieron su propia red de apoyo, al no contar con representantes o agentes FIFA, para recalar en su primer equipo en el extranjero, el cual les brinda todo lo necesario para desarrollarse como futbolistas profesionales, contrario a lo que se vive en El Salvador.
Redacción La Brújula
En El Salvador un equipo nunca les habría brindado hospedaje en un apartamento solo para ellas, alimentación, equipamiento deportivo adecuado, viáticos dignos y su primer contrato profesional que les garantiza un salario para dedicarse por completo a sus carreras como futbolistas.
El pasado 7 de septiembre de 2022, la mediocampista Maggi Segovia, originaria de Armenia, Sonsonate, y la delantera Abigail López, de Zacatecoluca, La Paz, fueron anunciadas como fichajes del Real Estelí de la Primera División de Nicaragua, y días después contribuyeron a que dos compatriotas más firmaran con el “Tren del Norte” su primer contrato.
Gracias a las buenas referencias de Maggi y Aby sobre sus compañeras, la defensa central Sandra Maravilla, de San Luis La Herradura, La Paz, y la volante Stefany López, originaria de Santiago Texacuangos, San Salvador, también hicieron maletas para emprender una aventura en el fútbol nicaragüense.
Esta es la primera experiencia en un equipo extranjero para las cuatro jugadoras salvadoreñas que reforzaron al Real Estelí, llevándolo hasta la final del torneo Apertura 2023, cuyo título se disputó el pasado 5 de marzo.
Las futbolistas contaron a La Brújula cómo fue su experiencia, las convivencias juntas, el apoyo que se dieron las unas a las otras para hacer posible su llegada a Nicaragua y la lucha que dieron hasta la final con un subcampeonato como recompensa.
“Yo fui la primera que anunciaron, pero Maggi ya estaba acá y nadie sabía”, manifiesta Aby.
“Luego nos preguntaron a nosotras por las demás y en el caso de Stefany, que fue la última en venir, necesitaban una volante, lo mismo pasó en el caso de Sandra, que necesitaban una central, y nos preguntaban por ellas y nosotras dábamos buenas referencias. De repente nos dijeron ‘ya hablamos bien con ellas’ y las trajeron”, explica la delantera sobre cómo fue posible la llegada de sus otras dos compañeras.
“El profe me decía: ‘Mirá, queremos traer a esta jugadora. ¿Vos qué pensás?’. Y obviamente yo le decía que era buena, que nos iba a ayudar; así fue con Sandra y con Stefany porque él pedía recomendaciones y aquí estamos”, ahonda Maggi.
Pese a que Nicaragua no tiene el fútbol como el deporte más popular, como sucede en El Salvador, el país vecino ha logrado dar algunos pasos para el desarrollo del balompié femenino, ofreciéndoles otras condiciones a las jugadoras y el apoyo se ve reflejado en el salto que ha dado su fútbol al consolidar selecciones competitivas que ahora incluso han superado en resultados a los representativos cuscatlecos tanto en masculino como en femenino.
“En la parte económica es un cambio bastante grande porque nos dan hospedaje y alimentación, libre de nuestros salarios. Incluso todas las jugadoras nacionales del Estelí reciben su salario y alimentación también y les pagan un hotel mientras están entrenando”, amplía Maggi en cuanto a las diferencias que percibe con el fútbol femenil salvadoreño.
“Nosotras decimos: ‘¡Ay, Nicaragua!’, pero en realidad el Estelí tiene categorías femeninas sub-15 y sub-17, y si ellos ven que una niña tiene talento la apoyan con hospedaje, alimentación y ayuda económica; mientras que una niña a esas edades en El Salvador es casi imposible que le ofrezcan esas condiciones”, sostiene la mediocampista.
Las legionarias respondieron a ese apoyo con mucho compromiso y con la misión de llevarlo a la final, y lo consiguieron aunque no lo coronaron de la forma que deseaban con el título, pero Aby, Sandra y Stefany van tras el trofeo en el campeonato que se viene el próximo mes al tener contrato todavía. Maggi no sabe si seguirá.
“Fue de mucho aprendizaje, pero lastimosamente no se nos dio el campeonato, luchamos para llegar hasta ahí y perdimos en los penales. Yo no pude participar por lesión, pero este torneo que viene esperamos llegar a una final más y darle el título al Real Estelí. Siempre hay segundas oportunidades”, se mantiene positiva Stefany.
De momento, las cuatro jugadoras ya están de regreso en el país compartiendo con sus familias durante un poco más de un mes de vacaciones y en abril regresan de nuevo a Nicaragua a luchar por la Copa.
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