Foto/Alejandra Rodríguez
Por Alejandra Rodríguez
El calor inigualable de la semana santa se deja de sentir. Son casi las 12 del mediodía y doña Rina está preparando el almuerzo para sus gemelos, a quienes les encanta comer desmenuzado porque lo sólido lo mastican con dificultad.
Doña Rina de Barrera es una señora de 57 años de edad, morena, de lentes y es una de las miles de personas que se avocaron al Centro Nacional de Atención y Administración de Subsidios (CENADE) el pasado 30 de marzo porque nadie de su familia salió beneficiada con el bono de 300 dólares que prometió el gobierno.
Ella vive con su esposo y sus dos hijos de 30 años, son gemelos con diagnóstico de parálisis cerebral, por tanto dependen totalmente de ella. La casa donde viven es alquilada y está ubicada en la comunidad “Cartografía Línea Ferria” en Ciudad Delgado.
La parálisis cerebral es una discapacidad producida por una lesión en el cerebro que afecta a la movilidad y la postura de la persona, limitando su actividad, puede ir acompañada de una discapacidad sensorial o intelectual en mayor o menor grado, por eso como una pluridiscapacidad, de acuerdo a la Federación de Asociaciones de Atención a Personas afectadas de Parálisis Cerebral y Discapacidades Afines.
Desde que Moisés Eduardo y Eduardo Elías nacieron, ha sido doña Rina quien ha estado a cargo de todos los cuidados. Son 30 años de cuido. Su esposo, don José Barrera, de 60 años se dedica a la mecánica automotriz independiente y desde que inició la cuarentena no ha podido trabajar «me han llamado para ir a trabajar pero me da miedo contraer el virus y transmitirlo a mi familia» expresa.
En El Salvador no existe un apoyo estatal para las personas que cuidan a familiares con discapacidad. Actualmente, se discute en la Asamblea Legislativa el proyecto de Ley Especial de Inclusión para las Personas con Discapacidad. Uno de los beneficios sería una pensión para dichas personas.
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Mientras lleva el almuerzo a sus gemelos, doña Rina comenta que el gobierno ha tenido una mala coordinación para la entrega de los recursos «Para mí tendrían que haber hecho un trabajo con gente de la alcaldía y coordinadores de comunidades porque son quienes conocen de cerca las necesidades de la gente» considera.
Es jueves y doña Rina comenta que ya se quedaron al borde de los recursos; para el almuerzo ella ha preparado frijoles con arroz. Estos granos se los llegaron a dejar el miércoles el personal de la alcaldía de Ciudad Delgado.
«Ya no tenemos ni arroz, ni azúcar, ni aceite, pero sé que con la mano misericordiosa de Dios saldremos adelante». Estas son las palabras esperanzadoras de doña Rina al comentar que tiene que esperar hasta el día sábado que las autoridades actualicen la base de datos para conocer quienes más serán beneficiados con el bono.
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