Fotografías son cortesía
Redacción La Brújula
Los hechos del domingo 9 de febrero en la Asamblea Legislativa quedarán plasmados en los peores desaciertos de la política. El Salvador es un país con una democracia débil e incipiente, apenas 28 años de firmados los Acuerdos de Paz (1992), la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil, que debe dedicarse a la seguridad pública, se tomaron la Asamblea Legislativa.
Los hechos
El presidente de la República, Nayib Bukele, convocó a sesión plenaria en día domingo, para aprobar un préstamo de 109 millones de dólares para la tercera fase del Plan Control Territorial. Hay que decir que dicho plan no es conocido por la población. La convocatoria la hace a través del Consejo de Ministros valiéndose del artículo 167 de la Constitución de la República. Posteriormente instó al pueblo a presentarse y llamó a la insurrección haciendo referencia al artículo 87 que dice literalmente “Se reconoce el derecho del pueblo a la insurrección, para el solo objeto de restablecer el orden constitucional alterado por la transgresión de las normas relativas a la forma de gobierno o al sistema político establecidos, o por graves violaciones a los derechos consagrados en esta Constitución”. El artículo es claro que la insurrección es del pueblo y para devolver el orden constitucional, no para alterarlo, como Bukele pretendía.
Silvia Juárez de ORMUSA considera que hay un irrespeto a la democracia “al hacer uso arbitrario de figuras como el llamado a plenaria extraordinaria y llamar a la insurrección, haciendo uso de la fuerza bélica militar colocando en el imaginario que quien se opone a decisiones del Presidente puede ser sometido” expresa.
Además considera que no existe un conflicto entre poderes “la Asamblea puede hacer un uso legítimo de no aprobar aquello sobre lo que no tenga certeza o necesite mayor discusión. Eso es un elemento clave de la buena gobernanza, aceptar los descensos”.
En esta vía, Edith Elizondo de Las Mélidas lamenta la convocatoria hecha por el presidente y el uso de las fuerzas militares que atentan contra la paz.
“Se han generado acciones que ponen en crisis y riesgo los principios de la democracia en El Salvador, la presencia excesiva de militares y policías es una forma de ejercicio del poder autoritario, la poca paz social con la contamos es preciada y ha costado con una historia de conflicto armado en el país, que no se debe repetirse por caprichos”.
Con respecto a la oración que el mandatario hizo sentado en la silla del presidente de la Asamblea, Elizondo sostiene que se debe respetar la neutralidad en materia religiosa “El Salvador es un Estado laico como lo establece el artículo 1 de la Constitución, es importante que las organizaciones de la sociedad civil estén vigilantes a los retrocesos que atentan contra derechos fundamentales”
Keyla Cáceres, feminista y estudiante de historia, explica que lo sucedido en la Asamblea Legislativa marcará un antes y un después en la historia reciente de El Salvador.
“Es preocupante por dos razones: la primera, decir que hay una insurrección cuando el que convoca es el presidente y el gabinete de gobierno por un préstamo para ser administrado por el Estado salvadoreño- en lo poco que sé de historia- es algo irreal, no hay una insurrección por una situación como ésta, sin embargo va más allá de ese hecho simbólico, de jugar con las palabras y la indignación de la población, nos lleva al fanatismo grave, nos pone en situaciones peligrosas de un sistema democrático débil, incipiente y con partidos políticos temerosos públicamente” advierte.
La segunda preocupación, según Cáceres, es el discurso fundamentalista con el que entra y cierra el presidente de la República “no podemos volver a los discurso que se dieron a lo largo de la historia para masacrar a la población en nombre de Dios; me preocupa a lo que incita este hombre”. «Hablen ustedes con dios para que les transmita paciencia», incendia a un grupo de personas luego las manda hablar con dios, no es posible que el jefe de gabinete crea que somos la feligresía de su iglesia o secta, porque además como feminista nos deja claro que es un conservador, que no le preocupa los derechos de las mujeres, lo vimos en el presupuesto del 2020 y ahora en el discurso”.
La Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil se tomaron la Asamblea Legislativa. Una imagen que difícilmente se olvidará.
La Fuerza Armada ingresó al salón de la Asamblea Legislativo junto al presidente Nayib Bukele.
Movimiento feminista rechaza el autoritarismo
En el mismo sentido, organizaciones feministas y feministas independientes han convocado a una concentración contra las acciones de Bukele y hacen un llamado al respeto del Estado de derecho.
“El uso de la fuerzas armadas y policiales en los alrededores y al interior de la Asamblea Legislativa, como no se había visto desde hace 28 años, dan cuenta de una demostración de masculinidad hegemónica, que recurre a las armas y a la fuerza bruta para doblegar a los adversarios, denotando un retroceso en la construcción de la democracia”.
Asimismo, consideran que en el país “donde todavía no se han desarrollado políticas públicas de reparación y justicia restaurativa, y persiste la impunidad frente a los crímenes cometidos durante el conflicto armado, la presencia masiva de militares y policías en las calles y al interior del Órgano Legislativo constituye no sólo una injerencia y una violación a la independencia de poderes, sino un hecho de revictimización hacia las víctimas y familiares del conflicto armado”.
Cáceres dice que es un momento para que el movimiento feminista esté unido porque el contexto afecta a toda las mujeres y niñas.
“Esta acción puso en peligro los derechos humanos, los cuerpos de las mujeres, niñas y jóvenes, además, nos expone cada día más a un debate sin consensos, sin respetar la diversidad de personas que vivimos en este país, por eso invito al movimiento feminista a la construcción de una marcha para el 8M unificada como un solo bloque de mujeres y feminista llamando al respeto del Estado de derecho, laicidad y repudio a la militarización de las calles”.
¿El presidente se retractó?
El presidente llamó al pueblo salvadoreño a la “insurrección” contra los diputados si no se presentaban al pleno legislativo y aprobaban su préstamo. Así lo comunicaron en las redes oficiales .
Sin embargo, pasada la acción y con la condena de organismos internacionales, el presidente cambió su discurso, ya no era él quien había llamado al pueblo a la insurrección, sino todo lo contrario, ellos (el pueblo) quería alzarse contra la institucionalidad, pero el presidente «los había calmado».
La sesión plenaria convocada hoy para mediodía fue suspendida pero la reprogramaron para las 5 de la tarde.
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